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domingo, abril 13, 2025

Entropía

Mi amigo Isaac se quedó un poco pillado cuando le expliqué el término entropía.

—Cuando quitas el triángulo a las bolas de billar y las golpeas, nunca volverán a su posición original.

Así es, el universo tiende al desorden y es una dinámica que no tiene marcha atrás salvo que apliques un esfuerzo en revertirla.

Por eso las cosas nunca vuelven a ser lo que son, por eso no podemos aspirar a repetir aquellos días felices.

Vendrán otros, distintos. Con personas nuevas y luces de otro color.

La entropía, pura ciencia, segunda ley de la termodinámica, nos lo avanza.

Nunca nada será igual.


Argentina

Eran compañeros de mi empresa que venían de Argentina para unas jornadas de trabajo en Europa. Uno de ellos comentó que era su primera visita al continente.

¿Y qué te parece? me interesé.

Sorprendentemente, antes de hablarme de monumentos, comidas o acentos, me habló de seguridad.

¡Anoche pude caminar solo por la ciudad mientras hablaba por el móvil!

Algo tan habitual para nosotros, los europeos, es un regalo para quien nos visita.

Resultados

Mis muchos años trabajando en una multinacional me dan criterio para opinar sobre la mejor forma de gestionar un equipo, aplicable a cualquier faceta de la vida en la que haya un grupo humano.

Hay dos métodos principales de gestión: basados en los resultados o en las personas.

El directivo que se mueve por resultados piensa que, al conseguirlos, todo rodará. La empresa recompensará los esfuerzos. Suelen ser equipos muy dinámicos y competitivos.

El que se mueve con el foco en las personas tiende a ser más lento en conseguir los objetivos, pero triunfa a largo plazo, porque coloca la motivación como eje principal del trabajo.

Yo he conocido los dos tipos de ejecutivos. El primero acaba, a la larga, achicharrando al personal, a quien ha enseñado a ser, por encima de todo, individualista. El segundo es el de la adhesión inquebrantable, el jefe al que siempre recordarás.

A veces, más veces de la cuenta, olvidamos que todo proyecto tiene al ser humano en el centro.

Salmones

Esta semana me desperté con una noticia que me hizo pensar si aún estaba soñando.

Venía a decir que los salmones, adaptados a ríos contaminados por el vertido de los ansiolíticos que llegan de las ciudades, se estaban volviendo más atrevidos e individualistas.

Para confirmar la teoría, una universidad sueca realizó un experimento. Preparó piscinas dopadas con distintos tipos de medicamentos, en proporciones similares a las que pueden llegar a la naturaleza. Y, tras pasar por esos criaderos, soltaron a las crías de salmón en el nacimiento de un río.

Los que habían recibido el chute de antidepresivos tardaban tres horas en pasar las turbinas de una presa, los que no habían sido drogados tardaban ocho horas de media. Les podía el miedo.

Aquellos con medicación en el cuerpo llegaban antes y en mayor proporción a la meta final del mar.

¿Quién no se siente salmón?



jueves, abril 10, 2025

Luces

He viajado mucho por grandes ciudades de cuatro continentes y hay una imagen que aún me conmueve: las luces de una ciudad al anochecer.

No las que iluminan la torre Eiffel o la estatua de la Libertad. Las luces de habitaciones de apartamentos anónimos que se desparraman al infinito. ¡Cuánta gente! ¡Tantas vidas!

Me conmueve porque me confirma lo pequeñito que soy, apenas un grano de arena en una playa.

Aunque quizás, lo que más me conmueve, es que soy cada una de esas personas en cualquier lugar del mundo.

miércoles, abril 09, 2025

Mamá

A pocas horas de morir mi padre, cuando ya había perdido todo signo de consciencia, de su boca salió un helador gritó de socorro: ¡mamá!

Me atravesó el alma esa llamada de auxilio de quien estaba a punto de fallecer, buscando, como un crío, volver a los brazos de su madre.

Pedí, sin pedirlo, que mi abuela estuviera al otro lado para consolar a su niño.

En ese momento asumí que algún día yo también daré ese grito animal de vuelta al vientre de quien me dio la vida, aunque ella no sea ya sino el más absoluto de los agujeros negros.

domingo, abril 06, 2025

Críticas

Aceptar las críticas es un aprendizaje continuo.

Distinguir las que te pueden hacer crecer es una de las lecciones claves de esa formación.

Se gana mucho cuando se adquiere esa habilidad de asumir que los demás ven en ti defectos que con alta probabilidad sean ciertos. Creces como persona, ganas en autoconocimiento, potencias tu humildad.

Si las admites, dejas de ser esclavo de la opinión de los otros.

La semana pasada quedé con un amigo, cultísimo, que acababa de terminar 'El niño del beso'. Me pedí un té verde y le insistí en que fuera sincero.

Me dijo que era mi novela más potente y me sugirió por dónde podía mejorarla. Cosas concretas. Sin anestesia.

Fue un tremendo regalo.

Egoísmo

Siempre hay argumentos para ser egoísta. No los escuches.

Todo cruce de caminos tiene una salida en la que meterte más dentro de ti. Está señalado con simbolitos de sol y hamacas, porque es verdad que se está calentito en los lugares donde uno está escondido.

No suele ser el destino adecuado. Allí no está el corazón.

Lo fácil suele ofrecer pocas recompensas.

Un día vociferarás tu soledad y no habrá nadie que escuche el grito.

Diez euros

Yo le di diez euros a una mujer en Lisboa y me quedé con sus ojos.

Subí las escaleras y miré allí donde la dejé, con su mirada de agradecimiento aún clavada en mí.

Para mí no eran nada, para ella un mundo.

No sabría recordar aquello que hice hace tres días, pero no olvido esos ojos, que se me aparecen a menudo para decirme dónde está la verdad de las cosas.

Groove

Sonaba 'Into the groove' en el coche, una canción de la mejor época de Madonna y yo solté, con determinación:

Esa canción es del 85.

Fran, conocedor de mi endémico despiste, se sorprendió por la precisión.

¿Y eso?

Entonces yo le conté la cinta de casete que me grabé de los 40 principales los días previos a la muerte de mi madre. Esa madrugada larga junto a ella en su cama del hospital, agarrado a su mano, mojándole los labios con una gasa húmeda, escuchando en mi walkman 'Into the groove' para evitar el sonido insoportable del silencio.

Hay fechas que no se olvidan.

sábado, abril 05, 2025

Puebla

No había nadie en la farmacia y tosí, con discreción, para que me atendieran.

La mujer salió al mostrador mientras terminaba una conversación con alguien que se movía por el almacén.

Si es que mi pueblo está todo el día en Canal Sur. -Entonces se giró hacia mí-. ¿Qué desea?

Yo le expliqué lo que buscaba y me planteé dos opciones, pero sabía que ganaría la de preguntar de dónde era.

De La Puebla de Guzmán, en Huelva.

Puse entonces a funcionar a mi cerebro.

De la comarca del Andévalo, ¿no?

A la señora se le iluminó la cara, me miró con otros ojos y comenzó a hablarme de su tierra.

Allí hay censados más caballos que personas.

Volví a casa no solo con mi Couldina.

martes, abril 01, 2025

Edadismo

¿A partir de cuándo dejamos de ser útiles?

Recuerdo una película futurista, La fuga de Logan, que retrataba una sociedad, en apariencia feliz, donde sus ciudadanos desaparecían al cumplir 30 años. Lo maquillaban con un ritual, 'El Carrusel', para no decir que los liquidaban. Ya eran molestos.

¿Dónde está nuestro carrusel?

Una sociedad como la nuestra, embelesada a través de pantallas móviles con la adoración de la belleza, cada vez se siente más incómoda con quienes comienzan a no ser 'de calidad'.

Tiene nombre.

Se llama edadismo.

Tiene solución.

Se llama empatía.

Y memoria.


Negra

Es curiosa la fascinación por el crimen.

Hay autores actuales, siempre los ha habido, que componen novelas desparramadas de vísceras, palizas y cadáveres destrozados que una masa lectora devora con avidez.

Me planteo por qué.

Personas dulces en su día a día se lo pasan en grande con Carmen Mola o autores escandinavos que rozan lo sórdido y juegan con lo escabroso.

No sé si es sintomático de la sociedad en que vivimos.

Hay quien dice que la calidad literaria es inversamente proporcional al número de asesinatos.

Sé que no es verdad, pero me gustaría que lo fuera.

Después

—Hay un antes y un después de leer 'La montaña mágica'.

Es una frase muy mía, porque refleja mi visión pasional, exagerada y arrebatada de las cosas. 

Cómo nos cambia la vida un viaje, una película, una persona. Nunca somos el mismo de ayer, pero hay circunstancias que aceleran esa evolución, desmadejándonos por dentro.

Hay mil lugares, conversaciones, personajes que me hicieron ver el mundo de otra forma.

Nada vuelve a ser igual después de ver 'Estación central de Brasil'.

Gustazo

Dependiendo de la economía de cada uno, pegarse un homenaje puede ser un tapeo por el centro de la ciudad o una comilona en un estrella Michelín.

Pero los homenajes hay que pegárselos.

Porque nos los merecemos.

El disfrute no es pecado, es salud mental.

Hay quienes, como hormigas, van contando cada euro para llegar a la vejez con la cuenta corriente a rebosar.

Un día, tarde, se dan cuenta que ya nunca lo podrán gastar.

Comparar

Una reacción muy extendida al alabar las bondades de algún lugar es la comparación.

Sea ciudad, restaurante o película. Cuando haces un canto a lo mucho que aquello te gusta siempre hay quien reacciona diciendo que hay algo mejor, en vez de preguntar por las bondades de tus querencias.

Sí, me pueden gustar Madrid y Barcelona. El pulpo y el entrecot. Cold Play y Amaral. 

Al escuchar a alguien hablar de lo bien que se lo ha pasado con esto o con lo otro, ganamos una oportunidad de saber más, de preguntar, de pedir consejo. No es el momento de interrumpir para decir que conoces otros paraísos.

—Vengo enamorado de Roma.

—Pues a mí me gusta más Venecia.

—Pero, resulta, que te estoy hablando de Roma... 

Comparar es de catetos.

martes, marzo 25, 2025

Carrefour

Era un lunes casi de noche y acudí a comprar un limón para mi nueva receta. 

Me encontré el supermercado lleno.

Delante de mí, en la cola, una mujer charlaba con su hija pequeña en inglés. 

'¿Estos niños guiris no tienen clase para andar de turismo entre semana?', me pregunté.

Entonces vi que la niña levantaba una mochila con libros del suelo, con la que casi tira las cervezas de la estantería. Del susto, la madre la regañó en italiano.

'Vaya, deben ser expatriados italianos que trabajan en Sevilla', deduje.

Cuando fueron a pagar, la mujer le preguntó a la cajera, con perfecto acento andaluz, cómo iba de su catarro.

'Pero si estas dos están más integradas en el barrio que yo', concluí.

Qué rápido nos montamos películas de los demás que no tienen nada que ver con la realidad.


Beso

Mi juventud sentimental fueron tres amores no correspondidos en los que desperdicié una década de corazón por dar.

El primero, malagueño, me tuvo en vilo toda la época universitaria. Nos buscábamos, nos mirábamos, nos sonreíamos. A mí se me eternizaban los veranos sin saber de él. No hace mucho lo encontré en el AVE de vuelta de Madrid. Los dos enchaquetados, los dos hechos dos señores. Me enseñó fotos de sus hijas.

El segundo, italiano, estudió Erasmus en Sevilla. Lo conocí en la República Dominicana, en el viaje fin de carrera. Allí me tomaba de la mano, me seguía allí adonde yo iba, me hablaba de sus sueños de futuro. A la vuelta, un día de Feria, le confesé mi amor. Se quedó en el más atroz de los silencios.

El tercero, sevillano, me tuvo enredado durante años recién llegado a Renault. No había día en que no nos cruzásemos. Mucho tiempo después se lo dije. Él se limitó a sonreírme.

Llegué a los treinta años con el sabor a derrota de haber sufrido lo indecible sin, ni tan siquiera, un beso.

Virtud

Siempre he presumido, como virtud, de recordar con nitidez mis sueños.

Porque me parece un don: el no viajar a oscuras por una porción tan grande de mi vida.

Aprendo de ellos, me lanzan señales. Son invitaciones a la reflexión que trato de desmenuzar cuando vengo del otro lado del espejo.

El caso es que hay etapas, como la que vivo, en que mi vida está tan acelerada, que esa pulsión se traslada a ese lado de la frontera, donde no tengo el control. Y ocurre que lo tremebundo se apodera de todo. Tanto así que, a veces, me provoco el despertar; tanto, que incluso me da miedo volverme a dormir.

Quizás ese terror es una forma de decirme: ¡Para!

Ya imagino la novela soy peliculero, en la que el protagonista, acongojado por la potencia terrorífica de sus sueños, intenta no dormir. 

Hasta que descubre que los monstruos de la noche se asoman desde este lado de la consciencia.

Cosmin

Me nombraron responsable de un grupo de personas de distintos continentes y lo primero que hice fue mantener una larga conversación personal con cada uno de ellos. Era lo básico: iba a ser su jefe durante los años siguientes.

El caso es que uno de ellos, de un país de Europa del Este, tenía un nombre compuesto. Así que le pregunté cómo le gustaría que me dirigiese a él. Pongamos que se llamase Vlado Boric.

Todo el mundo me llama Boric me respondió—. Me horroriza que me digan Vlado.

A mí llámame Salva le dije.

Días después, tras una reunión donde participaba mucha gente, incluido su antiguo jefe, éste me recriminó:

Te has llevado toda la reunión refiriéndote a él como Boric, cuando a él le gusta que le llamen Vlado.

Le respondí con un 'ok'. A quien se ha preocupado tan poco por su equipo no le voy a dar lecciones de nada.

Migüel

Qué gran distancia hay entre la inteligencia analítica y la inteligencia emocional.

Una compañera de trabajo, extranjera, llevaba más de un año viviendo en España. Muy capacitada en su campo, lideraba reuniones en inglés —por la diversidad de nacionalidades— con gran soltura.

Sin embargo, seguía llamando "Migüel" a uno de los participantes y pronunciando "Valadolid" cada vez que hablaba de esa ciudad.

Toda su sabiduría se limitaba a lo técnico. No se aplicaba ni un poco en adaptar su vocabulario al país donde residía.

¡Qué poca picardía!

sábado, marzo 22, 2025

Gatitos

Mucha gente me pregunta cómo saco tiempo para llevar la vida que llevo. 

Un trabajo de responsabilidad que requiere horas de más, viajes profesionales que me hacen no saber a veces en qué ciudad acaba de sonarme el despertador, tardes de escritura para avanzar con mi próxima novela, cenas con amigos para no perder el contacto con ellos y con la calle, horas componiendo textos como este, para ti.

Cuando algo te hace feliz, no le buscas hueco. Se lo haces.

—Yo también escribiría, Salva, pero no tengo tiempo...

Entonces saco mi vena guasona y les respondo:

—Yo produzco mientras tú estás viendo gatitos por Instagram.




Objetos

Soy muy de enviar fotos cuando un paisaje o un objeto me recuerda a alguien.

Sin más.

Somos el producto de lo que vivimos y del cariño que un día nos dimos.

Si veo esa plaza donde te conocí y no te lo hago ver, habremos perdido los dos un instante sanísimo de emoción, una forma de abrazarnos en la distancia sin apabullar, una pausa de amor entre nuestros días.

Es decirte que estás en mí.

Niñas

Mis hermanas son 'Las Niñas'.

Ya pasen los años.

Desde que nací, ya estaban ahí. No concibo mi vida sin ellas. Mónica y Raquel, Raquel y Mónica. Tanto Monta. 

¡Las Niñas!

Perder a una madre tan joven resituó todos los roles en la familia y ellas pasaron a ocupar un espacio que había quedado tremendamente vacío, con un padre apenas en los cincuenta, tan bondadoso como perdido.

Tan diferentes entre sí, tan unidas, son sus mejores amigas. Nadie me pregunta por una o por otra. Son las dos.

Oye, Salva, ¿cómo están las niñas?

—Las Niñas están divinas. 

Más fuertes que nunca.

Vejez

Asusta ver cómo la gente que conoces se va metiendo cada vez más en su escondite.

Es condición humana.

Pasan los años, las décadas, y el individuo, sin advertirlo, se vuelve cada vez más refractario al contacto social y encuentra sus parcelas de felicidad en el fondo de su agujero, al que le abre rendijillas para ver sin ser exponerse.

Cada día más en nuestro mundo y menos en el de los demás.

Aun así, a veces basta un gesto, una palabra, para que esa rendija se abra un poco. Uno se habitúa a vivir en voz baja, pero la necesidad de los otros nunca se va del todo.


Ljubljana

Una ciudad son las cosas que te han pasado en ella, las gentes de allí que has conocido, las risas que echaste en un bar.

A Ljubljana llegué por vez primera una noche de invierno por un tema urgente de trabajo, con un compañero divertidísimo que suavizó el marrón que nos esperaba al día siguiente.

En esa ciudad le confesé mi sexualidad a una amiga.

Allí pasé unos días maravillosos tomando vinos en noches heladas. Con Fran.

También tuve momentos de absoluta soledad para repensar mi futuro, entre sus calles empedradas. Paseos subiendo a su castillo que me hicieron mucho bien.

Ljubljana no es un punto más en el mapa.

Cuando cambié de puesto de trabajo, esa ciudad dejó de estar entre mis rutas. Me había ofrecido sus calles, generosa, a sabiendas que, pateándolas, iba a decidir romper mi vínculo con ella.

Cómo se echan de menos los sitios en los que has sido feliz.

modales

Desconfío, cada vez más, de quienes que pierden los papeles, y los modales, al defender una causa.

Demasiadas veces son los mismos que, llegado el caso, cambian de trinchera.

Cuando los argumentos se sostienen el insulto, el tremendismo y la exageración, donde todo es blanco o negro, el pensamiento pierde matices y la verdad se diluye.

Hay temas universales que necesitan de un posicionamiento nítido, pero nunca a costa de la cordura.

Cuanto más sereno, más contundente. Quien habla con calma suele ser quien más convence.

El grito y la descalificación componen el posicionamiento mental de nuestros tiempos; lo que hace que la sociedad esté cada vez más polarizada en extremos que se realimentan entre ellos, como si no supieran vivir sin enemigos.

No hace ningún bien el desprecio como argumento, eso hay que dejarlo a los que carecen de sensibilidad.

Tenemos que ser más inteligentes y creer en la fuerza de la palabra, esa vieja herramienta que aún puede abrir puertas sin derribarlas.

jueves, marzo 20, 2025

Ducha

Nos enseñó su casa justo cuando nosotros habíamos terminado la obra del baño, que había quedado precioso.

Todo lo que tiene que ver con la decoración, y todo lo que tiene que ver con todo, lo hace bien Fran.

El caso es que lo que no dejaba de repetir nuestra amiga es que había dado órdenes estrictas de que la alcachofa de la ducha no estuviera justo encima de los grifos. Lo repetía tanto que me estaba dando coraje. ¡Cómo no se nos había ocurrido a nosotros!

No quise decirle nada a Fran para que no se sintiera mal.

—Es fundamental, Salva —insistia ella—, así no te pegas el golpe de frío cuando abres el mando.

Meses después de esa escena, duchándome, le di al agua. Entonces miré para arriba.

Me quedé quieto un segundo.

¡Nuestra nueva alcachofa tampoco está encima del grifo!

Unicidad

Una de las condenas más sutiles del vivir es la unicidad.

El tenernos solo a nosotros cuando nos miramos en el espejo es de una brutalidad inmensa.

¿Y si todo lo demás es irreal?

Por mucho amor que tengamos, nadie nos quita ese batallar contra nosotros mismos, introducidos en el juego del tirar para adelante pase lo que pase. 

Nos llevamos toda la vida con nosotros mismos, desde que abrimos un ojo hasta que lo cerramos. Son muchos los momentos de disfrute, pero hay días en que te dices: estoy harto de estar siempre aquí metido dentro de mí.

martes, marzo 18, 2025

Susceptibilidad

La susceptibilidad es una máquina de cerrarse puertas que yo tuve muy engrasada en mi juventud, sin darme cuenta, hasta que entré en la madurez, de lo poco inteligente que resulta cabrearse por nimiedades que producían mucho menos daño que mis mosqueos.

Hay que saber filtrar.

Si cada feo lo tomamos como una afrenta no se libra ni el Tato. 

Los verdaderos desplantes y traiciones hay que saber señalarlos para que no se repitan, pero tomarse cada gesto que no nos gusta de las personas que nos rodean como una agresión es torpe.

Cuando sabemos que alguien nos quiere, y eso se sabe, debemos de relajarnos con sus meteduras de pata, porque ellos están hartos de las nuestras.

lunes, marzo 17, 2025

Narcisista

Te hace la vida imposible, especialmente cuando estáis a solas, para no dejar rastro. Te desmiente en público sobre temas que ya habíais acordado. Pone cara de asco cada vez que hablas para demostrarte su odio. Se encarga de hablar mal de ti, cuando tú no estás. Medra a tus espaldas, escribe correos que te afectan sin ponerte en copia, hace lo imposible por ponerte en mal lugar. Se niega a cualquier tipo de disculpa, ni admite ningún error.

Llega un día en que le dices 'basta ya' y esa persona, el narcisista de libro, empieza a contar la película a partir de ese momento.

Ese tipo me dijo 'basta ya'.

sábado, marzo 15, 2025

Contar

Qué ansia la del ser humano por contar su historia sin escuchar la del otro.

Es un comportamiento digno de estudio: analizar la impaciencia por cortar el discurso de quien nos habla para decir que lo mío es más fuerte, más desgarrador o más divertido de lo que esa persona, por muy querida que sea, me está contando.

En lugar de habitar la historia ajena, de dejarnos llevar por la experiencia de quien nos habla, con el aprendizaje asociado que conlleva el experimentar en la piel del otro, nos aferramos a nuestro relato, archiconocido para nosotros.

Sueño con un mundo menos ruidoso, carente de atropellos, donde nuestros semejantes se sientan atendidos cuando quieran explicarnos acerca de su interior.

Un mundo en el que nos demos la palabra con sinceridad, porque realmente nos interese lo que nos tienen que narrar.

Pocas cosas hay más atractivas que alguien que sabe escuchar sin la urgencia de interrumpir.

Famosos

No es un fenómeno nuevo que existan famosos cuya única cualidad sea la de ser famosos.

Personajes que no han creado nada, que no destacan en nada más allá de su ubicuidad mediática, siempre presentes, siempre en la foto.

Mientras les dedicamos portadas, entrevistas y horas de tertulia, ignoramos a quienes realmente tienen algo que decir.

Esos no interesan. Quizás porque nos recuerdan, con su talento y su esfuerzo, lo poco que nos exigimos a nosotros mismos.


Soñada

No llevo la vida soñada, pero soy, en esencia, feliz.

Gestionar esa contradicción no es de valientes, se acerca más a una estrategia vital. Si racionalizo mi día a día, las horas a las que suena el despertador, los malos humos que tengo que soportar en el trabajo, la escasa vocación hacia mi profesión o los largos viajes laborales en soledad podría llegar a concluir que he equivocado el tiro. 

Entendí, hace tiempo, que no hay que recrearse en lo que te disgusta sino valorar aquello que te hace grande. De forma que potencio la parte humana de trabajar con grandes equipos, me encariño de las ciudades de visita obligada y me formo sin cesar en la parte más bonita de un oficio que al que le supe encontrar su punto.

Y luego está la desconexión, el amor al llegar a casa, las risas con los amigos, la liberación de contar historias, los paseos junto al mar, el bajar a la calle y perderme en mi ciudad.

domingo, marzo 09, 2025

Estrés

El estrés es querer hacer dos cosas a la vez.

Esa es mi definición. Puede que poco acertada. Pero así lo sufro yo.

En mi día a día padezco un bombardeo de peticiones que me dispersa hasta el punto de no terminar ninguna tarea antes de empezar la otra.

Algo que me angustia. 

De ahí que mi lucha para encontrar la calma, en la vorágine en la que me muevo, es organizarlo todo para concentrarme solo en lo que hago en ese instante.

Como ahora, que te escribo. Poner todo mi amor aquí, toda mi cabeza.


Guitarra

Veo a alguien con una guitarra al hombro y ya me da buen rollo.

Siempre me ha enamorado la gente que crea, la que compone, la que diseña, la que interpreta. Personas que quieren hacer sentir.

Nacer con ese don, el de buscar las emociones. Provocar en el otro. Hacer la vida menos cuadriculada, más amable.

Yo veo a alguien con una guitarra al hombro y me apetece seguir sus pasos, ver dónde va, escuchar su voz. Sentarme a su lado y dejarme llevar por los sonidos que me proponga.

Madrid

Haber vivido en una gran ciudad curte, como curte haber vivido en el campo.

Lo que sí es cierto es que la sensación de invisibilidad, de pequeñez, de anonimato que ofrece habitar una metrópolis se convierte en una terapia o una condena según te lo tomes.

Yo ya pasé por ahí tras vivir cuatro años en París, una ciudad tan hermosa como dura, un conglomerado donde no eres nadie ni nadie te ve.

Quizás me volví a enamorar de mi ciudad, a la que tanto criticaba, cuando regresé de allí.

Para mí fue terapia, fue encontrarme, fue entender qué es lo que yo quería de mí.

Calzoncillos

Pasé tanto frío una tarde en Valladolid que decidí comprarme unos calzoncillos largos.

De esos que llegan a los tobillos.

Feliz de haber encontrado la forma de pasearme por la ciudad sin sentir congelados los muslos, llegué una tarde a un club de lectura en Madrid. Tomé el AVE en Pucela y llegué justo a tiempo para compartir las impresiones de mi última novela con 'Un ratito para leer', un grupo de lectoras, y un lector muy especial, que me cuidan desde hace años.

El centro cultural estaba preparado, habían colocados sillas en círculo para empezar a charlar sobre la historia.

Hasta que crucé las piernas y aparecieron los calzoncillos por debajo de los tobillos.

Destratar

Salió del bar con su copa y con la mía.

—Me ha destratado, Salva.

Se refería a la camarera y a mí la frase se me quedó grabada. No hablaba de maltrato, sino de destrato, una palabra que no existe en la RAE pero que ejemplifica con sonoridad uno de las peores maneras de comportarse con alguien: el ninguneo.

Esa mujer que traía las copas era María Emilia, una uruguaya que se llevó un trozo de mi corazón cuando se fue a vivir a Montevideo.

Cada vez que paso por ese lugar donde nos conocimos, ese bar donde la destrataron, me acuerdo de sus pelos rojos y su manera divertidísima de relatar lo mundano de nuestras vidas.

viernes, marzo 07, 2025

Bien

Si antes de manifestar nuestra opinión a alguien, sobre algo que le afecta, pensáramos más en esa persona y menos en nosotros, seguro que seríamos más prudentes.

Es una pregunta que deberíamos hacernos, ¿va a hacerle algún bien eso que le voy a decir?

Bajo el disfraz de consejo muy a menudo se agazapan críticas feroces a lo que el otro representa para nosotros.

No sé cuántas veces habré metido la pata diciendo necedades a gente querida, amparado en mis buenas intenciones, que no llevan a ninguna parte.

Antes de aconsejar medito mucho, porque sé el valor que los demás dan a mi palabra.

Perro

Lo observo desde hace tanto tiempo que lo he visto envejecer.

Es un tío apuesto, delgado, deportista, que pasea a su perro, enorme, por los alrededores de casa. 

No sé dónde vive, a qué se dedica ni si tiene familia. Solo sé que tiene perro.

Se lleva horas con él, en cualquier momento del día, calmado, mirando una ventana o una loseta.

Pagaría por tener esa tranquilidad de espíritu, ese sano cuajo para tirarme los ratos así, sin más que la compañía de un perro, en medio de la ciudad, observando una farola.

martes, marzo 04, 2025

¿Todo bien?

Heredado de mi padre, los hermanos Navarro solemos responder al móvil preguntando:

¿Todo bien?

Hombre vitalista como era, guardaba un terror escondidísimo a todo lo inesperado. Si llegabas tarde a casa, se ponía en lo peor; si venías triste del colegio, imaginaba una desgracia. Se asomaba a nuestras habitaciones si llevábamos un rato sin salir.

¿Te pasa algo?

A mí, cuando me llama gente que no suele hacerlo, se me pone el corazón en la garganta y me monto un drama.

Tanto es así que, cuando nos telefoneamos entre hermanos, tenemos que empezar diciendo.

Tranqui, que no pasa nada.

Alabar

Soy muy insistente en una teoría acerca del ser humano: una persona que habla bien de los demás es una persona con valores.

Puede que, en el fondo, sea un miserable, aunque lo dudo. Tal vez su día a día demuestre otra cosa, pero me costaría creerlo. ¿Y si solo es una estrategia para darse pábulo, un modo de ganar simpatías? No me encaja.

Suele ocurrir que, por mi trabajo, tengo que establecer relaciones con gente de la que ya tengo una opinión formada. Por conversaciones de café, por su forma de hablar, incluso por puro instinto.

Luego llega el día en que me toca trabajar con esa persona, que no me hace tilín, y resulta que se deshace en elogios hacia sus compañeros.

Ya me tiene embaucado.

Fulano

Miembro del comité de dirección de mi fábrica, pongamos que se llamase Pascual de la Montaña.

Tirano en sus maneras, nada empático con sus subordinados, paseaba como un pavo real por entre los pasillos, petulante, para dictar sentencia, a voz en grito, de lo que estaba bien y estaba mal.

Una mañana, satisfecho con un proyecto que yo le había presentado, se me acercó en un aparte, yo no tendría 30 años, y me dijo, a boca llena:

Salva, algún día llegarás a ser un Pascual de la Montaña.

Yo le sonreí y para mí me dije 'Dios no lo quiera'.

Me lo debió notar.

lunes, marzo 03, 2025

Borracho

Hay palabras que me llevan a la infancia y muchas tienen que ver con la merienda.

La merienda en sí, ¿hay algo más infantil?

Hasta el mismo nombre es de dibujitos animados, de mesa camilla en invierno y mantel de hule bajo el sol en verano. Su soniquete es el de barriga llena, de azúcar cuando no era veneno, de risas y cara de siesta, de tele sin apenas volumen.

Son bocatas de Nocilla, galletas mojadas en leche, bollos de chocolate, Panteras Rosas. Es la voz de alguien que ya no está.

El otro día nos ofrecieron un pastel al terminar una cena y pregunté qué era.

Un borracho me explicaron.

¿Un borracho?, me dije, ¡cuántos siglos sin escucharlo! Una palabra que, como un túnel del tiempo, me llevó al sofá de la casa de mi abuela Salud.

Zafios

Hay escenas familiares tan cutres, tan descarnadas, que me planteo la desgracia de nacer en ese entorno.

Veo críos que apenas saben hablar al que sus padres vociferan con palabras zafias, en la cola del Carrefour o en la barra de un bar, que me hacen desear, para esos niños, que algún ángel los rescate.

Por mucho que nos quieran vender el sueño americano de que todo el que quiere, puede, cuando la familia en la que naces es tóxica, con independencia de la clase social, es difícil salir adelante de forma equilibrada.

Observo los gestos, los desprecios, el mal rollo y me digo: que haya algún compañero de clase que lo invite a su casa a merendar, que tenga un primillo que lo saque los fines de semana al campo, que tenga un abuelo bueno que le diga que la vida no tiene por qué ser así.

sábado, marzo 01, 2025

Petardos

Veníamos de darnos un paseo por el Madrid de los Austrias y, ya reventados, llamábamos a un taxi.

En ese momento, nos explotaron varios petardos bajo los pies, que nos hicieron dar un salto de terror. Menudo susto. Vimos a unos chavales correr y les lanzamos insultos de todos los colores.

Cuando, ya en el taxi, se me puso el corazón en su sitio, vi a Fran ocultando la risa.

—¿Qué te hace tanta gracia? —le pregunté.

—Que yo era igual de gamberro. 

viernes, febrero 28, 2025

Sillas

He tenido dos grandes jefes a los que admiré durante el tiempo que trabajé con ellos. Varios años en ambos casos. Me resulta curioso, en cambio, que de todas las grandes enseñanzas que pude recibir de ellos, me quedé con dos muy tontas que me hacen recordarlos a diario.

Uno de ellos me aconsejó no enrollar el cargador del móvil, al guardarlo, como si fuera una bobina de lana.

—Se te va a romper el cable si sigues haciéndolo así.

El otro siempre llamaba la atención cuando, al terminar una reunión, la gente arrastraba las sillas para levantarse y no las colocaba en su sitio.

Así que, cada vez que termino de comer, me levanto con extremo cuidado, sin hacer ruido, y coloco bien la silla pegada a la mesa; del mismo modo que cada vez que hago la maleta, y la hago a menudo, trato con cuidado el móvil del cargador.

Al menos, los tengo presentes.

miércoles, febrero 26, 2025

Valladolid

Una de las muchísimas cosas que me gusta de Valladolid, donde paso tanto tiempo, es lo calentito que se está en todos los sitios.

En Sevilla, con un invierno mucho más suave, se pasa un frío tremendo en los locales. Puertas abiertas, escasez de calefacción, suelos de mármol.

Ocurre que las ciudades, como las personas, viven de acuerdo a su fama. Las calurosas están repletas de climatización, las acostumbradas a bajar de los cero grados, en cambio, son expertas en la calefacción, de modo que no disfrutas de las ventajas del clima de cada una.

Yo no he pasado más calor que en el verano parisino, en mi apartamento de Boulevard Port Royal.

A algunos humanos les pasa igual, potencian su lado bueno y se olvidan de peinarse.

martes, febrero 25, 2025

Sentarse

Coger el buen asiento en una mesa de grupo es de sociología avanzada.

Estudiar quiénes son los comensales para evitar al que te va a poner la cabeza como un bombo, al tiempo que estar cerca de quien alegra la comida y no tener de frente al de los chistes fáciles. 

Acostumbrado a muchas comidas de trabajo, soy experto en hacerme el remolón para que me adelante este, dar un giro teatral como de haber olvidado algo cuando veo que me sigue aquella o acelerar en el momento en el que veo el grupo del buen rollo.

Tengo un máster en técnicas de encontrar la buena silla.

domingo, febrero 23, 2025

Diablos

Sin el menor de los escrúpulos, Putin ha provocado decenas de miles de muertos, incluso entre sus compatriotas, y provocado la expulsión de millones de ucranianos de su tierra, en el más absoluto de los delirios ególatras.

Esa guerra sin sentido provocó subidas de los precios de los combustibles y escasez de cereales, lo que llevó a un aumento de la carestía de la vida en todo el planeta que, como siempre, sufren con virulencia los más pobres, incluso las clases bajas norteamericanas, que votaron a Trump con el principal argumento de una inflación disparada.

Ahora tienen a un presidente que agradece a Putin el caos que le ha llevado al poder, llamando dictador a Zelenski y poniéndole en bandeja al verdadero tirano ruso los territorios esquilmados contra toda legalidad internacional.

El diablo los cría y ellos se juntan.

Vienen tiempos malos.

sábado, febrero 22, 2025

Detergente

Cuando fui a poner la lavadora no encontré el detergente.

—Es nuevo, una botella blanca —gritó Fran desde el baño—. Echas un tapón en el cajetín de la izquierda.

Me acerqué al baño.

—¿Qué se echa, en el mismo sitio que el suavizante? —pregunté—.Yo siempre lo pongo en la derecha.

—No, hombre, si en el de la derecha pone una flor.

Me miró entonces a la cara.

—Llevas veinte años echando el detergente donde el suavizante, ¿verdad? —Asentí—. ¿Y el suavizante?

Me volví a la lavadora.





Madre

Estamos hechos de contradicciones.

Mi mente racional lo tiene claro: todos los cielos y los infiernos están en este mundo, y al morir, simplemente morimos. No hay más vida que el recuerdo que podamos dejar.

Y, sin embargo, desde los dieciocho años—la edad en que la perdí—mi madre está presente en cada paso que doy. En cada logro, en cada revés, la imagino celebrándolo conmigo o consolándome.

Sí, lucho mi vida por mí y por los míos, pero no puedo evitar ese cosquilleo incontrolable que me empuja a hacer que se sienta orgullosa de mí.

Zamora

Es un pueblo de menos de cien habitantes, en Zamora, donde todos sus vecinos están emocionados con el nacimiento de un crío tras mucho tiempo sin celebrar algo tan hermoso.

Van parando a los felices padres por la calle para llenarlo de besos e interesarse por cómo está.

Un crío que crecerá rodeado de mucho amor.

Sin embargo, para el partido político Vox se trata de un hecho tenebroso, porque los padres de esa criatura son marroquíes. Añoran los tiempos de la Inquisición y las hogueras.


viernes, febrero 21, 2025

Cabra

Me di cuenta de que la puerta de casa estaba abierta y, cuando la quise cerrar, entró una cabra.

Muerto de miedo, hice por asustarla, pero se metió otra justo cuando ya tenía controlada a la primera. Luego saltó una tercera por encima de mí. Empezaron a entrar pájaros y ratones que se me escurrían por entre las piernas.

—¡Borete! —me despertó Fran. Y me abrazó.

No quiero imaginar la que tenía yo montada en la cama ahuyentando a toda esa fauna.

Hay períodos de tanto estrés laboral, como el que actualmente vivo, que hasta me invaden cabras en mis sueños, un territorio en el que suelo ser feliz.

Esta mañana Fran me llamaba, preocupado por lo que vio anoche y, sobre todo, por mi ansiedad en el trabajo. Entonces le expliqué la pesadilla.

—La gente sueña más bien con ovejas —bromeó.

Serían ovejas estresadas disfrazadas de cabras, pensé.

martes, febrero 18, 2025

Francisca

Fue no más de un minuto y ya tengo necesidad de leer de ella: Francisca Aguirre.

Fran se había quedado dormido viendo el documental de Antonio Machado y al día siguiente le comenté.

—Hay un momento en que habla de él una poetisa con tal devoción, que se me puso la piel de gallina.

La película está en Filmin, así que esa misma noche la busqué para ponerle ese minuto en el que Francisca habla con devoción de la generosidad de Machado, hacia el ser humano, al escribir sus poemas. Cuando lo encontré, ¡Fran se había dormido de nuevo!

Pensé entonces en 'La Naranja Mecánica', tendría que ponerle pinzas en los párpados para que no se me durmiera.

A la tercera, la noche siguiente, fue la vencida. Conseguí que escuchara esas palabras de puro amor hacia la literatura del poeta en boca de una poetisa.

—Maravilloso —admitió.

Está por allá por el minuto 31, no os arrepentiréis.

Grava

Pasé la tarde en el vallisoletano Museo del Patio Herreriano.

Tuve la suerte de que la primera de las exposiciones que visité era la que más necesitaba: una sala inmensa, vacía, con un asiento largo de madera solo para mí. 

Lara Almarcegui, una artista zaragozana, me había creado una producción bellísima en vídeo, sin sonido, con imágenes apenas móviles de un centro de producción de grava al aire libre.

Bodegones formados por paisajes de tierra, de piedra; colores grises, marrones; el cielo azul detrás. 

Pantallazos que duraban eternos para estos tiempos convulsos.

La propuesta era un reto a permanecer allí, con los ojos clavados en ese silencio, tentado mil veces a levantarme, a mirar el móvil, a seguir con la visita.

Superé todas las batallas, frente a la pantalla gigante, sumergido en la pausa que me proponía.

El arte se gana su nombre cuando te trastoca.

Gimnasia para el alma.

lunes, febrero 17, 2025

Laín

Hacíamos una visita guiada a las minas de Río Tinto, una experiencia más que recomendable a todos los niveles: por lo espectacular de la naturaleza, por el aprendizaje científico, por el conocimiento de nuestra historia. Hablamos de una explotación minera que viene de más allá de la época romana.

El caso es que nos explicaron todo el proceso de extracción y metalúrgico que nos llevaban al producto final, que no era el cobre que todos conocemos.

—No —explicaba el guía—. Todo esto se carga en el puerto de Huelva hacia China y la India, que utilizan medios no muy sostenibles para obtener las planchas finales de metal.

Fue entonces cuando nos habló de Eva Laín, sin decir aún su nombre.

—Una chica que va a conseguir que ese proceso final, el de mayor valor añadido, se pueda hacer aquí y sin contaminar.

Los visitantes nos interesamos por esa joven. ¿De dónde era? ¿Qué había estudiado? ¿Qué edad tenía?

—Es madrileña, con estudios de Química y lo que ha conseguido desarrollar es una revolución científica.

Qué de tiempo dedicamos a ensalzar a figuras de papel maché y qué poco a mujeres (y hombres) como Eva Laín. Cuando la gente, al escuchar su historia, muestra un interés desmedido.

Para ella la gloria.

Gilipollas

Una más de las desgraciadas consecuencias de la llegada al poder de Trump, es que se ha puesto de moda ser un cretino.

Se glorifica lo soez como comportamiento. Quien diga la barbaridad más grande se lleva el premio.

Ha salido en tropel toda una jauría de personal gritando contra los tiempos modernos, contra la diversidad, contra el respeto al diferente; a mofarse del débil, del pobre, del que no es blanco platino.

Están creciditos los matones de barrio.

No debemos caer en ese juego. Hoy, más que nunca, debemos reivindicar la empatía, la educación y el respeto a los demás.

Tenemos que demostrar, con nuestro ejemplo, que siempre gana la bondad.

domingo, febrero 16, 2025

Abrecartas

Me regaló un abrecartas precioso con mi nombre grabado, 'Borete'.

En mi vida hay una frontera que divide a mi gente en dos, la que me llama Borete, que tiene que ver con mi infancia, y la que se dirige a mí como Salva, ya a partir de mi adolescencia.

Cada vez que reordeno papeles y organizo libros, aparece el abrecartas y con él se presenta Bárbara, esa niña de la infancia a la que yo vigilaba en su cuna, como Carlota vigilaba a Fernando en mi última novela.

Ya no nos vemos, ya no sabemos apenas el uno del otro, aunque siempre nos alegra encontrarnos.

Hoy apareció el abrecartas y el pellizco se repitió con el eco de lo que fuimos.

viernes, febrero 14, 2025

Laura

'Mañana pego el salto para Sevilla', me escribía Susana Martín Gijón.

¿No habéis leído nada de ella? Estáis tardando. Su saga de novelas de Camino Vargas es todo un disfrute.

Acudía a un acto en el Hay Festival junto a la directora de cine Laura Hojman, así que reorganicé toda mi agenda para poder estar allí, con esas dos sevillanas empoderadas.

El acto, celebrado en las impresionantes salas de la antigua fábrica de Artillería de Sevilla —de donde salieron los leones del Congreso—, fue un olvidar todos los estreses.

A la salida del acto nos fuimos de cervezas y tuve la oportunidad de charlar con Laura, que compartió con nosotros las alegrías que los últimos documentales le está regalando.

Al día siguiente, Susana me escribió disculpándose... Yo le conté lo mucho que me gustó conocer a la directora.

'Anoche nos vimos su 'Antonio Machado, los días azules' en Filmin. No pude emocionarme más. ¡No dejéis de verlo!

Como le decía a Susana: la gente buena trae gente buena.

Funerarias

'De gintónics a funerarias'.

Ése es el mensaje que me envié. Es así como trabajo mi mundo interior para dar pie a mis textos de cada tarde. Voy mandándome a mi propio WhatsApp sensaciones que luego, en la calma de casa, me dedico a poner en pie.

Así, voy observando el mundo, y mi mundo, con los ojos bien abiertos, tanto respecto a lo que me toca de lleno como a lo que siento que afecta a los demás.

Lo que ocurre es que hay veces en que lo hago de forma tan críptica, que no entiendo las pistas que yo mismo me lancé.

¿De gintónics a funerarias? ¿Qué me quise decir?

jueves, febrero 13, 2025

Acentos

Me gusta preguntar por los acentos.

Hay quien ve monstruos en que nos atienda gente de fuera, que incluso vota por expulsarlos. A mí, en cambio, me apasiona escuchar formas de hablar distintas, se me hace más bonita la ciudad, más sana.

Acierto con dificultad, confundo al venezolano con el cubano, al turco con el marroquí, al chino con el nepalí, pero pregunto.

A ellos se le encienden los ojos, pero tratan de desviar la conversación a otro tema, porque quizás teman que tras mi sonrisa hay un tipo que los maldice por estar en nuestra tierra.

Estamos construyendo una sociedad enferma que sigue postulados propios del Neardental.

martes, febrero 11, 2025

Pilar

 Ayer enterramos a mi tía Pilar.

Toda una institución en la familia, la hermana mayor de mi padre, mujer religiosa, madre de nueve hijos, llevaba un año diciendo que se quería ir, desde que enviudó de mi tío Luis, un médico militar enjuto y delgadísimo, de tremendo vozarrón, al que yo tenía pánico cuando era un crío.

Quería irse, me decía uno de mis primos, pero no olvidaba una sola cita médica. Siempre pulula el terror a lo desconocido.

Para mi memoria queda su mirada perdida, agarrada a un busto de Cristo, deambulando por el tanatorio el día que enterró a su hijo Juan. No hay mayor dolor para una madre.

Ella creó una familia hermosísima, muy ligada a la medicina y al acompañamiento, muy humana; no pudo dejar mejor herencia, ayer no podía sentirse más amor en su despedida, con tantísimos nietos con los ojos rojos.

Fran, que la trató más en los últimos días de mi padre, tuvo más trato con la familia Mármol Navarro a partir del día en que yo pedí ayuda a mi primo Tete para echar un cable médico a mi suegro.

Empezó entonces a conocer a los hijos de Pilar y quedó maravillado.

—¿Cómo has tardado tanto en presentarme a los Mármol?

lunes, febrero 10, 2025

Cabarets

En mis años locos en París conocí a un canario.

Mayor que yo, terriblemente apuesto, cultivado, vividor, este hombre era un abogado que compartía vida con un francesito esmirriado, guapísimo, que actuaba en cafés con espíritu de cabaret.

Allí iba yo, y a la ópera, y a su casa, y a visitar exposiciones de arte contemporáneo. 

Cada día trabajaba más en Bruselas, con lo que se hacía más difícil quedar, hasta que un día me di cuenta que nos habíamos dejado de ver. Nuestras vidas eran tan intensas que tardé tiempo en echarle de menos.

Ahora no sabría cometer el error de volver a él, porque lo que significó para mí ya no funcionaría hoy.

Rosalía

Hace días me encontré con alguien de la familia a la que apenas veo.

Somos tantos primos y tíos que resulta complicado mantener el contacto. El caso es que me hizo especial ilusión verla. Ella representaba mis años de infancia, los veranos en la playa, las cenas de Navidad.

Al darle un beso de despedida le lancé un 'te quiero' que nos desconcertó. 

Que poco acostumbrados estamos a decirlo.

domingo, febrero 09, 2025

Color

Que se me va el santo al cielo a menudo es algo que no sorprende a quien me conoce.

Presto atención absoluta a cuestiones que me inquietan y soy disperso en grado sumo con aquello que no me motiva, lo que ocurre es que, a veces, incluso me sorprendo yo.

Estábamos hablando de coches entre compañeros de trabajo, algo lógico al ser el sector al que nos dedicamos. Cada uno contaba cómo le iba con el suyo y yo flotaba a mi bola, hasta que alguien me bajó a la tierra.

—Salva, tu coche ¿de qué color es?

—Ostras —respondí—. Pues no me acuerdo.

¡No nos lo podíamos creer!

sábado, febrero 08, 2025

Impotencia

Hay una realidad que me cuesta asumir, y me frustra, no puedo cuidar de mis amistades tanto como quisiera.

Enviar mensajes de móvil con corazones está bien y lo practico, pero alimentar las relaciones implica hablar, mirarse, tocar.

Hacer la cuenta de las horas libres no sirve más que para confirmar que no es posible, porque quedar para cenar con uno es renunciar a quedar con otra y las semanas pasan, de pronto te ves en primavera, y te quedan mil citas por concretar.

Yo quiero saber de ellos, tomar cafés, dar paseos, escucharles de sus vidas, ponerme al día de cómo les trata el mundo.

Que la vida se nos va y yo los quiero.

Amabilidad

Hay quien confunde amabilidad con falta de carácter.

Es algo que se da mucho en el mundo laboral. 

Ocurre que, si escuchas sin interrumpir, si sonríes al saludar o utilizas un tono calmado al explicar un tema, piensan que  te pueden comer con patatas, como si la razón la dieran el volumen de voz y el número de interrupciones por minuto.

El otro día un compañero me decía.

Salva, ¿sabes una de las cosas que más admiro de ti?

Miedo me das respondí.

Tu capacidad para hacer que nadie se te suba a las barbas sin perder las formas.

miércoles, febrero 05, 2025

Querer

Qué bonito que alguien me quiera tanto.

Esa sensación de plenitud de saberse amado es vitamina para el alma, saber que una persona a la que adoro me tiene en su pensamiento en su día a día, que me compra el queso que me gusta, que me dice lo mucho que le pongo, que sabe inquietarse por lo que me preocupa, que me llama cada noche desde la cama para decirme que no puede dormir sin mí. 

Saber que él percibe lo mismo de mí.

Solo el amor está a la altura del amor.


Barba

Las redes sociales me asaltan, sin previo aviso, con fotos de tiempo atrás y mi primera reacción siempre es la misma, confirmar si mi padre vivía o no.

Sin haberlo planteado, la última vez que me afeité fue el día previo a su muerte, hasta entonces nunca tuve barba, desde entonces no la he dejado de tener.

Así que verme fotografiado en el pasado me da una información brutal de algo que siempre nos marca, el maldito día en que nos convertimos en huérfanos para siempre.

Chino

Si quiero ver la última moda china, sin gastar un euro, me voy a la calle Trajano de Sevilla.

Desde hace unos años, en un local clásico donde ya hubo negocios hosteleros que nos gustaron, funciona un elegante restaurante asiático, regentado directamente por gente de Hunan, una provincia que estuvo en el centro del huracán en los tiempos del Covid.

Cada vez que me asomo a sus grandes cristaleras, el panorama es el mismo: chinos comiendo, incluso haciendo cola. Muy raro ver un occidental.

Peliculeros como somos, ya hemos ido Fran y yo un par de veces a impregnarnos de esos sabores, picantísimos, alejados del clásico arroz tres delicias.

Ves las pintas, los vestidos, las bolsas de la compra y te das cuenta de que allí se cuece algo, la gente guapa de aquel país que visita nuestro país se da tortas por estar allí.

Si un restaurante chino en Sevilla solo tiene clientes chinos y hay colas para entrar, ¿qué mejor publicidad? Algo estarán haciendo bien.

lunes, febrero 03, 2025

Ejemplo

Hay programas informativos en los que periodistas hablan sobre los derechos de los trabajadores a la conciliación familiar, a sus jornadas laborales de 8 horas, y ves a esos mismos reporteros, currantes de tomo y lomo, en la edición de la mañana, la tarde y la noche, de lunes a viernes, y en la tertulia del sábado noche, y en una conexión el domingo.

No salen las cuentas.

Vivimos en un país donde se ven edificios de oficinas iluminados a las ocho de la tarde.

Es lo que hay, porque si protestas hay un regimiento detrás esperando a ocupar tu puesto.

Queda mucha lucha aún.

Presente

Si los recuerdos no valen, ¿qué somos cuando no somos nada y la vida nos golpea?

Si el pasado no cuenta y solo vale el presente, no merecemos lo ya vivido, porque nada de eso existe ya.

Sin embargo, somos lo que somos hoy por todo lo que hicimos ayer.

No idolatremos solo el presente, no hagamos caso a quienes dicen que no hay que mirar atrás, huyamos de la cultura de ir quemando etapas, porque el día de hoy, el momento en el que me lees, no tiene alma de por sí si renunciamos al lugar de dónde venimos.

sábado, febrero 01, 2025

Uceda

El verano pasado murió una de las grandes poetisas que ha dado Sevilla a la literatura, Julia Uceda.

Una mujer adelantada a su tiempo que dio clases en la universidad de Michigan o en Irlanda, que fundó revistas literarias y fue aclamada con múltiples premios.

La mayor de cuatro hermanos, ya se vislumbraba desde pequeña que su mundo interior bullía de emociones, circunstancia imprescincible para escribir poesía. 

Siendo una cría, veía como a su casa del centro de la ciudad iban llegando hermanos que no entendía bien desde dónde venían; así que un día, sin levantar todavía dos palmos del suelo, le preguntó a sus padres:

'¿Dónde estaba yo antes de estar aquí?'

viernes, enero 31, 2025

Oportunidad

Lo dramático y maravilloso de la vida es que solo se nos da una oportunidad.

Hay quien se da cuenta demasiado tarde y hay quien no se entera nunca.

No es cuestión de vivir con ansiedad, nunca lo hice, sino con plena consciencia de nuestro papel en el propio desarrollo personal. Hay mucho de azar, otro tanto de decisiones de otros, pero, sobre todo, es en nuestros pasos donde se encuentran las claves del camino que recorremos.

Si en cada cruce eliges la opción más cómoda, acabas por descubrir que no te has movido de allí donde siempre estuviste. 

jueves, enero 30, 2025

Paseos

No a menudo, de vez en cuando, mientras paseo por el centro de Sevilla, suspiro por cruzarme con personas muy concretas que significaron mucho para mí. Amigos con mayúsculas que dejaron de serlo para siempre. Gentes, con nombres y apellidos, a quienes ya no me une nada y con quienes sé que no sabríamos, ni querríamos, retomar lo que una vez fuimos.

Me viene ese pensamiento y miro por aquí o por allá, por ver si llega ese abrazo, las miradas, el contarnos cómo nos trata la vida.

Son importantes para mí, aunque no estén. Siento amor, sí, aunque no desee nada de esos ángeles que un día existieron.

Solo un abrazo, un día, paseando por Sevilla. 

miércoles, enero 29, 2025

Muerte

Temía mucho más a la muerte de pequeño, cuando el monstruo apenas se veía como un punto negro en el infinito.

Ahora que ese monstruo ha crecido tanto, le veo cara de tonto y me asusta menos.

Sentía punzadas de terror cuando pensaba en el ataúd frío y yo allí dentro, cuando apenas yo era un chavalito que ni siquiera merecía el título de adolescente.

Quizás que mi madre muriera tan joven fue el clic que me hizo naturalizarla, a la muerte; tal vez el pensar que cuando no esté vivo no sufriré, porque no seré nada; el caso es que apenas me quita el sueño imaginar mi final.

Me lo quita pensar en el de la gente que quiero.

martes, enero 28, 2025

Catalanes

Mi trabajo me obliga a viajar mucho y esos viajes implican convivir con compañeros a los que tengo que tratar, con bastante frecuencia, fuera del horario laboral. 

Estaciones de trenes, aeropuertos, cenas, paseos por la ciudad.

Hago, siempre, por establecer un vínculo sano que facilite las cosas. No tanto por ellos, que también, sino por mí. Las compañías no elegidas hay que cuidarlas más, incluso, que las que nacen del corazón.

En el último proyecto en el que estoy inmerso, he vuelto a tener que construir vínculos nuevos, con la suerte de que, casi siempre, doy con gente muy apañada.

El otro día, comiendo, en Valladolid, una de estas personas, a la que aprecio, me hizo un comentario, indignado, muy en contra de mis pensamientos políticos, tal vez por tantear de qué pie cojeaba yo.

—Me temo que opino justo lo opuesto que tú —afirmé, con calma.

—Entiendo, Salva.

Y cambiamos de conversación. ¡Tan fácil!

domingo, enero 26, 2025

Clave

Soy también feliz sin Fran, él lo es también sin tenerme al lado y esa es una clave más de nuestro éxito como pareja, saber disfrutarnos tanto como mantener un rumbo propio, querer hacer feliz al otro sin renunciar a nuestros propios sueños.

Nadie mejor que él me anima a aceptar retos que sabe que me harán realizarme como persona, aunque impliquen alejamiento y renuncias como pareja.

Nadie como yo le empuja más a hacerse grande en aquello que le apasiona, por mucho que sean universos que nada tienen que ver con los míos.

Quererse es también eso.

Chinos

Le hablaba a Fran de una vecina en la que me estoy inspirando para construir un personaje secundario de mi próxima novela.

Esa mujer ya no vive aquí.

Cierto contesté, hace tiempo que no la veo.

Entonces él me contó que en el piso donde vivía ahora hay una familia china.

¡No sé cómo haces para enterarte de esas cosas!

Me miró como él hace, cada vez que me ve en Babia.

¿Sabes cómo me informo? Pues verás, cuando antes aparcaba la moto, veía a esa mujer en su terraza. Ahora, cuando la aparco y miro al mismo sitio, veo chinos.

sábado, enero 25, 2025

500

Era muy pequeño cuando me enfrenté por primera vez al concepto del dinero.

Una cena de navidad en casa de mi abuela fue el escenario. Con unas copas de más, mi tío Jesus Mari sacó quinientas pesetas y lanzó una frase, a todos los allí presentes, que me impactó.

—¡Este billete se te va de las manos en cuanto te descuidas! —gritó.

A mí, por entonces, quinientas pesetas me parecían una fortuna. ¡Cuántos dónuts se podían comprar! ¡Cuántos cromos del álbum de ciudades del mundo! ¡Cuántos chicles de menta!

Hay veces en las que me asomo a mi cuenta bancaria y visualizo a mi tío Jesús Mari, con las venas del cuello llenas de sangre, agitando el billete de 500 pesetas entre botellas de champán.

viernes, enero 24, 2025

Actualidad

Me duele que cada vez me duela menos la actualidad.

Que mis muchas esperanzas, de joven, en el ser humano, se desvanezcan cada tiempo un poquito, que los telediarios no dejen de ser un bucle que tiende a volver a lo más ruin en ciclos que estamos condenados a repetir.

Buceo en las páginas de los periódicos por encontrar la noticia que me diga que sí, que ese investigador, aquella escritora, este músico, aquel emprendedor, esa filósofa me han acercado, una vez más, al menos una vez más, a la utopía de creer que sí que es posible.

Que aún es posible.