Cuando un médico te responde sí o no, sin titubeos. Cuando lo hace un compañero de trabajo respecto a cuestiones que suponen muchos miles de euros. Incluso cuando en un restaurante preguntas por una recomendación.
—El carpaccio de alcachofas.
La duda interna es una fuente de sabiduría en el día a día, porque nos abre las puertas a la reflexión y eso nos hace crecer. Dudar es reconocer nuestras flaquezas y trabajarlas.
Pero cuando necesitas una certeza, qué atractiva es la persona que te responde, firme, a los ojos, cuál es su verdad.
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