Estoy seguro que que el hombre controlará que llueva lo preciso, donde sea necesario y a las horas en que no moleste.
Tanto como que dará con la técnica, individualizada, para eliminar el horroroso drama del cáncer de nuestra sociedad.
No tengo dudas de que encontrará la fórmula para producir alimentos suficientes para toda la población sin destrozar el planeta.
Lo que no tengo claro es si ese mismo hombre se matará antes a sí mismo en guerras de soberbia, ira y rencor.
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