No sé de cuántas maneras me han llamado ya, pero esta pasada feria me han bautizado como El Fugas.
Será la edad, pero es cierto que soy, siempre, el primero en irme a casa cuando de salir por la noche se trata. Llega un momento concreto, tras la cena y mientras tomamos alguna copa, en que la felicidad para mí es irme a dormir.
Desde que viví en Francia tomé una afición especial a las cenas largas, en las que se charla de todo, tienes las orejas abiertas a que te cuenten y disfrutas de un buen vino. No hay cosa que me guste más que cenar pausadamente con mi pareja, con los amigos o la familia.
La afición española al cubateo nocturno, sin embargo, se me hace cansina. Cuando tengo el gintónic en la mano y veo que se lanzan a por la siguiente ronda, mi cuerpo no se deja seducir por el alcohol sino que me pide descanso. Un viejo, vaya.
Disfruto tanto con las mañanas de los fines de semana que me da pereza sólo el pensar en desperdiciarla por una mala resaca.
La gente que me quiere me va conociendo y sabe, eso espero, que cuando digo me voy no estoy diciendo subliminalmente que no esté feliz con ellos, sino que mis tiempos son diferentes.
Soy tan afortunado de tener a mi alrededor a gente que me quiere tanto, que necesito explicarles esto, que El Fugas se vaya a dormir no implica que El Fugas no se divierta.
5 comentarios:
Así que has pasado de ser el hombre invisible a ser "el fugas"...bueno, tu nivel de nitidez va en aumento jajaja...
Me viene al recuerdo lo que en mi época universitaria llamábamos "efecto guinda".
Uno de nuestros compañeros fue bautizado como "el guinda", pues era con diferencia el más menudo de la Politécnica de Córdoba.
Este personaje peculiar donde los haya, acostumbraba a desaparecer sin dejar rastro alguno en las noches de fiesta, con el agravante de que tenía veinte y pocos años.
A ese fenómeno lo denominábamos "efecto guinda" y cada vez algún otro del grupo hacía algo parecido, aunque lo hiciese para perderse bien acompañado, era acusado de practicar el famoso "efecto guinda".
Un saludo
Rivo
Todo tiene su encanto, personalmente prefiero las cenas eternas con bebidas espirituosas y amigos para vaciar las botellas.
Saludos.
Nosotros no hemos vivido en Francia pero tambien nos gusta cenar despacio y tener buena conversación con los amigos, pero a mi me encanta de vez en cuando colocarme un poco con un licorcito, para eso hago las cenas en mi kelly y del marea a mi cama. Tal vez este más vieja que tú, porque ni siquiera me apecete ir a un restaurante o bar a cenar. Hacemos una cena de traje y apañaos ( yo "traje" una tortilla, yo "traje" una ensalada, etc)En crisis salen divinas.
Je, Je, Je ..¡que graciosillo el sr. Rivo con lo del “hombre invisible”!.
La verdad (como dicen los futbolistas cuando los entrevistan) es que a mi me pasa un poco lo que a ti. Verás, lo que realmente me gusta de salir con mis amigos por la noche, o por el día (sobre todo por el día, para nosotros la noche entraña ciertos peligros), es ..eso..poder hablar..comunicarnos cosas , trascendentales, afectivas , o banales, no me importa, porque si alguien me habla de cosas intranscendentes para mi, siempre pienso que puedo estar aportándole la alegría de escucharlo, y como todo es relativo, a lo mejor resulta que al final hasta me abre los ojos , por decir algo, a la cuadratura del círculo.
Pero eso si, insisto, quiero poder hablar. Odio los ambientes ruidosos, al menos odio el tener que soportarlos durante mucho tiempo. Con ese enfoque es normal que yo sea más como Eva-escorts en lo que a las cenas se refiere, y un poco como tu en relación a las mañanas de los fines de semana. No cambio una de esas mañanas por nada del mundo. Eso no me es difícil porque las comparto a menudo con muchos de mis amigos….nosotros “las fugas” , precisamente, las hacemos entonces.
Y por último, y en tono de broma,…. cualquier jurista diría ante la lectura de tu entrada y el comentario de Rivo…. ummmm…..yyyy..¿no es mas cierto que usted y el Guinda se van siempre sin pagar?
Saludos
Montgeront
Me siento reflejado en esto que cuentas. Además, lo de salir de copas por la calle me lo han puesto ya muy dificil: los precios desorbitados, el riesgo real de baber garrafón, la dificultad para mantener una conversación normal por el ruido de los antros, etc...
Salu2
Fernando
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