Para un occidental resulta muy duro ver a chavalillos ir al colegio descalzos mientras cae una tromba de agua constante. O ver a otros que, en un día laborable y en horario escolar, te imploran una limosna con una sonrisa a la puerta de un templo hindú.
En una cura de humildad incluso agresiva para los que damos por supuestos muchos básicos, porque así los hemos vivido desde pequeños, atravesar una calle de cualquiera de sus ciudades es impactante.
No encontré a los indios como ciudadanos especialmente simpáticos, ni me resultó una sociedad motivada. Cuando la comparan con China pienso que están a años luz, sobre todo porque tuve la oportunidad de visitar los dos países con pocos días de diferencia.
Me resultó el país de la desesperanza, por mucho que se le nombre como una potencia emergente. Que lo será. Pero tardará decenios en convertirse en una sociedad justa, porque la miseria es ley de vida.
Hay, excepcionalmente, quien viene de la India maravillado. Yo los envidio, porque no tengo la calidad humana suficiente como para sentir que algún día pudiera irme allí a ayudarles, a compartir sus carencias, a pasearme esas calles sucias descalzo.
Paseando por Chennai con mi amigo Pablo, apesadumbrados por lo visto, comentábamos que los raros éramos nosotros.
No hace falta hacer muchas cuentas para comprender que a tres cuartas partes de la humanidad no les resultaría desasosegante ese paseo por las calles de Chennai.
4 comentarios:
No hay nada mejor que asomarse a otras realidades para comprender:
1- Que el estado de biensetar de los países desarrollados es un insulto al resto del planeta...
2- Que por mucho que idealicemos sociedades tan deprimidas como la hindú... Su realidad seguirá impresionándonos. Aunque sea una potencia económica mundial (Hoy por hoy la segunda)sigue siendo el lugar del que todos hemos oído hablar tantas veces. Un abrazo.
Volver de esos lugares hace que sea relativo todo lo que valoramos.
Yo no he estado, pero sí personas que conozco de cerca y el mayor recuerdo es la sonrisa de esos niños a pesar de todas sus carencias.
Saludos y gracias por tu visita.
Pero lo bueno de los hindúes es que, a pesar de la miseria, ellos consideran que su vida es perfecta, porque la aceptan tal y como es.
Bsote
Yo creo que hay determinadas cosas que impiden prosperar a las sociedades. Algunas de ellas son determinado tipo de religiones, tradiciones y costumbres. ¿De qué igualdad se les va a hablar a los indúes cuando consideran natural y tienen asumido el sistema de castas?, es sólo un ejemplo.
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