Una de mis principales dificultades como mando de mi empresa es conseguir que mi equipo o mis compañeros mantengan la concentración al tratar cualquier cuestión. Lo que parece una dificultad propia de niños se está convirtiendo en una epidemia de adultos sobre la que será preciso reflexionar, porque no prestar la atención precisa a los retos y dificultades diarias hace que estos se aborden con ligereza y sin el rigor precisos, construyéndonos un futuro que será cualquier cosa menos brillante.
El triunfo en estos tiempos creo que lo ganará el que sepa inventarse burbujas de desconexión hacia estímulos secundarios; gente que sepa filtrar lo importante en el día a día sin sucumbir al ruido que se cuela por cada rendija. El sabio, el creador, el innovador, el líder, todos ellos deben edificar su valía sobre la lectura, la experimentación y la observación, para lo que se requiere esa cualidad cada vez más escasa, que consiste en focalizar la atención en aquello que es importante.
2 comentarios:
En esa burbuja de la que hablas me envuelvo yo cuando voy en el tren hacia o desde el trabajo y me pongo a leer, aunque no siempre anda una tan hábil como para desconectar por completo, o quizá la lectura no es la adecuada. Extrapolarlo a cualquier otro ámbito daría lugar a un largo debate. Sí hay que ser un mago para saber centrarse en lo esencial y no perder el tiempo con memeces, pero, a la vez, es tan difícil a veces.
Bs.
Es difícil, Mª Ángeles, sustraerse a la vorágine de tantos cantos de sirena... Gracias por tenerme entre tus lecturas. Un beso!
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