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jueves, marzo 31, 2022

Panaderos

La reconocí en un balcón, un Miércoles Santo de cuando yo era muy joven.

La vi emocionada y me emocioné, con esa capacidad tonta que tenemos algunos de contagiarnos del brillo de los ojos en los otros.

Por entonces yo era muy capillita, me recorría las calles de Sevilla como un poseso para no perderme el paso de ninguna hermandad. Conocía cada rincón, dónde mecían mejor a la Virgen, cuál era la salida más difícil, en qué lugares cantaban siempre saetas.

Allí estaba yo, en la diminuta acera de la Cuesta del Bacalao, esperando la llegada de los Panaderos y su imponente escena de entrega de Cristo a los judíos, con un montaje rebosante de personajes, donde incluso cabía un olivo.

Así que yo vi a esa actriz, María Fernanda D'Ocón, con las lágrimas saltadas, en el balcón que estaba justo frente a mí, que andaba entremezclado a solas entre la muchedumbre. Tanto me impactó la escena, y tan peliculero soy, que volví al año siguiente justo al mismo sitio. Allí estaba la señora. Y al año siguiente. Y el de después. Ella no sabía que yo me citaba cada Semana Santa para verla llorar.

La madurez me fue apartando de esas tradiciones, el intenso ritmo de trabajo me hacía escapar de la ciudad en cuanto podía, pero siempre me acordaba de sus ojos esa noche, cuando imaginaba el majestuoso paso de los Panaderos bajando una de las pocas cuestas que tiene mi ciudad.

Ayer leí que la actriz ha muerto esta semana. Esa gran dama del teatro de ojillos vivarachos y nariz chata que se emocionaba, sin saberlo, para mí. Murió en paz, dice la noticia, rodeada de sus sobrinos.

El mundo seguirá girando, impertérrito, sin saber que deja atrás episodios de una dulzura infinita que se pierden para siempre.

miércoles, marzo 30, 2022

Ucrania

Me enteré por una foto de su mujer en Instagram. 

¿Hablas de Fernando?

La gente buena no suele airear sus virtudes.

Sí.

Para cuando me contestó ya estaba a cientos de kilómetros de Sevilla. Me hizo una videollamada desde la frontera con Ucrania y noté su emoción. 

Estoy orgulloso de ti.

Él me dijo que el mérito era de los refugiados que habían dejado todo atrás. Junto con otros amigos llegó hace un par de días a Sevilla con 29 ucranianos.

Ya están todos colocados en sus respectivos alojamientos me comentó a la mañana siguiente de su regreso. No veo el momento de volver. 

Unos nos dedicamos a soñar un mundo mejor, mi amigo Fernando lo construye.

lunes, marzo 28, 2022

Médico

Me hubiera gustado ser médico, como me hubiese gustado ser tantas cosas, pero siempre me pudo mi espíritu aprensivo. 

Me llevo mal con la sangre.

Mi curiosidad, sin embargo, siempre está ahí, latente, a pesar de mi hipocondría, porque tiendo a tener todas las enfermedades que me explican.

Tengo la impresión de que somos unos analfabetos de nuestros propios cuerpos, como un tabú con el que convivimos desde pequeños. No se nos educa en el conocimiento de nuestro físico, cuando es con él con quien nos manejamos a diario. Esa sensación de que todos entendemos de todo sobre bases nada sólidas.

Podría utilizarse nuestro organismo como campo de enseñanza. Explicar la química, la física, las matemáticas a partir de nuestros intestinos, las bacterias, el sistema nervioso, las articulaciones, de forma que convivamos en armonía con nuestro más cercano hogar, aquel que nos acompaña siempre y del que tanto tememos saber por miedo a llevarnos sorpresas.

Piso

Se pierde mucho el tiempo buscando la justicia divina.

En uno de mis episodios de envidia mala juvenil, a mí me reventaba el hecho de que a uno de mis compañeros de universidad, amigo inseparable por entonces, ya le hubiesen puesto las llaves de un coche y un apartamento en la mano, recién terminada la carrera, .

Yo me decía que me tendría que llevar media vida trabajando para conseguir lo que él ya tenía, por el hecho de haber nacido en una familia muy bien posicionada económicamente.

Con el tiempo me di cuenta de que yo era el afortunado. Cuando compré mi primer Clío, me asomaba al balcón para verlo y me decía ¡es mío! Cuando entré por primera vez en el piso que compré tuve una sensación poderosa de orgullo conmigo mismo.

Sí, me queda media hipoteca.

La envidia es mala la tomes por donde la tomes, porque cada persona y sus circunstancias son un mundo.

Yo miro mi apartamento, tan bonito, y me digo 'esto me lo he currado yo'.

domingo, marzo 27, 2022

Semáforo

No se veía un coche a los dos extremos de la avenida, así que crucé.

Una mujer de avanzada edad me tomó por el brazo y me metió en la acera, tras soltarme un discurso indignado en danés. Me señalaba el semáforo en rojo para los peatones. Yo sólo supe decir:

Sorry.

Era un domingo tranquilo y soleado en Copenhague, al que acabábamos de llegar en nuestra ruta adolescente de aventuras con Interrail, tras recorrer media Europa en tren. Yo aún tenía la cabeza amueblada como un crío, así que obedecí a la reprimenda de la señora.

Hay días, muchos, en los que me acuerdo de esa mujer al atravesar una calle por donde no debo. Y siempre me planteo que soy un afortunado por haber nacido en una sociedad menos cuadriculada que aquélla que se relame en una educación cartesiana que no sabe lo que es la mano izquierda.

Móvil

Estamos escasos de contención.

Es una consecuencia directa de los tiempos en los que vivimos, en los que todo se mueve a una velocidad de vértigo y la palabra paciencia se ha devaluado hasta ser considerada como una tara.

Queremos conocer las noticias ya, que nos traigan el sushi ahora, ver ese vídeo en este momento, que me traigan esa camiseta mañana. Vamos construyéndonos necesidades imperiosas en el día a día y muchas no tienen que ver con el dinero, sino con la información. De ahí que consultemos de manera compulsiva el móvil para comprobar si ha pasado algo nuevo en Ucrania, con los transportistas, en nuestra ciudad.

Tomamos el teléfono ahora y lo volvemos a consultar cinco minutos después, como si en ese suspiro de tiempo el mundo se haya podido dar la vuelta del revés.

Yo trato de aplicar la contención. Aparcar el móvil durante horas en la mesita de noche, tratar de no consultarlo cuando estoy cenando, pasear sin mirarlo en busca de no sé qué.

No es sencillo. No hay lugar para el que mires en el que no haya alguien viendo el móvil, que muchas veces, es cierto, ofrece una compañía inestimable.

Yo, en todo caso, aplico la contención. Casi siempre respondo con tardanza porque trato de ir a mi ritmo y no me gusta que un aparatejo controle mi respirar.

sábado, marzo 26, 2022

Barba

Nunca había tenido barba hasta el día en el que murió mi padre.

Ahora podría contar que fue una decisión tomada frente al espejo, pero no sería cierto. Dejé de afeitarme, sin más. Como un acto de rebeldía de mi propio cuerpo ante el dolor de una pérdida definitiva.

Cuando los amigos, las redes o mi ordenador, de golpe, me asaltan con una foto del pasado, sé catalogarla en el antes o después. Al verme la cara afeitada sé que entonces él estaba con nosotros y juego a adivinar dónde estaría mientras me hicieron esa foto, si estaría en su mesa camilla con sus libros sobre genealogía de reyes, o de cervezas en el Jamaica, o en la playa con mis hermanas. Si estaría o no ya enfermo, si lo habían operado ya o no, si fue antes o después de nuestro viaje a París, si ese día lo vi o no.

Hay días en los que me recorto la barba y pienso en él, en la magia que sería coger de nuevo la cuchilla, mucha espuma, para lanzarme a recuperar mi cara de entonces, limpia de estos años sin él, y cogiese el coche para ir a buscarlo para tomarnos unas cervezas por su barrio.

jueves, marzo 24, 2022

Esternón

El esternón le sobresalía un poco en la zona central de su pecho y un día me confesó el trauma que aquello le suponía.

Es difícil poner palabras a nuestros complejos, como es complicado decir que somos débiles, que hay partes de nosotros que no nos gustan, que sentimos una enorme vergüenza por algo que, seguro, no tiene mayor importancia.

-Cuando la profesora de yoga me toca esa parte del pecho -me decía mi amiga-, no puedo reprimir el llanto.

Eran unas manos sabias, que acariciaban ese trozo de cuerpo diferente, una pequeña cordillera que avanzaba entre sus pechos, un territorio que ella camuflaba con collares, pañuelos, jerseys mullidos.

Quién no querría que le acariciaran esa parte de nosotros que nos duele. Que posen sus manos sobre esos miedos que arrastramos desde un pasado que se nos escapa, que acaricien sin preguntas esa herida que un día se nos levantó, que no termina de cerrarse, que palpita en cuanto vienen mal dadas, que nos hace débiles, asustados, pequeños. Humanos.

Quién no lloraría con una caricia así.

Maldad

Si lo que vas a decir va a sentar mal, no lo digas.

Estás más gordo, tienes menos pelo, te veo más ojeras, me comentan que no tienes un duro...

A mí me subleva la falsa honestidad cuando no se busca nada positivo, porque hay mil maneras de comentar con la gente que queremos sin necesidad de hacer daño.

No es cuestión de dramatizar por un comentario desafortunado, sino de protestar porque haya siempre quien tenga lista la aguja para pinchar el globo.

La maldad no sólo se libra en los campos de batalla, sino en frases innecesarias de nuestro día a día.

martes, marzo 22, 2022

Perfección

No soy nada partidario de la perfección.

Es una cualidad castrante, llevada al extremo. Nada satisface, nuestros proyectos se vuelven inalcanzables y todo se ralentiza.

Tenemos que saber encontrar ese umbral sano en el actuar, decidir o posicionarnos sin que cada cosa esté necesariamente en estado de revista.

La gente perfeccionista sufre horrores y lo hace porque pretende meter en una cuadrícula la realidad humana, que no es sino fullera, imprevisible, caótica, desordenada.

Tengo el convencimiento íntimo de que la vida me ha tratado bien por haber sabido enfrentarme a mis retos con el pragmatismo de saber, de antemano, que no puedo permitirme quedarme quieto por temor a no ser impecable.


lunes, marzo 21, 2022

Mundo

No hay nada más cierto que nadie nos preguntó si queríamos venir antes de traernos al mundo, pero ya que estamos aquí disfrutémoslo.

Con curiosidad, como si realmente actuásemos como lo que somos, continuos aprendices de esta realidad tan extraña; con alegría, porque no hay nada más tonto que rebuscar agujeros negros que ya vendrán; con empatía, que a los que nos rodean tampoco le consultaron antes de meterlos en este chiringuito del vivir. Con bondad, y es que no hay mejor manera de actuar con los demás que como tú quisieras que a ti te tratasen. Siendo sensibles, porque la belleza está en lo sutil y a ella no llegan los embrutecidos.

Porque hay belleza, mucha, en esa luz que irradia vida y te dice 'mira qué cuadro más bonito te estoy ofreciendo'.

Un cuadro, que en este instante y desde donde estás, sólo puedes verlo tú.

domingo, marzo 20, 2022

Juego

Cuando una cosa no te guste, inventa un juego.

Yo detesto recoger la ropa tendida, así que me lanzo el reto de recogerla en los días de teletrabajo. Me anoto palabras clave que van a surgir durante la jornada laboral y las asocio a tipo de prendas que están ya secas. Si sale la palabra 'motor', en una de mis reuniones a distancia, tengo que recoger un par de calcetines, si alguien nombra las 'cajas de cambio', me voy a por una camiseta, si aparece el término 'presupuesto', me voy a por los calzoncillos.

Hay días en los que los cordeles se quedan llenos de bóxers y entonces soy yo el que fuerzo mis frases para que me pregunten por los presupuestos. Presupuestos de lo que venga más al caso en ese momento.

El del otro lado de la línea se afana en responderme, sin saber que yo ya voy camino del tendedero.

De esa manera se me pasan volando conferencias inacabables y, sin darme cuenta, tengo los armarios con toda la ropa en su sitio.

¿A qué juegas tú?

Estar

No hay razones para sentirse inseguro en una conversación entre desconocidos.

Tal vez me lo diga a mí mismo.

Hay muchas ocasiones en las que rompemos el silencio con frases simplonas, que no reflejan la valía que hay en nosotros, y que salen por pura incomodidad cuando nos encontramos en un ambiente extraño, entre personas que no conocemos lo suficiente, donde aparece ese 'yo' nuestro que no sabe cómo hacer para salir airoso, no parecer tímido ni arrogante.

Yo trato de practicar la naturalidad, que comienza por no destacar, sino observar y escuchar. Entender de quién te rodeas, con todos tus sentidos puestos en ello, para pasar más tarde a la estrategia perfecta de la repregunta.

¿Y cómo se vive en Albacete? ¿Estudiaste ingeniería en Vigo? ¿Desde cuándo trabajas en Repsol? ¿Hace mucho que te jubilaste? ¿De dónde viene tu afición a la música? ¿Tanto te gusta la novela negra?

De pronto, esa persona a la que acabas de conocer se ve halagada por tu interés, te responde y rompe de esa manera esa esfera de cristal que se establece entre desconocidos.

Querer destacar por ti a las primeras de cambio es de muy torpes, destaca por tu interés en los demás y cogerás rápido tu sitio.

Es una técnica que no falla.

sábado, marzo 19, 2022

Sorpresas

Si encuentras historias que no te gustan en el móvil de tu pareja, la culpa es sólo tuya. 

Si espías las páginas de internet que ha visitado, lees sus correos electrónicos o investigas sus llamadas telefónicas estás cavando la tumba de esa relación.

Llegados al punto en el que uno se ve con el derecho a espiar la intimidad de la persona amada, tenemos que plantearnos si el amor circula de verdad, porque no hay nada más vergonzante, para el que lo practica, que introducirse en terrenos que siempre deben estar vetados.

Cuando haya sospechas, uno tiene que plantearse el hablarlo, pero aplicar fórmulas detectivescas es la mejor forma de confirmar que una relación está muerta.

Si miras el móvil es porque no eres feliz. Si piensas que te es infiel es porque no te sientes querido.

Ante la duda, pregunta o retirada.

No todo vale. Si no confías, dilo, pero hay fronteras de la intimidad que no se deben atravesar sin que perdamos la razón.

viernes, marzo 18, 2022

Consumir

Quienes tenemos una economía desahogada tenemos la obligación moral de consumir. Y de hacerlo de manera responsable. 

Es una de las mejores maneras de redistribuir la riqueza. 

Yo siento ese compromiso hacia aquéllos que luchan con su negocio, los que emprenden, los que se la juegan. Si algo me gusta trato de gastar dinero ahí, porque es una forma coherente, dejando de lado la palabrería, de demostrar que pueden contar conmigo.

El dinero hay que moverlo, porque es perverso y se pudre, hay que airearlo, llevarlo de un sitio a otro, hacerlo útil a base de darle la fluidez que hace que las capas más necesitadas de nuestra sociedad no se queden secas.

Es que me cuesta ganar mucho el dinero -argumentan los que guardan los dineros bajo la almohada.

Pues precisamente por eso, porque cuesta mucho ganarlo, nada mejor que dejándolo allí donde nuestros conciudadanos dan lo mejor de sí mismo.

jueves, marzo 17, 2022

Escaqueado

Los que más ocupados dicen estar son los más escaqueados.

Yo padezco a esos compañeros que, ya antes de decirles buenos días, te saludan con quejas de su carga de trabajo.

Estoy hasta arriba, Salva.

Son personas que despliegan una estrategia inteligente, ya que al mostrar al mundo mundial lo reventado que están, hacen que los demás acabemos cargando con sus mochilas.

Llega a tal punto su teatralidad que, a veces, acaban creyéndoselo. Porque les funciona. Ese punto de ansiedad trabajada que les hace cascarón de huevo para todo aquello que tenga que ver con la solidaridad hacia el otro.

Lo peor es cuando se lleva a la esfera personal y cierran los oídos a la escucha activa de quienes están a su alrededor. No están dispuestos a hacer frente a nada que les suponga esfuerzo.

Escaqueados de la vida.

miércoles, marzo 16, 2022

Animales

Esta sociedad no será del todo justa hasta que no integremos en nuestro comportamiento el respeto a los animales.

No soy vegano, ni animalista, no tengo perros ni gatos, pero sí cada vez una mayor conciencia de que no todo vale. 

Tras haber leído la novela Especie, de Susana Martín Gijón, aún se ha hecho más grande mi convencimiento de que hay que legislar para evitar las lamentables condiciones en las que se desprecia la mínima dignidad de los seres vivos que sufren hacinados a pocos kilómetros de nuestras casas.

Sí. Leer también sirve para eso.

Hay mil formas de transportarlos, criarlos, alimentarlos, incluso matarlos sin que la bestia tenga que sentir el terror de golpetazos y cuchilladas.

Sí, ellos se matan entre sí. Pero nosotros tenemos alma.

Mimos

Estoy encantado con mi osteópata.

Esté mal o bien, voy todos los meses a su consulta. Conoce tan bien mi cuerpo que rápidamente percibe dónde están los puntos débiles y cuáles de mis habituales molestias van bien.

Siempre creativo, me programa ejercicios para hacer por mi cuenta. Para relajar la espalda miro de frente a mi dedo índice y, sin mover la cabeza, muevo la mano a un lado y otro hasta casi quedarme bizco. Para aligerar mis molestias con los gases me hago masajes fuertes por encima de las cejas, para quitar el estrés muevo la lengua en círculos y empujo las mejillas hacia los lados.

Tan integrados tengo esos movimientos que hay veces en las que no me percato de que haya gente mirando y comienzo mi función de mimos milagrosos para poner mi cuerpo en sintonía.

Habrá quien piense que voy a echar a volar.

sábado, marzo 12, 2022

British

El día en el que esa señora salió por la puerta del chalet comprendí lo que era ser pijo.

Estaba jugando con su nieto y otros amigos en la playa, en esos veranos eternos de nuestra infancia. Yo sé que tenía 11 años gracias a Google.

—¡Severiano ha ganado el British Open!

Las abuelas que yo conocía no eran así, no les interesaban cosas así, no hablaban inglés ni lo pronunciaban tan bien.

A mí me marcó esa escena. Esa elegancia, ese arrebato de pasión nacionalista, esa frase tan bien articulada mezclando dos idiomas.

Cuando fui creciendo a la vida, y el adjetivo 'pijo' se colaba en las conversaciones, la imagen de esa señora con bañadores de flores y gorro de baño, alta, de piel clara era la imagen máxima de lo pijo.

Hay adjetivos que resultan difíciles de definir y es necesaria una escena potente, como un flash que deslumbra tu pasado, para entender qué significan.

Prohibidos

Hay amigos prohibidos entre Fran y yo.

Es una de las claves de nuestro éxito, que compartimos vida, mucha vida, pero mantenemos espacios independientes en los que el otro, simplemente, no quiere entrar.

Quizás representen la parte de nosotros que menos atrae al otro.

Los amores perfectos no sólo no existen, sino que son bombas de relojería si se pretenden vender como tales, porque siempre hay sensibilidades en las que no se coinciden, lugares en el otro donde no estamos cómodos.

Que estén prohibidos no está escrito en ningún lado, es una cuestión de tacto. Que no hagamos vida con ellos no significa que no nos interesemos por cómo les va. Porque lo que preocupa a Fran me preocupa a mí. 

Es tan fácil como saber que si él me dice que va a cenar con Menganito o Fulanita yo ya sé que esa noche estaré feliz con un vinito tinto en casa, como un marqués, leyendo tanto como tengo por leer.

Gregorio

Nunca quise esquiar porque soy torpón y cagueta.

Intuía que a las primeras de cambio se me cruzarían los esquís, me rompería los dos meniscos y mi nariz se destrozaría contra una roca.

Me insistieron tanto, que accedí a pasar un fin de semana en Sierra Nevada. Mi amigo David, generoso, nos hacía un hueco en su casa y me prestaba la equipación.

Hay un curso de principiante de dos horas con el que sales preparado.

La formación comenzaba con los aspirantes en una casetilla de madera. Yo, andando como Robocop, tomé mi sitio. Conforme los monitores iban quedando libres, los llamaban, entraban en nuestro refugio y se llevaban al primero de la lista.

¡Álvaro!

Entonces aparecía Álvaro, un tipo de metro noventa con sonrisa Profidén, y se llevaba al cagado de turno. Avanzábamos los demás.

¡Fernando!

Otro tipo salido de una agencia de modelos.

Al menos la experiencia se ponía interesante. No sabía si iba a aprender, pero iba a pasar dos horas agradables para la vista.

Ya era yo el siguiente cuando llamaron a mi monitor.

¡Gregorio!

Y apareció un vejete encorvado de Valladolid.

Anda, chaval, vente conmigo.

Me caí no sé cuántas veces y sudé como no se puede sudar más en un sitio tan frío. En cuanto terminó la formación me acerqué a mi pandilla.

¿Dónde me puedo tomar una cerveza?

¿Una cerveza?

Mi historia con los esquís ha terminado aquí.

viernes, marzo 11, 2022

Gusanito

Me invitan hace unos meses a un club de lectura sobre mi novela 'Nunca sabrás quién fui' en la librería de la que soy socio, en mi ciudad, Sevilla.

Tras participar en numerosos foros literarios, decido durante la tarde hacer una bolsa para poder llevar mi enorme corcho con la estructura del libro, por tener el detalle de compartirlo con los lectores.

En cuanto llego, propongo que nos presentemos y empieza la tertulia.

Jamás me he sentido tan atacado en un evento que tuviera que ver con alguno de mis libros, y llevo ya muchos años y ocho novelas en esto.

"Tus personajes son todos malos", "la novela es excesiva", "podías buscar librerías más interesantes para ambientarlas en Nueva York", "por qué utilizas el término plasma somático", "el protagonista es un personaje plano", "no es creíble la historia", "la he abandonado a la mitad", "no me ha gustado"...

Me molestó, sobre todo, el tono.

Me tomé una cerveza con mi querida amiga Cristina a la salida y me volví a casa con mi corcho, mal envuelto en mi bolsa hecha de retales.

Uno va con una sonrisa e ilusión y vuelve pensando si ha merecido la pena tantos años, tanta vida, delante de un papel en blanco. Si merece la pena seguir.

miércoles, marzo 09, 2022

Pervertido

Quien es pervertido piensa que todo el mundo lo es.

Me di cuenta ya de pequeño en el colegio. Había gente que malmetía con el argumento de que todo el mundo era igual que ellos.

Pero no es una cualidad exclusiva de los retorcidos, también de los inocentes, de los santurrones, de los estresados, de todos aquéllos que no tienen la inteligencia emocional para saber que cada persona es un universo con filtros diferentes a los suyos.

Es clave para entender el mundo, y para situarse en él con cierta estabilidad, asumir que tu visión de las cosas es particularmente tuya, que lo que a ti te hace feliz a los demás les puede resultar indiferente y que las razones para vivir no están escritas en mármol.

Por eso tenemos que potenciar, en la medida de lo posible, la empatía. Para entender mejor las reglas en el otro y, así, comprender mejor nuestro papel en el tablero de juego, tan divertido como doloroso, que es el estar vivo.

Triste

Hay gente que nace triste.

Esa cualidad no implica que sean más o menos felices, sensibles o interesantes, tan sólo arrastran esa aura de la que no se saben escapar. Tal vez ni se den cuenta de ese tono azul con el que adornan todo lo que tocan.

Yo no termino de congeniar con ellos, tal vez porque tienen algo de mí de donde sí supe escapar, una marea de fondo que trata de enredarme hacia el terreno resbaladizo del lamento, la mirada baja, el gesto austero.

Prefiero forzar a vivir en territorio extraño, infiltrado, allí donde hace sol, a pesar de que mi semblante a veces me delate y haya quien me pregunte.

Salva, ¿estás bien?

lunes, marzo 07, 2022

Memoria

Qué ridícula es esa sensación de estar narrando algo a alguien, darte cuenta de que ya se lo habías contado y percatarte de que el otro simula escucharlo por primera vez.

Más embarazoso aún es ser tú quien escuchas los olvidos en la gente que quieres.

Con la edad vamos perdiendo neuronas y produce tanta ternura como tristeza comprobar cómo la gente mayor te cuenta como si fuera la vez primera lo que ya te explicó el día de ayer.

No es necesario llegar a esa terrible enfermedad del Alzhéimer, la memoria se va escapando de nosotros un poco cada día, aumentando nuestra vulnerabilidad.

Escribir sobre mí es una forma de poner negro sobre blanco lo que un día olvidaré. 

domingo, marzo 06, 2022

Putin

Ojalá muera Putin ya.

Que no tarde más. No hay otra solución. Ésta es una guerra ejecutada por un loco, un psicópata, un megalómano, un genocida, un descerebrado al que le da igual ver a ancianos saliendo con un andador de entre las ruinas de sus casas con caras de pánico, o a matrimonios cargando con un bebé muerto en una carrera sin sentido hacia el hospital.

Sólo por el terror provocado en uno de esos niños ese monstruo debería desaparecer.

Ha mancillado el nombre del pueblo ruso, una nación cargada de historia que se avergonzará durante generaciones de ser quienes son, como se avergüenzan de por vida los alemanes de la memoria de Hitler. 

Tras sus amenazas nucleares de destrucción del mundo hay un corazón de hojalata, un miserable que no tiene la mínima idea de lo que es el sentido de la vida ni la dignidad del ser humano.

Es lo peor que yo he visto en mi vida, es el terror por el terror, la maldad, el odio injustificado, la violencia, la mentira, el rencor, lo feo, lo negro, el barullo, la miseria, lo ridículo, el sinsentido, la vileza, la prepotencia, el egoísmo, lo perverso, el diablo, la destrucción, el desprecio, la soberbia, el horror.

Ojalá muera.

Hoy.

Ya.

sábado, marzo 05, 2022

París

No hubo mayor clímax que cuando le dije a Iván que nos íbamos aquel verano a Nueva York.

Los colores le subieron y me dio un abrazo. Era un chaval que todavía pensaba en Batman y saltaba por las calles de Manhattan como Spiderman.

Desde entonces, el ciclo lógico de la vida fue apartando a mi sobrino de nuestros fines de semana, de los viajes en coche, de las comidas en casa tras el colegio.

Así que cuando le propuse pasar un fin de semana largo en París todo estaba por redescubrir. A sus diecinueve maravillosos años sus amigos son su mundo, como debe ser. Tardó algo en contestar a mi wasap, pero finalmente lo hizo.

-'Pues vamonooooooooos'

Han sido días de paseos con un hombre. Un hombre, sí. Que comienza a confiar a sus tíos cuáles son sus miedos, cómo ve el mundo, que sabe explicar sus estudios, que tiene claro la importancia que tiene su red de amistades.

Nos habló del miedo a la muerte, de las primeras traiciones, del impacto de la guerra en él.

Lo que más me gustó, sin duda, fue sus ganas de conocer, de no poner una pega, de reírse con nosotros a carcajadas, de querernos como nos quiere él.

Ambición

En este mundo hay gente para todo. Gente brillante en cualquier dominio. Siempre alguien que lo hará mejor que tú en cada una de las facetas que puedas imaginar. Y esto, que puede suponer un freno para quien decide emprender una tarea, se soluciona con ambición.

No debemos bloquearnos por no ser estrictamente brillantes, sino proponernos el mejorar un poco cada día para llegar a darnos alegría a nuestras ganas de hacerlo bien.

Soy un convencido de la constancia y un gran admirador de quien ha llegado lejos a base de ella. Me conmueve más quien triunfa desde el esfuerzo que quien lo hace desde un don.

Esas personas con las ideas tan claras que no hay quien les detenga.

Mujer

La mujer siempre lo tiene más difícil, tome el camino que tome.

Si decide trabajar, descuida a su familia, si decide cuidar de la casa, es una inútil. Si se emplea a fondo en su profesión, es una mala madre, si pide jornadas reducidas para atender a los hijos, es una escaqueada. Si decide no tener niños, no es mujer del todo, si decide tenerlos es para cubrir una carencia. Si es lesbiana, es una marimacho, si quiere vivir soltera es una frígida, si le apetece una vida sexual sin restricciones, es una puta.

Si cambiamos de género, todos esos calificativos se convierten en cualidades cuando se trata del hombre.

Aún queda mucho por recorrer.

Soy uno de vosotras.

viernes, marzo 04, 2022

A gusto

Qué a gusto estoy.

Es todo un mantra cuando lo proclamas, con sinceridad, entre los tuyos.

Y funciona también, vaya que sí, cuando te lo dices a ti mismo sin hablar.

Hay muchas ocasiones, a diario, en las que es muy recomendable cantar al aire pequeños bienestares en los que una brisa, una charla, un aperitivo o unas risas ponen a nuestro cuerpo en estado de un exquisito abandono de todo lo que no sea ese momento.

Sucede, sin embargo, que no nos lo decimos. Y cuando a las vivencias no se les pone nombre, por sencillas que sean, puede que pasen desapercibidas.

Yo intento siempre practicarlo. Decirlo en voz alta a mi gente cercana. Tan fácil como aprovechar un instante de silencio. 

Qué a gusto estamos.

E inmediatamente los pulmones se llenan, el diafragma se recoloca y una corriente de placer del bueno se hace fuerte entre nosotros.