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jueves, mayo 13, 2010

Tres decisiones

Un solo día es un escenario perfecto para enfrentarse a múltiples conflictos, simples y rutinarios en su mayor parte. Hay que optar, por dar un beso a tu pareja al levantarte o no, por ducharte con agua caliente o no, por tomarte una pastilla para la espalda o no, por llegar antes o después al trabajo, por tomarte el café con tal o cual compañero, por no tomar café, por seguir con la dieta, por zamparte una palmera de chocolate, por no responder al mensaje de tu padre, por llamarlo, por ir al gimnasio o no, por enviar una señal de amor a media mañana a tu media naranja, por ir a comer a casa o no...

La vida es un escenario de caminos que se cruzan y de historias que nos comprometen.

En cada cual está ir tomando por senderos que necesariamente dejan de lado otros, que ya no se presentarán de nuevo, o no en las mismas condiciones.

Hay quien, escogiendo su ruta, llega a zonas escarpadas, desérticas, insufribles, de las que no encuentra la salida.

Son mayoría las personas que toman por caminos de linealidad, dejándose llevar por el sentido común y los buenos sentimientos, allí donde nos encontramos apretaditos y acompañados...

Pero grandes cruces hay tres. La vida no te reta con más de tres conflictos de peso en los que tienes que decidir qué quieres ser.

No nos engañemos, las decisiones que marcan nuestras vidas no son infinitas por muchos senderos que visitemos.

La vida nos pone a prueba a diario, pero pienso que solo hay tres grandes decisiones a tomar. En ellas, siempre tienen una fuerza brutal la familia, el dinero, el amor, la salud, la amistad o la vida laboral.

Cuando llegan, se pone a prueba nuestra calidad humana.

Cuando llegan, nos retratamos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustaría saber cuales son ,segú tú, esas tres grandees decisiones que hay que tomar en la vida.

A ver si coincidimos:

- pareja: Si/no/cual
- Hijos: Si/no.
- Sevillista o bético.

La última es de relleno, claro, no se me ocurre nada más importante que las otras dos, ambas relacionadas con los sentimientos más íntimos, que son al final los que nos acaba moviendo (o deberían).

Fernando

nosequé dijo...

¿Somos totalmente dueños de nuestras elecciones?
Sinceramente creo que no.
La vida es una cabezota y te lleva muchas veces por caminos que ni habías pensando en pisar.
Mi decisión fue cortar mi forma de vida. Y nunca pensé que tuviera que tomar ese sendero.
¡Ah!, no se te ocurra comer una palmera de chocolate, es pecado. Y no me gusta el fútbol.

Besitos de viernes, que son más alegres.

Nítsuga Sotso Anibor dijo...

Sr. Navarro,

Lo que usted afirma, en mi opinión, acarrea dos consecuencias: una puede ser nefasta y, otra, más que positiva, según la reacción de la persona en cuestión. Sinceramente, no sé si a veces los momentos así han de llegar, pues la desilusión y asombro ante el carácter más interno de las personas puede ser desvastador.

Un saludo

Salvador Navarro dijo...

Mi reflexión versa sobre las oportunidades malgastadas. Creemos inconscientemente en la infinitud de las cosas, de las relaciones, de los sentimientos, las actitudes... y la vida pasa rápido, las decisiones críticas para situarte son pocas y hay que saber tomarlas.