Sí, escenas que identifico con emociones agradables, conversaciones, paseos, visitas, momentos en los que sé que soy especialista en disfrutar. Me miro desde fuera y me digo, 'ponte las pilas, esto es la vida, la buena, lo que te gusta, deléitate'.
Muchas veces ese tirón de orejas que me doy a mí mismo surte efecto. Otras, no.
No quiero perder a ese otro Borete, el que me observa con atención y cuida de mí, el que se ve a sí mismo con ojos generosos, el tipo atemporal que siempre vivió en mí, el que me menea, me anima, me consuela, me recuerda, cada día, todo lo bueno que hay en mí.
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