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sábado, enero 29, 2011

Fiabilidad

Se me puede pecar de exigente, aunque yo no exija nada sino simplemente razone en voz alta la importancia que doy a ser una persona fiable cuando, sobre todo, de tus amistades se trata.

Todo comenzó con una broma hacia mi amigo David. En una época pasada en que su vida era más 'turbulenta' llegábamos a reírnos por su escasa fiabilidad. Quedar con él era saber que no aparecería.

Entre los intangibles de las relaciones humanas está precisamente la confianza en el otro. Y ésta se va fortaleciendo o destruyendo sin darnos apenas cuenta.

Entiendo que no hay nada más sano que tener la absoluta certeza de que las personas que te importan van a estar ahí. Que si quedan contigo van a aparecer, que si les pides que te echen un cable te lo van a echar. Saber que ante cualquier petición te van a decir, de entrada, que sí.

Porque cuando entre dos personas existe un vínculo de amistad sincero y cabal, sabemos dónde están los límites de nuestras anhelos respecto a ellos.

Es mentalmente muy sano tener certezas sobre tus amigos. Que si has quedado dentro de tres días para ir al cine, allí estará. Que no te va a dejar con la cena tirada en casa. Que si envías un SMS de socorro, él o ella sabrán responderlo como si les fuera la vida en ello.

Si quedas conmigo, antes se cae el mundo...

6 comentarios:

Dol dijo...

Te entiendo .
Es lo menos que se puede pedir si son amigos de verdad .
Lo otro que parece propio de chicos terribles no tiene gracia alguna.
Besos.

Unknown dijo...

Por alusiones.... lo primero es agradecerte que hables de mi
Y lo segundo, que lo hagas en pasado.
Comparto plenamente tu opinion en este tema. Aunque haya sido ejemplo de poca fabilidad, creo que solo era cuando se trataba de quedar para cenar,en lo "importante" espero que no hayas tenido nunca esa impresion.
Un abrazo grande

Salvador Navarro dijo...

David, si escribo de ti es porque estás entre las personas que aprecio... y porque tu fiabilidad 'mantecónica' ha aumentado enormemente

Un abrazo,
Salva

Anónimo dijo...

Yo creo que en realidad que lo que le pasa al Manteca es que es capaz de saber cuando es prescindible. Gran virtud que todo el mundo debería tener.

Salu2

Fernando

Anónimo dijo...

Quién no ha recibido y enviado alguna vez SMS tipo: "al final no puedo ir, me ha salío un plan...ya t cuento. Perdona"

Mi respuesta: "Olé! Disfruta! ya hablamos..."

Estoy de acuerdo contigo, aunque también pienso que en las buenas amistades un exceso de exigencia en aspectos triviales puede llegar a confundirse con egoísmo.

Me viene a la mente la agradable sensación que tengo cada vez que quedo con amigos a los que por circunstancias, que no por falta de fiabilidad, apenas veo cada 4 o 5 meses. Después de tanto tiempo, parece que fuera ayer la última vez que hablamos.

Percibir y al mismo tiempo dar a un amigo con el que apenas tienes contacto, la misma confianza complicidad y lealtad que en tiempos pasados en los que nos veíamos todos los días, es sin duda un signo amistad sólida e indestructible.

Permíteme cambiar tu frase:
Sí se cae mundo, queda conmigo...

Un saludo
Rivo

Anónimo dijo...

No me importa que mis amigos me dejen la cena “tirada” en casa, ni que lleguen tarde (para eso son mis amigos y se lo consiento todo), lo que me importa es que si estuviera sujeto con mis dedos al borde del precipicio ellos sabrían darse cuenta y estarían ahí para cogerme de las manos…y luego….. seguirían llegando tarde,o nunca,pero ese es, en mis adentros, el criterio para considerarlos amigos.

Saludos
Montgeron