Ya se puede hablar de todo con él a sus dieciocho años y, aunque se sigue poniendo colorado, no hay tema tabú. Su tío Fran le da caña y él lo sabe torear con arte.
Ahora está en una fase en la que presume de su tío Borete. Le pasa mis textos a sus compañeros y me transmite sus impresiones.
—Vaya frasote que te has marcado —me escribió el otro día por teléfono.
Y se la coloca en su perfil de Instagram.
Yo le pregunto por sus amigos y él me va relatando cómo lleva cada uno sus estudios, sus novietas, si son más o menos golfos.
—Mi amigo Manu es la leche, mientras por las noches todos nos conectamos a la play, ¡él se queda en su cama leyendo novelas!
A mí se me hacen los ojos chiribitas tan sólo de pensar en verlo un día tirado en su cama leyendo.
Sí, tú, Iván.
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