lunes, marzo 29, 2021
Ridiculizadores
domingo, marzo 28, 2021
David
sábado, marzo 27, 2021
Mons
viernes, marzo 26, 2021
Azahar
jueves, marzo 25, 2021
Triunfadores
lunes, marzo 22, 2021
Nombre
Gustar
Querer gustar no es malo.
Yo mismo hago por caer bien y no me avergüenzo por ello. Porque caer bien implica un trabajo de fondo en el que busco dentro de mí lo positivo para hacer la vida más fácil a los demás, y a mí me apetece encomendarme a esa tarea.
No hay obsesión, sino ideas claras.
Querer gustar no tiene por qué ser sinónimo de despreocuparme de mí. Más bien al contrario. Al buscar en mi interior lo más atractivo en mi relación con los demás, estoy ejercitándome en la hermosa tarea de ponerme en valor, de quererme.
Darte igual lo que piensen de ti es una cierta forma de rendición. Yo vivo en un mundo social y sí me importa interactuar con luz. No quiero ser invisible. No quiero ser gris.
Quiero que se cuente conmigo.
Querer gustar no implica renunciar a ser tú mismo, sino ser una persona solidaria y atenta a la sociedad con la que convives. Estar abierto a la sonrisa, a la escucha, al sí antes que al no.
No es condicionar tu vida a lo que piensen los demás, sino hacer que tu vida sea coherente con los principios básicos de lo que es universalmente bueno.
A mí me gusta la gente a la que, aunque no lo sepa, le gusta gustar.
domingo, marzo 21, 2021
Veneno
Querer
Canas
miércoles, marzo 17, 2021
Es que
Subjuntivo
lunes, marzo 15, 2021
Garnacha
Gustar
sábado, marzo 13, 2021
Verdad
Había un allien dentro de mí que tendía a ocultar la crudeza de las cosas.
Siempre he tendido a endulzar la realidad, sobre todo cuando se trataba de comunicarla a gente querida. No era tanto cuestión de mentir como de modular el relato a partir de jugar con los ingredientes a mi manera.
Esa forma de actuar aprendí a corregirla en el trabajo porque, en mis inicios, para no preocupar a mis jefes y evitar los conflictos, trataba de informar utilizando el tamiz de mi optimismo.
Pronto me di cuenta que así todo se hacía bola y los problemas crecían hasta no existir filtro que pudiera ocultarlo.
Entonces empecé a aplicarlo a mi vida personal. Pasé a basar la comunicación en el tono, sin tocar el contenido. Aprendí a contar las cosas tal como son, a no ocultar nada, a generar confianza no a partir de lo que yo pensaba que la gente quería escuchar, sino a mi habilidad para transmitir la verdad de las cosas con empatía.
Todo se cura, se limpia, se purifica cuando se muestra el mundo tal como es a la gente que te importa. La clave está en hacerlo con cariño.
viernes, marzo 12, 2021
Aluminio
jueves, marzo 11, 2021
Motivación
miércoles, marzo 10, 2021
Venecia
martes, marzo 09, 2021
Bailecito
domingo, marzo 07, 2021
Tinta
Concierge
viernes, marzo 05, 2021
Mustapha
Cuando cambié de puesto de trabajo hace un año, me advirtieron:
—No te fíes de ese tipo.
Hacían referencia a un compañero al que yo había conocido en tiempos pasados cuando venía a auditarnos a la fábrica y del que guardaba un buen recuerdo.
Durante todo este tiempo de confinamiento, teletrabajo y despiste genérico para afrontar retos que todas las empresas y trabajadores hemos sufrido, ese hombre siempre ha estado ahí. No ha habido una pregunta que le haya hecho que se haya quedado sin respuesta, ni ha rehuido nunca un saludo afectuoso hacia mí.
Quizás tendría que ser más precavido con el que advierte, aquél que denuncia al otro, el que trata de predisponer contra alguien. Quién sabe si con la mejor intención, en un papel de protección que no hemos requerido.
Hace tiempo que aprendí a ir al cine a pesar de las malas reseñas que pueda tener la película que haya decidido ver.
Prefiero opinar por mí.
Alonso
lunes, marzo 01, 2021
Yema
Arrojo
El arrojo es un perfume que seduce más que cualquier atractivo físico que se pueda dibujar.
Una persona segura de sí misma es un roca en el mar a la que se quieren agarrar todos los que navegan a la deriva.
Nadie nunca tiene siempre las cosas claras, lo que no es óbice para que sí exista gente con las hechuras construidas para enfrentar las dudas sin desmoronarse.
Si cierro los ojos y pienso en amigos o conocidos interesantes, brillantes o con los que me apetezca estar, aparecen personas queridas que cumplen con ese requisito. Transmiten confianza en ellos mismos, tienen unos principios básicos claros, mantienen la mirada en la conversación y no titubean para llenar el espacio con silencios. Hablan de sus miedos sin avergonzarse.
Son rocas en mi mar.
Todo esto se trabaja desde la observación de uno mismo. Nadie nace con los pies clavados al suelo. Y nadie los asienta bien si va todo el día de un lado para otro.
Para ser roca en el mar hay que encontrar un sitio claro donde hacerse fuerte, no vale buscar hoy el sol y mañana la ola, no se puede querer estar cerca de tierra firme y perdido en el horizonte.
Y si alguien a quien quieres comienza a perder su sitio, abrázalo, mantenlo quieto, recuérdale qué es lo que hizo que un día sus bases estuvieran bien firmes ancladas en el fondo del mar. Díselo, porque todos tenemos derecho a perder el norte.