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miércoles, marzo 07, 2012

Violencia

Como muchos otros, hay un sueño que se me aparece con frecuencia: Me encuentro en una situación límite y no me sé defender, no sé si paralizado por el terror o la cobardía, pero no tengo fuerzas para dar un puñetazo, me siento como un muñeco de trapo que no sabe reaccionar.

Si los sueños se pudieran interpretar, éste podría hacerse de distintos prismas, que vendrían a decir mucho o muy poco de mí.

Hace años, sin embargo, me vi enfrentado a una situación real de violencia.

Estábamos en casa, tranquilos, tirados en el sofá, durmiendo la siesta, y un vecino que creíamos perturbado, y que esa noche lo demostró, llamó a la puerta repetidamente. Yo quedé dormido mientras mi pareja se acercaba a abrir, cuando escuché gritos y golpes. Di un salto del sofá y me encontré con una escena desagradabilísima de violencia inadmisible.

No sé cómo ni de dónde saqué la fuerza, pero casi le abrí la cabeza a esa persona a base de puñetazos para conseguir alejarlo. Recuerdo los regueros de sangre en la escalera.

Llamamos a la Policía, denunciamos el caso y ese vecino desapareció del bloque para siempre.

El médico forense del juzgado certificó mi brazo amoratado por golpes de autodefensa que, ahora, conforman otro tipo de sueño indeseado.

Cuando las circunstancias se vuelven límites, la fiera que llevamos dentro despierta a pesar de nuestra exquisita racionalidad.

Y asusta.

3 comentarios:

Alforte dijo...

Es cuando nos asalta el instinto de supervivencia.
Bsote

Melvin dijo...

Demonios residiendo en el cuerpo de un ángel, incapaz a priori, de sacar las garras... pero dispuesto a hacerlo sólo por proteger su tesoro más preciado. Forma parte de nosotros, es nuestra animalidad. Un abrazo.

Anónimo dijo...

4 cosas:

- Nadie debería sentirse culpable por dar un par de hostias en defensa propia a quién se las merece y se las busca.

- La violencia formará, forma y ha formado siempre parte de la vida: nos auste o no, nos guste a o no.

- No te veo zurrándole a nadie, pero si lo hiciste seguro que es porque era lo que había que hacer.

- En España no tenemos segunda enmienda, por eso es bueno tener un buen palo detrás de la puerta. Por lo que pueda pasar y para no hacerte daño en las manos. En la vida, como en las pelis, hay malos que llaman a tu puerta y no es para pedir sal.

Te debo unas cerves y se están poniendo las tardes muy agradables.

Salu2

Fernando