Recién aterrizados en Catania, decidimos visitar Enna camino de la capital.
Una ciudad fortaleza en el medio de la isla, a casi mil metros de altura, desde donde se divisa toda Sicilia.
Para que las cuentas nos salieran, ya que queríamos organizar la cena de Nochevieja en nuestro apartamento, decidimos hacer una compra en el mercado de esa pequeña ciudad. Todo un espectáculo ver a las familias italianas llenando carros de panetones y prosecos, entre quesos, embutidos y aperitivos que no son los que estamos habituados a ver.
Advertí a Fran de que se nos hacía tarde para llegar a Palermo a la hora del almuerzo.
—Ya encontraremos algo —me dijo—. Esta compra en este mercado también es parte del viajar.
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