No a menudo, de vez en cuando, mientras paseo por el centro de Sevilla, suspiro por cruzarme con personas muy concretas que significaron mucho para mí. Amigos con mayúsculas que dejaron de serlo para siempre. Gentes, con nombres y apellidos, a quienes ya no me une nada y con quienes sé que no sabríamos, ni querríamos, retomar lo que una vez fuimos.
Me viene ese pensamiento y miro por aquí o por allá, por ver si llega ese abrazo, las miradas, el contarnos cómo nos trata la vida.
Son importantes para mí, aunque no estén. Siento amor, sí, aunque no desee nada de esos ángeles que un día existieron.
Solo un abrazo, un día, paseando por Sevilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario