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salvador-navarro.com

sábado, septiembre 30, 2023

Platitos

Hay formas muy elegantes de denigrar, con una sonrisa incluso. Maneras casi inconscientes en las que gente querida te dice, queriendo decir lo contrario, que te perdonan la vida, que no te dan el valor que mereces. 

Fran, que tiene una empresa online de vajillas y decoración para la mesa, con una clientela fiel, un gusto exquisito y mucho movimiento, tiene que aguantar comentarios de amigos en los que, de pasada y con desgana, tras comerle la cabeza con sus problemas de primer nivel, le preguntan:

-¿Y tus platitos?

¿Sus platitos?, me digo yo. Ya quisieras tener el éxito, bien trabajado, que tiene Fran con sus platitos. 

Como hace unos días, que me crucé con una periodista cultural en horas bajas, que nunca confió en mí.

-Y tú, Salva, ¿sigues con tus libritos?


Bailar

Desde pequeño, siempre me he planteado el baile como la actividad humana más absurda y, a día de hoy, aún digo viéndolo así.

Plantarse en el salón de tu casa, en una discoteca, frente al espejo y comenzar a realizar movimientos que no llevan a ningún lado.

Si, además, quitas la música a la escena, el despropósito se hace aún mayor para una mente racional que lo observe.

¡Ahí está la grandeza del ser humano! 

En haber inventado actividades absurdas, en apariencia inútiles, en la búsqueda de la felicidad. 

Al hombre le hace único el arte, la música, la danza, la capacidad en suma de transcender al puro ejercicio de sobrevivir. 

Raúl

No imaginas lo contento que estoy contigo le dije a un compañero de mi equipo tras unos meses de trabajo con él. 

Lo que sí que no imaginé fue la fuerza con la que se me devolvió ese halago sencillo y sincero.

He estado celebrando con mis padres y con mi mujer las palabras que me dedicaste el otro día. Está toda la familia feliz.

Son las cosas que la universidad de la Vida te enseña, la potencia imparable del agradecer. 

Quien más salió ganando fui yo.

hambre

No puedes comerte el mundo al lado de alguien que no tiene hambre.

Es fundamental que las ambiciones, grandes, escasas o inexistentes, estén en niveles parecidos en una pareja. Así, ni uno frena al otro, ni el otro vive acelerado en torbellinos en los que no hubiera querido meterse.

Muy raramente el amor obra milagros y he llegado a ver relaciones felices por las que no aposté un duro en su momento. Historias en las que uno frenó y el otro aceleró.

No hay mayor verdad que en el amor hay que ceder, siempre, cuando se quiere de verdad.

Tan cierto como que no vale llevar a quien amas con la lengua siempre fuera.


jueves, septiembre 28, 2023

Buddenbrook

Uno de los grandes males de estos tiempos es la falta de concentración, como una epidemia que recorre el mundo entero. 

Mantener la mirada, escuchar sin interrumpir, no cambiar de canal cada cinco minutos, pasear sin rumbo son hábitos que se van perdiendo.

Yo, enfermo como el que más de este virus que nos acelera, tomo mis propias medicinas.

La última de llama 'Los Buddenbrook', la primera novela de Thomas Mann.

Digamos que es un medicamento que necesita prescripción, porque no todo el mundo está capacitado para tumbarse en el sofá a leer un libro inmenso en el que los sucesos se encadenan con una lentitud extrema.

Es esa circunstancia la que yo convierto en terapéutica, desde el momento en el que lo abandono todo para acompañar a esa familia aristocrática alemana de mediados del siglo XIX en sus cuitas para mantener a toda costa su estatus. Paso largos veranos con ellos en la costa báltica, acompaño a sus hijos en Ámsterdam, Munich o Londres, me paso las tardes entre ellos mientras comparten café en los jardines de su casa de Lübeck, 

Ya ha muerto el abuelo, y el padre, ahora es el nieto el jefe de la casa y acaba de tener un niño. Yo los espío, me meto en sus fiestas, me río con la descarada de Antoine y olvido quién soy durante un tiempo precioso en el que mi cuerpo se reacomoda a los ritmos de lo que debería ser natural.

miércoles, septiembre 27, 2023

Asceta

Será que soy un poco asceta, pero a mí me alivian mis amigos incluso sin tirar de ellos, porque sé que van a estar ahí.

Sí, claro que hay que demostrar que estamos vivos. Quedar, llamar, enviar mensajes, proponer excursiones. Seguro.

Lo que sí es verdad es que uno llega a unos niveles de compatibilidad emocional que incluso no necesita compartir los malos momentos para no dar problemas.

Si hay algo que me angustia, trato de resolverlo yo y no expandir la ansiedad, porque considero generoso el no dar más problemas de la cuenta, sobre la base cierta de que en el momento en el que grité al aire una petición de ayuda tendré a mi lado a quien sabrá cuidar de mí.

Soy más de compartir alegrías.

Es, considero, una forma evolucionada del querer.

Anécdota

Todo el mundo quiere venir a casa para ver los vasos de Venecia.

Un familiar nos había conseguido, este verano, una entrada VIP para visitar una fábrica de vidrio soplado en la isla de Murano. Nos recibieron como a marqueses, con el único coche de la isla en la puerta. 

Por venir de parte de quien venís, tendréis un descuento del 50% en todo lo que compréis nos dijeron, como bienvenida.

Yo, ufano del arte decorativo, pregunté por el precio de una lámpara.

Son 350.000 euros me respondieron, y yo tragué saliva.

Tras invitarnos a soplar nuestro propio objeto, nos pasaron a una sala de exposiciones. Fran preguntó por un globo de vidrio azul.

4.000 euros.

¡La madre! 

Yo, que soy un bienqueda, no quería irme de allí sin comprar algo, obligado por el trato que nos estaban dispensando. Me fui al vaso más simple que vi.

Vale 130 euros.

Me llevo dos respondí, valiente, ante lo que Fran mostró su desacuerdo con la mirada. Nos rebajan el 50% le aclaré.

Al ir a pagar nos dijeron que, precisamente a ese vaso, no se le podía aplicar el descuento.

Así que nos vimos en el vaporetto de vuelta a Venecia con un regalito envenenado de 260 euros. 

Cada vez que lo contamos, la gente se muere de risa. Porque nos conocen, mi rol de persona más cumplida que un luto, el de Fran, desconfiado de ese tipo de movidas.

Anoche estuvieron en casa Joaquín y Antonio. Nada más llegar, preguntaron.

¿Dónde están esos vasos?

Fran me miró.

Al menos, hemos pagado la anécdota.

lunes, septiembre 25, 2023

Sin decir

Qué coraje da las cosas que se quedan sin decir. 

Cuando llegas a casa y se te viene la imagen de ess oportunidad perdida para comentar eso que llevas rumiando desde hace tiempo.

Lo peor es que aumenta con la edad, ese despiste de dejar escapar oportunidades pintadas para contar aquello que tenía todo su sentido contar en ese preciso momento.

Vas al baño, te lavas los dientes y le recriminar a tu imagen en el espejo. 

Volví a no decirle lo bien que me lo paso con ella.

Y lo que se deja pasar... ya no vuelve.

Porno

-Así me evito regalar cuarenta años de mi vida a un jefe metida en una oficina.

Respondía con tal seguridad que, como mínimo, daba autenticidad a su posición.

-Prefiero entregar mi cuerpo, mi sexo, por Internet.

Esa actriz porto no estaba andándose por las ramas, sino que tenía los pies bien sobre la tierra cuando respondía al periodista.

¿Hasta qué punto no criticamos las esclavitudes de los otros sin ver nuestras penitencias?

Pueblo

Saliendo de Sevilla hay un pueblo empinado en lo alto de una montaña altísima que sólo yo conozco. 

Lo visito, bajo un imponente sol, muchas noches. 

Una vez que llegó a él, la bajada es lenta y hay que ir a pie, por caminos de tierra desde donde lo mismo llego a la playa de mi infancia que a un bosque donde la luz del día queda cubierta por las copas de los árboles. 

Imagino que es Portugal, pero igual pudiera ser el país que me conviniese.

Ese pueblo empinadísimo está camino del oeste, como si enfilase para Doñana.

Incluso cuando lo atravieso, soy consciente de que no existe fuera del momento en que lo paseo.

Todos tienen ese pueblo, a cada uno se le aparece en un lugar distinto, más o menos cerca de si casa, y tiene calles diferentes de las que recorren el mío.

Yo lo visito a menudo, por la noches, para encontrarme con su luz y descansar de todas las certezas que me abruman.


lunes, septiembre 18, 2023

intangible

Hay beneficios intangibles que a algunos se les escapan.

Un claro ejemplo es preguntarle a alguien conocido por un tema que tú sabes que le preocupa. La salud de su madre, el porrazo que le dieron en el coche, la inadaptación de su niño al colegio, el mal rollo con su jefe.

Si lo quieres, siempre encuentras ese algo que le preocupa. 

Basta con preguntar por eso, por lo concreto.

Esa persona te explicará, tu le escucharás. 

Lo importante viene después. Ese bienestar que provoca esa conversación simple.

Lo intangible

domingo, septiembre 17, 2023

Narcisista

El egocéntrico es, ante todo, una persona mediocre.

Cuando tú te ves cercano a la perfección, que es lo que suele ocurrir con este tipo de personas, es porque te exiges poco. 

Así es más fácil ser ganador, si la meta está en la alfombrilla de entrada de tu casa.

El narcisista no quiere investigar demasiado el mundo, porque puede mostrarle gentes arrolladoras en su intelecto, en su belleza, en su bondad. Eso hace daño. Así que mejor no mirar más allá del espejo.

El horror es que no son un grupo pequeño, sino que están por todos lados, esos individuos que van por la vida encantados de haberse conocido, centros del universo, que siempre tienen en la boca un ejemplo que supera al tuyo, una hazaña mayor, una anécdota más divertida. 

Esos que no tienen tiempo para escuchar, porque todo lo interesante les ha pasado a ellos.

Repetir

Cuando algo nos hace pasar momentos inolvidables, queremos crear las bases para que vuelva a ocurrir.

Si aparece el amigo de un amigo, que se descubre como un conversador brillante, ya queremos invitarlo a la próxima cena. Si te presentan un plato de carpaccio de alcachofas con helado de queso payoyo inigualable, no ves el momento de volver a ese restaurante. Cada ciudad que te enamora, cada canción que se te graba, cada escritor que te desarbola.

Las veces que ves brillar en tu interior el inconfundible cosquilleo del disfrute, haces lo imposible por memorizar en tu interior la escena, para rescatarla en el futuro, para volver a ella mientras se pueda.

Lo decía Milan Kundera:

La felicidad es el deseo de repetir.

sábado, septiembre 16, 2023

Esfuerzo

Uno no puede ser culto por ciencia infusa, detrás debe de haber décadas de lecturas diarias del periódico, de novelas, tienes que haber visto cientos de películas, documentales; tras una persona formada hay un trabajo ímprovo, casi siempre placentero, de querer entender el mundo, los países, las sociedades, la historia, la ciencia, la humanidad. 

Ser una persona culta es una decisión que se toma en los albores de la vida y a la que pueden contribuir unos padres despiertos si captan ese plus de curiosidad necesario para que el proceso se desarrolle.

Ser culto no es sinónimo de bondad, pero sí está cercano al de la sabiduría. Ha habido monstruos bien sabios.

Cuando se juntan los dos, el conocimiento trabajado y la bondad innata, aparecen genios como José Saramago, como José Luis Sampedro, como Eric Fromm, que se yerguen como faroles serenos en el horizonte, para decirnos hacia dónde nos convendría caminar.

Novedades

Visitar sitios nuevos rejuvenece. 

Aunque sea en tu propio barrio. Un parque, un café, una terraza. Los paisajes desconocidos son savia fresca en la que recrearse.

Conforme cumple años, el ser humano tiende a hacerse fuerte en su territorio, coloca, sin ser consciente, empalizadas invisibles y se atrinchera, quizás en un movimiento atávico heredado en los genes tras miles de años de ancestros agazapados en la búsqueda de la protección instintiva que se busca cuando uno va perdiendo el arrojo de la juventud.

Esa trinchera, aparentemente segura, no hace sino acelerar la fragilidad, al desconectarte del mundo.

Hay que salir, probar, exponerse, oler otras flores, sentir otros fríos.

La trinchera de la madurez es el veneno que nos achica bajo el falso lema de lo calentito.

Mal gusto

Es algo que me repito a diario: 'El mal gusto es respetable'.

No se debe protestar por ver determinadas vestimentas, conversaciones, actitudes o propuestas que nos dañan los sentidos a los que tenemos un mínimo de sensibilidad por la estética. 

Sí tenemos derecho a decirles, telepáticamente, '¡Ya te vale!', sin abrir la boca.

Hay gente tan soez, tan chabacana, que por instantes consiguen que pierdas la esperanza en la belleza interior del ser humano.






Enfermedad

Cuando la enfermedad entra en una casa todo se revoluciona y lo más importante se vuelve absurdo, porque, de pronto, te quitan el suelo que pisas y el caminar se convierte en una odisea, porque nunca te habías planteado para qué te servían los pies.

Las reglas del juego del vivir se pervierten hasta convertirse en una sola: querer volver al tablero del que te han sacado por las malas.

Al expulsarte del territorio en el que aprendiste a vivir, te conviertes en un espectador del mundo de los otros, tras un cristal tintado, que impide que ellos te puedan ver.

Muchas veces, afortunadamente, la amenaza desaparece y se te abre la puerta al mundo de siempre, al tuyo, con las reglas del juego conocidas.

Lo que ocurre es que ya has visto lo que hay detrás de esos paisajes lejanos, tras cristales tintados, gente angustiada mirándote jugar.

miércoles, septiembre 13, 2023

Pudor

Hay quien se sorprende por mi falta de pudor para hablar de mi intimidad. Y hay quien me lo hace saber, no necesariamente como un reproche.

Yo sé que me desnudo cada tarde, como ejercicio de escritura tanto como terapia personal, en una dinámica que considero sanadora por lo que implica de ahondar en mí para llegar a entender el mundo.

En la vida hay que tomar decisiones, cada paso dado hacia una dirección es un camino alternativo que no andarás, así que podía haber elegido escribir acerca de lo que hay fuera de mí, poniéndome a resguardo, por mucho que opinar siempre sea una forma de mostrar el interior sin desvestirse.

Cuando, desde muchísimo tiempo atrás, empecé a compartir por las redes mis textos, hace ya dieciséis años, sentí que lo concreto llegaba mucho más que lo genérico, que no es lo mismo hablar de una madre que de mi madre, que no es igual escribir sobre el amor que sobre Fran, que emociona más empatizar con mis conflictos con la sexualidad que no lanzar discursos al aire.

En lo concreto estás tú, en lo genérico habita el hombre sin apellidos ni rostro, en mi Fran está tu Antonio, en mi madre está el olor de la tuya, en mis conflictos sexuales están los disfrutes de tu cuerpo.

Mi falta de pudor reconforta, estoy convencido, a muchos de cuantos me leen. 

Encanto

Es un encanto.

Me gusta mucho utilizar esta frase corta de tres palabras cuando me preguntan por alguien. 

Basta con que sea una persona agradable en el trato, aquella por la que me preguntan, para que yo le regale esa puerta de entrada por la que dejar entrar a un desconocido que se interesa por ella.

Lo hago sin más contrapartidas que las de sentirme bien.

Sin falsedad, tampoco, no le concedo ese beneficio a cualquiera.

Lo que sé es que la predisposición hace mucho, esa primera impresión, ese encuentro inicial. No me refiero a historias de amor, puedo estar hablando de un camarero, de un compañero de trabajo, del amigo de un amigo, de una fisioterapeuta.

Ganamos todos.

—Oye, Salva, ¿qué tal Paca, la librera del Gusanito?

—Es un encanto.

Maldad

Ansiamos una primera página de la prensa mundial que diga que se ha derrotado a alguna de las enfermedades que nos amedrentan y que se llevan por delante tantas vidas e ilusiones.

Yo, por soñar que no quede, voy más allá. 

Confío tanto en la capacidad investigadora del hombre que quiero imaginar que, en unas cuantas generaciones, se llegue a encontrar la medicación contra la maldad.

Que te pasen por una máquina y encuentren los desequilibrios físico-químicos que nos hacen tener actitudes indeseables, para que a continuación nos receten las pastillas adecuadas.

Cada mañana, cada  uno de nosotros, nos tomaríamos con el café la combinación de medicamentos adecuada.

¡Sería un mundo tan bonito! 

Cursi, sí, pero bonito. 

Porque saber que detrás de cada mirada habría sentimientos nobles nos daría una seguridad terrible para construir proyectos juntos.

lunes, septiembre 11, 2023

Emma

Hay que estar muy loca para desplegar tanto amor.

En los mejores años de su vida, Emma decidió montar una ONG para socorrer a los habitantes de poblaciones cercanas al frente de guerra en Ucrania, gentes que no tenían recursos para escapar de una muerte más que probable, para llevarlas a un sitio seguro donde cuidasen de ellos.

Esta catalana de 32 años murió este fin de semana. La mató un misil ruso. Un suceso bélico más, que pronto se olvidará.

A mí son estas noticias las que se me graban, las de personas 'santas' en su acepción más radical. Una mujer capaz de poner la vida de los demás por encima de la suya, de complicarse hasta ese extremo por desconocidos a miles de kilómetros de aquí.

En estos tiempos de héroes de papel maché, desde la comodidad de nuestro móvil nos puede recorrer una cierta compasión al pensar en ella, sin imaginar que fue ella la que encontró, cientos de veces, una felicidad inalcanzable para la mayoría, la de dar un abrazo de esperanza a quien ya la había perdido.

domingo, septiembre 10, 2023

Silencios

Los silencios son una forma avanzada de comunicación.

Compartir una tarde de pocas palabras con personas a las que quieres es una experiencia sanísima, desde el momento en que se deja de lado todo convencionalismo para dar paso a la fluidez de darse espacios de libertad sin perder la compañía.

Debe ser un mutismo voluntario, deseado por cada uno, flexible a la palabra, abierto a la interrupción.

Saber que está ahí, a tu lado, en sus cosas, navegando por mundos que tú conoces, porque cuando mejor funcionan los silencios es en terrenos en los que uno sabe del otro lo suficiente como para no tener urgencias en decirle nada.

Reposar la palabra para llegar a la cena en la que se dejan móviles a un lado, se mira a los ojos y preguntas.

¿Qué tal la tarde? 

sábado, septiembre 09, 2023

Reacción

Hay una reacción muy humana que suele seguir a una decepción con alguien.

Me comportaré igual que esa persona cuando recurra a mí.

Sí, conocemos mil formas en las que nos han hecho mal en el pasado. Feos, plantones, malas respuestas, olvidos, desganas, gestos torcidos, comentarios dañinos.

Compórtate igual la próxima vezme dice mi conciencia, provocadora.

Entonces no sería yo le respondo, firme.

La reacción más sensata no es imitar los malos modos, sino evitar a quien los provoca.

Me encanta

En la propia felicidad cuenta, como lo que más, la predisposición.

Anoche nos tumbamos a ver la tele tras una cena, de amor y rodaballo, en casa. 

Giramos el sofá al estilo de las grandes ocasiones. Modulamos las luces. Investigamos entre ofertas de series y películas hasta dar, en pocos segundos, con lo que nos apetecía ver.

Aparece un parking, una mujer de mediana edad asustada, con un paquete, que busca una matrícula entre todos los coches aparcados.

¡Me encanta! lancé.

Fran me miró con la guasa que da el conocerme. Porque, efectivamente, aún no había pasado nada, pero mi cuerpo entero ya estaba feliz con esa escena de apenas cinco segundos, entregado a lo que me quisieran contar.

Cinco minutos después Fran ya estaba dormido, con los pies en mi barriga.

¿Qué más se necesita?

jueves, septiembre 07, 2023

Amor

No es suficiente el amor para el amor.

Es una fórmula química extraña que necesita de más componentes que hagan que una relación sea un éxito.

No es necesario tener las mismas aficiones, ni un carácter similar, ni hábitos parecidos, es más una cuestión de valores, de tripas, de emociones compartidas.

Se puede querer con locura, que si la visión de los fundamentos del vivir son antagónicas, no hay nada que hacer.

La dificultad reside en que eso no se ve en las primeras citas, ni en los primeros años, cuando explota la pasión, sino cuando el futuro comienza a mostrarles sus sorpresas y se dan cuenta de lo bien que saben enfrentarlas en equipo.

Trabajo

Qué trabajo cuesta decir ¡buen trabajo! en el trabajo.

Sí, las empresas nos contratan para resolver y está en nuestro salario el conseguir los objetivos que nos establezcan. Es la nómina a fin de mes la medida del reconocimiento a nuestros esfuerzos.

Tenemos la suerte de no ser máquinas, sin embargo, por lo que no todo tiene por qué ser un yo te pago tanto a cambio de tú haces tal cosa.

Alabar la faena bien hecha es un fantástico ejercicio de motivación. No solo para el que felicitan, también para el que elogia.

Hay quien cree que es mejor jefe cuanto más refunfuña y que la autoridad la da el número de defectos que no se le escapan, cuando la verdadera fuerza está en saber tratar a quien trabaja para ti con la calidez de quien se interesa por construir un gran equipo.

miércoles, septiembre 06, 2023

Amor

Tengo una amiga muy querida que perdió a su marido hace pocos años.

Tras mucho tiempo sin verla, me atreví a preguntarle si tenía alguna nueva historia en ciernes.

—¡Cómo voy a tener ninguna historia, Salva! Si yo estoy enamorada de mi marido.

A mí, su respuesta, me provocó un revoltijo de emociones, en los primeros segundos pensé 'a esta mujer se le ha ido la cabeza', porque había un punto de irracionalidad al confesar seguir enamorada de un hombre que ya no existía.

¿O no?

¿Cómo vamos a llenar un corazón que no se ha vaciado?

lunes, septiembre 04, 2023

To fuera eso

Es una expresión andaluza que me encanta y que practico muy a menudo.

Todo fuera eso (to'fuera eso)

Sí. Sirve para desactivar la bomba, y así eliminar el dramatismo que a veces damos a cuestiones que no van a hacer descarrilar nuestra vida, ni siquiera nuestro día.

Hay quien dice que cuanto mayor es el bienestar más quejicas nos volvemos. No sé si estoy de acuerdo con la expresión, pero sí es cierto que muchas veces no somos conscientes de lo afortunados que somos ni sabemos valorar en su justa medida las dificultades con las que nos sorprende la vida.

No sé si voy a superar esto.

To' fuera eso.

Complejos

Todos tenemos un lado malo que no nos gusta mostrar.

Es comprensible que no queramos resaltar nuestro perfil izquierdo, la nariz, la barriga, las manos o ese diente torcido que no hemos conseguido arreglar.

Lo terrible es cuando quieres que te trague la tierra por avergonzarte de tu físico entero, personas que querrían parecer invisibles por haber nacido con proporciones distintas de las de la mayoría. Todos conocemos a alguien así, a diario nos cruzamos con gente que mira hacia el suelo por no querer ver cómo los otros les observan.

Si fueran conscientes de la poca importancia que le dan, del milisegundo que dedican a observarte, se relajarían.

Si pudiera les diría que los demás no tienen ningún poder sobre ellas, porque todo lo que les pueda hacer sufrir pasa por la cabeza de cada uno, de nadie más. 

Que no les guste tu cuerpo es problema de otros. Yo aprendí a hacerlo, a tomarle cariño a aquello que menos me luce. Y vivo más relajado.

Viejos

Los domingos nos gusta comer en Casa Maera.

No solo es que la comida sea casera, sino que el ambiente lo es aún más. Pepa te prepara siempre unos riquísimos tomates de Sierra Nevada de aperitivo, con aceite y sal, antes de cantarte los platos del día. Unas mesas están pendientes de lo que piden las otras para ir cerrando cada cual el menú.

Este último domingo había una pareja de ancianos allí sentados. Los respaldos de las sillas contra la pared y ellos dos, felices, mirando al ruedo desde su mesa de mantel blanco y vajilla de la Cartuja. Sin pudores, ¿para qué? Con lo divertido que es comer mientras se presencia el espectáculo de observar las conversaciones y las risásde los demás.

Total, si ya tienen el resto de sus horas para verse las caras.

Entrañable.

domingo, septiembre 03, 2023

Cuesta abajo

Tuve un compañero de clase de primaria que nació el mismo día que yo.

Desde siempre, estemos donde estemos, él se acuerda de escribirme por mi cumpleaños y yo le respondo con mi felicitación.

No volvemos a saber el uno del otro durante el resto del año, pero nos hemos ido haciendo mayores y mantenemos la tradición.

En esta última ocasión, su mensaje lo acompañó de una frase dura.

Ya estamos en la cuesta abajo, Salva.

Yo le respondí que no. 

Siempre hacia arriba, Jose. 

Hasta salirnos por el techo.

viernes, septiembre 01, 2023

En casa

Yo, a mi mujer, no le cuento nada de trabajo me decía un compañero de empresa, mientras tomábamos unas cervezas en un cumpleaños.

Me sorprendió lo que me decía y cómo lo expresaba, con un indisimulable tono de satisfacción.

Yo lo hablo todo le respondí.

Y a mí me lo cuenta todo. Es algo básico en mi comprensión de la naturaleza humana. Compartes la vida con una persona ¿y no le hablas de lo que te ocurre allí donde pasas la mayor parte del tiempo?

Yo quiero saber por qué llega tan contento, o con la cara cambiada, si le ha salido bien la reunión que llevaba tanto tiempo preparando, si por fin se ha reconciliado con quien le estuvo haciendo la puñeta.

Dejar a tu mujer, a tu pareja, a un lado de tus preocupaciones laborales es como decirle que no necesitas de ella en una parte central de tus inquietudes.

Presumir de ello es dejarla a ella, pero sobre todo a ti, en mal lugar.

Es construir muros innecesarios.