Esta sociedad está llena de gurús que te dicen primero tú, luego tú y después tú.
Yo creo a medias en que el centro de mi vida sea yo. Lo soy porque sin mí no puedo vivir, porque tengo que quererme para ponerme en mi sitio, porque no puedo transmitir luz si estoy apagado. Otra cosa es la veneración del ego.
No traicionar la confianza de quien apuesta por uno no es un tema baladí, ni de fácil cumplimiento. Estar siempre donde te esperan es duro, te condiciona, muchas veces te limita. Es más sencillo hacerse el despistado, mirar para otro lado, pensar que esta vez no se darán cuenta.
Yo quiero estar allí donde tú crees necesitarme, que no se instale nunca la duda en ti sobre mi papel en tu vida.
Quiero que cuando mires a un lado me veas a mí, aunque sea a lo lejos, y nos regalemos una sonrisa.
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