Lo llaman el fenómeno Michalangelo y no sabía que existía.
De hecho no sabía que lo sabía, ni que Fran y yo lo practicábamos ya.
El nombre se debe al efecto de esculpir. De esculpir a tu pareja.
¿Cómo se hace eso?
Valorando sus mejores cualidades. Si Fran es una persona altruista, que lo es, fomentando el que lo siga siendo. Si yo soy constante, que lo soy, él halaga frente a los demás mi constancia.
Pero el tema no queda ahí. La mejor forma de poner en valor su altruismo es potenciarlo en mí, que es la manera ideal de demostrarle lo mucho que aprecio esa actitud en él. Y viceversa.
De esa forma vas esculpiendo tu yo ideal en el otro, sin manipular, sin imponer, sino resaltando todo lo bueno que hay en la persona que amas, para hacerlo crecer, y demostrarle que, por lo mucho que lo quieres, tú también luchas por ser así.
Una manera de amar que hace crecer a los dos.
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