Le hablaba a Fran de una vecina en la que me estoy inspirando para construir un personaje secundario de mi próxima novela.
—Esa mujer ya no vive aquí.
—Cierto —contesté—, hace tiempo que no la veo.
Entonces él me contó que en el piso donde vivía ahora hay una familia china.
—¡No sé cómo haces para enterarte de esas cosas!
Me miró como él hace, cada vez que me ve en Babia.
—¿Sabes cómo me informo? Pues verás, cuando antes aparcaba la moto, veía a esa mujer en su terraza. Ahora, cuando la aparco y miro al mismo sitio, veo chinos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario