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salvador-navarro.com

jueves, diciembre 17, 2009

Frío

Cuando llega una ola de frío siberiano como la que hemos padecido esta semana, tan desacostumbrados como estamos en Sevilla a ver el termómetro bajo cero, a mí se me despiertan determinados sentidos dormidos.

Ese golpetazo de aire helado en la cara al salir para el trabajo a primera hora de la mañana, cuando aún es de noche, me causa un efecto de subidón.

Y no me gusta el frío.

Será una sensación particular o compartida por una gran parte del género humano, nunca es bueno generalizar, ésta de sentir un cosquilleo cuando el mundo cambia.

Andamos recluidos en nuestras rutinas de temperaturas, paisajes, ruidos y olores habituales. A mí me agranda el pecho ese golpe de aire frío.

Supone despertar el cuerpo, decirle ‘ves, estás vivo’.

Si observo a la gente metida en sus coches yendo al trabajo, a los estudiantes con sus mochilas hacia la universidad, a los jubilados paseando por Torneo… los veo ensimismados en sus pequeñas burbujas de cotidianeidad, burbujas que seguramente les hagan felices en la tranquilidad que da saberse seguro.

Tal vez por todo eso soy tan partidario de viajar, de embarcarse en aviones que lleven lo más lejos posible cada cierto tiempo, para descubrir otros fríos, montañas inimaginables, lagos azules como no podríamos sospechar, aromas agresivos por distintos.

Nos sentimos seguros en nuestras rutinas y la rutina mata.

A gran parte de los humanos le gusta en cambio esa tranquilidad de no mover nada, de dejarse llevar por el día a día sin más pretensión que no sea un día diferente, obnubilados por ese perfume venenoso del calorcito de lo más cercano.

A mí un golpe de frío siberiano a las puertas de mi casa sevillana me lleva a respirar hondo y decir, ‘estoy vivo’.

3 comentarios:

BLAS dijo...

El frío sienta bien.
Es sano.

Saludos blasianos.
¡Felices Fiestas!

Anónimo dijo...

¿ Te has parado a pensar, lo que debe lo que debe ser estar abriendo una zanja a las 8 de la mañana con el frío que hemos tenido?
Dile al currito que el frío es bueno y pregúntale si tiene subidón.

Me estoy acordando de mi tia Manuela, 74 años, pensión de 500 Euros. Apenas pone el brasero por temor a un facturón de la luz que le impida llegar a fin de mes. Y encima con reúma.Decídle que el frío es bueno y sano....
Ella no necesita montañas lejanas ni nevadas se conformaría con poder pagarse un balnerio de vez en cuando y aliviar sus dolores...Y a pesar de todo es feliz.



Antípodas.

Salvador Navarro dijo...

un beso a tu tía manuela