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miércoles, julio 13, 2011

Comer

No sé si tan radical como mi amiga Nuria, que dice no fiarse de la gente tiquismiquis con la comida, pero sí es cierto que me inspiran confianza las personas sin demasiados miramientos a la hora de atacar lo que le pongan por delante en la mesa.

Tal vez porque en mi subconsciente lo interprete como la flexibilidad que implica comportarse así frente algo tan concreto como el comer.

No alimentarse, sino comer.

Vivimos en un período en que todo son reglas y, lógicamente, la alimentación no se escapa de ellas:

No comas pasta de noche, no más de dos veces carne a la semana, no piques entre horas, nada de alcohol destilado.

Presumo de ser cuidadoso con la comida, pero no obsesivo.

Entiendo el buen comer como el mayor de los placeres que se nos puede ofrecer en este mundo y me niego a amputarme el gusto de hacerlo, con mesura y sin complejos.

El buen comer implica en muchos casos estabilidad emocional, en muchos otros una conversación amable, relajada, íntima o divertida.

No masticar, sino saborear. Degustar frente a deglutir. Observar los colores, oler. Agradecer un buen plato, compartirlo. Ponerse una copita de vino blanco, algo de música y lanzarte a hacer un sofrito como si fuera lo último que tuvieras que hacer en tu vida.

Y cuando te inviten a un plato desconocido, nunca fruncir el ceño. Tú me lo ofreces, yo me lo tomo.

Enfrentarte a un plato, dejarte llevar por lo que te ofrezcan, darle un sorbo al vino, a la cerveza, a un agua fresquita y decirte: ¡qué alegría de vivir!

6 comentarios:

Miguel dijo...

En la vida hay dos autenticos placeres: LA LITERATURA y COMER.
El resto... es algo complementario.

Miguel

Dol dijo...

Estoy de acuerdo contigo , me encanta comer y doy fe de que la comida da muchos buenos momentos , con la gente adecuada , como casi tó en la vida.
Un abrazo

ML dijo...

Es un acto de amor,a uno mismo si cocina o comes solo y hacía los demás cuando compartes con otros. Esas madres con sus cocidos,sus croquetas...ese tiempo sin medida invertido en convertir delicadamente productos básicos en un manjar.uummm!!! Coincido con Núria y revisando,veo que no tengo ni un solo amigo que no sea comilón,ninguno que no disfrute apasionadamente de la vida.Come,ama,sueña ¡VIVE!

Anónimo dijo...

Hay puntos óptimos que nos permiten disfrutar de todas las cosas que nos ofrece la existencia. El blanco y el negro son a evitar para los que pretendemos vivir nuestro hedonismo en plenitud. La maravillosa escala de grises: la joie de vivre.

Salu2

Fernando

Arezbra dijo...

Di que sí, yo siempre he sido de buen comer! y también desconfío de la gente "delicadita". Las normas no hace sino coartarnos y aunque hay que tener un orden y un equilibrio en la vida,se debe controlar, no dejar que te controlen a ti.

Un beso

Anónimo dijo...

Querido Salva:
Veo que en un asunto realmente importante como es la comida estamos en perfecta comuniòn.Asì que sólo te diré una cosa:DE TI ME FIO.
Un beso.

Nuria