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lunes, julio 25, 2011

Galibier

Volviendo del trabajo la semana pasada me contagié de la emoción radiofónica de la subida al Galibier en el Tour de Francia. Aceleré para llegar a casa a tiempo de verlo por la tele.

Cien años de subidas al mítico Galibier.

El mítico Galibier.

Visto por la tele era un paisaje espectacular. Contador ya se había descolgado en esa inmensa mole de piedra que surge en el paisaje alpino. Pasando de la radio a la televisión, los comentarios seguían siendo igual de épicos referente a ese nombre.

Yo sólo veía una montaña inerme, espectacular.

Admiro del ser humano la capacidad de construir alabanzas a abstracciones construidas por nosotros mismos. Realidades que lo son porque nosotros así las hemos elaborado.

Abstracciones, en sí, que nos hacen seres con alma, diferentes de amebas y rinocerontes. Seres que somos capaces de emocionarnos con conceptos que no tienen equivalencia con algo distinto de lo emocional.

Sevilla, mi ciudad, no existe como tal. España, mi país, tampoco. ¿Qué es la humanidad?, ¿qué es la juventud?, ¿el anhelo?, ¿la esperanza?

El hombre ha conseguido definir conceptos que nos emocionan, nos aturden, siendo inventos construidos a partir de bases intangibles.

Hace dos días un ser humano, de ésos que como nosotros tienen dos piernas y dos brazos, cogió una metralleta y destrozó la vida de 85 jóvenes noruegos que celebraban sentirse parte de un colectivo.

Seguro que el monstruo vestido de policía pensaba en algún concepto abstracto mientras reventaba sin piedad a gente inocente.

La grandeza y la terrible miseria del ser humano.

Mi pensamiento con ellos, comprometidos, que desde unos ideales concretos querían cambiar el mundo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un monstruo vestido de policía, eso era. Un tarado mental, ¿un producto (más bien un residuo) de la sociedad en que vivimos?. Me provoca rechazo la tendencia de algunos de nuestros dirigentes a politizar el asunto este: nadie llama a una concentración contra la extrema izquierda cuando se trata de manifestarse contra ETA. La extrema izquierda y la extrema derecha: ¿Stalin y Hitler?, ¿Franco y Fidel?, para mi, la misma cosa, unos dementes inhumanos.

Salu2

Fernando

Anónimo dijo...

Excelente reflexión, que suscribo, al hilo de "la grandeza y la terrible miseria del ser humano", como tu muy bien dices. También comentas: "Realidades que lo son porque nosotros así las hemos elaborado". Nada más cierto. Prueba de ello es que no era el Galibier donde creíste ver descolgarse a Contador, si no el Alpe D´Huez, montaña, si cabe, mas mítica aún que la centenaria subida. También “la bestia” noruega creyó ver en esos chavales a los enemigos de su …¿patria?. A ti , vive Dios, tu inocente error en el conocimiento de ese deporte de dos ruedas te engrandece. A ese “monstruo”, "solo", nada más y nada menos,solo lo condena,..sobre todo por irracional y por……por hijo de p…ta (me sale de adentro..perdona la expresión)

Saludos
Montgeron