Tú puedes saber que vales más que la otra persona en determinado campo y no por eso debes refregarlo en la cara de quien te escucha.
Cantar las propias virtudes es, además de torpe, una forma retorcida de mostrarse.
Las cualidades de cada uno no deben explicarse, sino que los otros tienen que confirmarlas por tus hechos.
No sirve de nada hablar de nuestra calidad humana, tienen que descubrirla los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario