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martes, febrero 02, 2010

Un hombre bueno

Ahora que está sobre la mesa de los políticos la discusión sobre la edad de jubilación que nos tocará 'padecer' a aquéllos que aún no vemos ni de lejos el día de la retirada, he tenido la oportunidad, por vez primera, de celebrar como 'jefe' la jubilación de alguien perteneciente a mi equipo de trabajo en la empresa.

Rafael nos invitó a una comida en un bar cercano a la fábrica. Iba impecable con su corbata y, lo principal, su sonrisa de oreja a oreja.

Cuando recibió la llamada de mi jefe mientras tomábamos esa cerveza de despedida (es decir, el jefe de su jefe), él aún tuvo tiempo para pedir por el futuro de los compañeros que dejaba en el tajo.

Con este hombre he tenido oportunidad de viajar, siempre en condiciones de mucha tensión, al tratarse de problemas de calidad que requieren nuestro análisis y soluciones inmediatas. Los viajes dan oportunidad de charlar, de conocer a las personas.

Rafael llevaba casi cuarenta años trabajando, realizando sus tareas con honestidad, sin faltar un día, enseñando a quienes se acercaban a su rincón de análisis de cajas de cambio toda la sapiencia acumulada durante tantas décadas. Siempre con una sonrisa en la boca.

Luchó, hasta el último día, más por sus compañeros (que podían ser sus hijos) que por él mismo.

Ahora le toca vivir la libertad de no tener que pensar más en cajas de cambio ni viajes de empresa, ahora vienen los días de buscar ofertas para irse de crucero con su mujer, o de organizarse para conocer ese París que, a pesar de tanto viaje con una empresa francesa, nunca llegó a conocer.

Él es un hombre sin grandes estudios, con faltas de ortografía, que se emociona tratando de justificar sus derechos laborales y los de sus compañeros, currante como el que más y, sobre todo, humilde.

La humildad que tanto admiro.

Un hombre bueno.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias, jefe, compañero y AMIGO, aunque con falta de ortografía, no quiero dejar pasar la ocasión de hacer un comentario.

Es verdad que siempre hay que estar al pie del cañón, aunque te tachen de cosas raras, pero por (un salario una responsabilidad) lo lamentable es que en una multinacional no hay cabeza visible y las injusticia están por doquier.

Ya quedó atrás, ahora como bien comentas, hay que aprovechar el tiempo perdido.

A vosotros os queda sufrir al gran monstruo, y los hilos que lo maneja.

Siendo honrado con uno mismo, es la mejor manera de llegar a la meta con la sastifación del deber cumplido, y el reconocimiento de los demás.

Humildad y sacrificio.

Amigo de mis amigos

Anónimo dijo...

"Hijo, cuando una persona mayor habla de su experiencia en la vida lo más inteligente en callar, escuchar y aprender" decía mi abuelo que en gloria esté.

¡Qué verdad más grande!

He tenido la enorme suerte de conocer a nuestro amigo Rafael,y no puedo sino subrayar, con los ojos llorosos y un nudo en la garganta, cada de las palabras que le dedicas.

Con Rafael he aprendido que es posible llegar al fin de la etapa profesional con ganas de seguir aprendiendo y de darlo todo; de valorar a la juventud por sus actos, no discriminándolos por su edad.

Ejemplo de espíritu de compañerismo,capacidad de sacrificio, integridad, constancia y sinceridad.

Gracias por trasmitirme parte de tu sabiduría. Hasta siempre Rafael...

Saludos
Rivo

nosequé dijo...

Siendo honrado con uno mismo, es la mejor manera de llegar a la meta con la sastifación del deber cumplido, y el reconocimiento de los demás.
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Un abrazo hombre bueno

Elisa dijo...

Que bonitas y merecidas palabras, emocionada afirmo que es un placer compartir experiencias con gente como tu Rafael. Gracias por tu apoyo incondicional y por poner al mal tiempo buena cara.
No hay nada mejor que una sonrisa sincera.
Espero que la vida nos ofrezca muchos momentos para compartir y que el fin de tu etapa profesional sea sólo el comienzo de la buena vida.
Una buena vida para un buen hombre que lo merece.
Un beso enorme