Tiene familia en Sevilla y baja desde Madrid cada año para la cena de Nochebuena. No nos vemos el resto del año, ni nos tenemos al tanto, ni nos seguimos en redes.
Nos ponemos al día, viene a cenar a casa, y hasta la próxima.
Los encuentros iban siendo cada vez más tensos, con reproches hacia la vida que llevaba cada uno, hasta que el año pasado explotó. Cenaba en casa con Fran y conmigo y nos soltó un panegírico sobre las virtudes de la Ultraderecha. ¡Un gay!
Se fue dando un portazo llamándome burgués de pacotilla.
Este año no ha dado señales de vida. Sé que andará por aquí. Sé que da pena. Sé que es lo mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario