Uno de los grandes atractivos de Turín es su museo egipcio.
Conscientes de que a Iván le apasiona desde pequeño el mundo de los faraones, ya teníamos compradas nuestras entradas antes incluso de salir de Sevilla.
—Los enterraban con cuatro tipos de vasijas, que tenían cuatro tapas diferentes —nos explicaba mi sobrino una vez allí, mientras paseábamos entre sarcófagos.
Hoy en día hay aún gente que querría que los enterrasen como a un faraón, con su colección de rolex, de coches deportivos, de pisos en la playa, de billetes y más billetes.
Ven que se van y se aterrorizan con la certidumbre de que tantas posesiones no se pueden meter en ningún lado.
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