x

¿Quieres conocerme mejor? Visita ahora mi nueva web, que incluye todo el contenido de este blog y mucho más:

salvador-navarro.com

miércoles, marzo 10, 2021

Venecia

Descubrí Venecia como un prófugo a la carrera.

Era la primera vez que viajaba por trabajo a Eslovenia. Había que tratar un tema urgente en la fábrica que tenemos en Novo Mesto y la forma más rápida de llegar era tomar un vuelo a Venecia, donde alquilar un coche para recorrer la costa norte de Italia hasta cruzar la frontera en Trieste.

Desde el avión pude ver la figura majestuosa de la ciudad sobre la laguna y caí rendido.

Tomé el coche en el aeropuerto y, en vez de tirar hacia el norte, giré hacia la ciudad. 

Siempre he sabido escoger la luz cuando se me ha ofrecido la opción.

No sabía cómo entrar ni hasta dónde podía llegar, pero conduje abducido por la belleza de lo presentido. Tras atravesar una carretera sobre el mar, llegué a un punto sin salida. Vi señales de parking por todos lados y en uno de ellos me metí. Un hombre me detuvo, me pidió las llaves y me dio un tiquet. No me dejó preguntarle más. Allí quedó mi maleta, mi ordenador... Y yo salí a la carrera.

Darme de bruces con el Gran Canal fue una experiencia que me elevó el alma hasta la estratosfera. Crucé el primer puente, absorto, y comencé a caminar siguiendo las flechas que indicaban 'Rialto', como en una gimkana en la que tenía que completar el recorrido de la ciudad en tiempo record. Se sucedían iglesias, plazas, puentes, palacios y yo no podía detenerme ni continuar, en un bloqueo taquicárdico hipnotizado por el hechizo. ¡Qué grande era el hombre! Haber construido semejante maravilla. La Vida se hacía sublime en mi trotar por calles que me encerraban para volverme a liberar. Llegué sudado a la Plaza de San Marcos. 

¿Me habrían robado el coche?

Comí, aprisa y corriendo, una porción de pizza mientras trababa de encontrar el camino de vuelta por el lado contrario del mapa. Ya sabía que esa ciudad me esperaría siempre.

El coche estaba en su sitio, pero yo ya era otro.

No hay comentarios: