Todos tenemos cosas bonitas.
Sin excepción.
La cuestión no es saberlas encontrar, sino saberlas decir. Potenciar en el otro esa forma de reír, de escuchar o de manejar conflictos.
Nos decimos poco lo mucho que valemos, sin imaginar hasta qué punto el mundo ganaría en color.
¿Qué te gusta de ti?
No hay comentarios:
Publicar un comentario