Europa no lo sería sin los discursos de Platón o la ética de Socrates. La democracia es una palabra hermosísima que Grecia entregó, como tantas otras, al ser humano. Palabras eternas y actuales.
Hoy leía acerca de la proliferación de indigentes en las calles de Atenas, los cierres de negocios y la rabia no siempre contenida.
El mundo occidental concedió no hace mucho la organización de unos Juegos Olímpicos al país que los creó. Y con ello le entregó un regalo envenenado que vació sus arcas para unas semanas de gloria.
Cuando Grecia entró en Europa no pensó estar entrando en una cueva de tecnócratas liderados por una Merkel ansiosa de disciplina monetaria, con un Banco Central que sólo mira por el crecimiento de alemanes y franceses.
Los políticos griegos, como tantos otros, han cometido errores imperdonables. En su caso especialmente graves, porque falsearon las cuentas para anunciar un déficit que era mucho mayor del publicitado. Es un país donde hay mucha economía sumergida y un empleo público inflado. Bien. Arreglémoslo entre todos, como europeos que vivimos en comunidad. Pidamos sacrificios, sí. Pero no criminalicemos a un pueblo culto y trabajador. No arruinemos a una generación a la ignominia y la falta de esperanza.
Pidamos control y ajuste, pero propongamos un plan de choque para ese país hermano, busquémosle fondos europeos para fortalecer su industria, llevemos allí, aunque sea un gesto simbólico, alguno de los organismos que se reparten en el centro de Europa. Démosle voz al Sur. Tenemos capacidad sobrada para ello. Somos grandes, estamos preparados.
Esta Europa, sin embargo, es carnaza de mercados y burócratas, nos hacen entender. No hay lugar para la imaginación ni la solidaridad.
¿Dónde está la ilusión con que se nos vendía a este viejo continente como un pueblo unido con la aparición de la Comunidad Europea?
Si ser europeo significa vivir a lo alemán, yo me bajo de este tren.
6 comentarios:
Pues sí.
Yo también me quiero bajar .
O me han bajado ya?
Me parece que el revisor me echó un par de estaciones atrás por no llevar billete.
..
Jeje.
Un beso ,viva Grecia.
¡Uf! Un tema peliagudo, y eterno. No entiendo de política, aunque tampoco creo que haya que ser muy listos para entender lo suficiente. Cualquier comunidad, por grande que sea, funciona como una familia: si el padre imparte la justicia, todos crecen por igual y prosperan. Pero cuando el padre ordena lo que no cumple y tiene favoritos...
Saludos.
Bastante de acuerdo. Creo que Europa como unión no es vista por todos los países desde el mismo ángulo. Y para muestra el botón que representa los referéndums del Estatuto Comunitario que ha quedado en nada.
Al final quién manda es Alemania, Francia y Reino Unido por este orden y lo que quieren es que todos seamos como ellos.
Así que al final Europa no es una Unión, sino un mercado abierto entre países, simplemente.
¿Nadie se acuerda de la España de principios de los 80?. Yo sí. El viaje en el seat 124 desde Herrera del Duque a Sevilla era de unas 5 horas, si no había algún calentón o reventón de rueda por el camino, sin aire acondicionado, airbags ni DVD, papá, mamá y 5 enanos, 7 personas en un coche. Lo que quiero decir es que me da la sensación de que los que abrazaban con entusiasmo los valores europeos sabedores del maná que se avecinaba son los mismos que ahora se cuestionan su idoneidad cuando el maná se ha agotado. Europa no era tan buena entonces ni tan mala ahora, lo que sí es cierto es que nos metieron en ella con calzador para que los que reparten el bacalao tuvieran un mercado mayor. Ahora que pintan bastos, cada uno barre para casa: me parece natural la indignación de las griegos, tan natural como que los alemanes se sientan engañados.
Salu2
Fernando
¿Qué quiere decir, Salvador, "vivir a lo alemán"? ¿Vivir como la princesa cazadora Corinna zu Sayn-Wittgenstein? ¿Como un minijobista en Alemania del Este? ¿Como una veinteañera descerebrada de "I love Lloret"? Respecto a Grecia. Cierto que nuestra deuda a la antigua Hélade no tiene precio. Pero los actuales griegos tienen con ella lo mismo que ver que nosotros con Séneca, Marco Aurelio o San Isidoro. O lo mismo que los actuales alemanes con San Ambrosio, maestro de San Agustín y nacido en la actual Alemania. Esto es, nada. Por otra parte, la antigua Grecia debe admirarse en el contexto de una realidad ineludible: los griegos inventaron la democracia, pero también la tiranía. La libertad de unos fue de la mano de la esclavitud de otros. Como decía Finley, ni la religión era capaz de poner fin a su particularismo, del que nacía la notable indiferencia y aun hostilidad que entre sí se mostraban: raras veces repugnó a los griegos someter a la esclavitud a otros griegos o hacerles la guerra. Y su religión no era tampoco una religión de paz, recuerda Finley. Cuidado, pues, con las mitificaciones.
Gollum
No te preocupes, nos bajaremos de este tren pero solo después de haber asistido al saqueo de nuestro país. La banca alemana ya introdujo en nuestra Constitución el artículo 135. Ya estamos en el mismo tren de Grecia.
Un saludo
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