¡Faltaría más!
Eso sí, cuando esa química se da, la vida se hace más bonita, porque ese regalo que es suyo, currado desde siempre, idolatrado como solo lo pueden ser las amistades auténticas, se convierte en un tesoro que nos une más como pareja.
¿O no es hermosísimo ver como se abrazan, sin pudor, dos personas a las que no puedes querer más?
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