En mis tardes de biblioteca en la Escuela de Ingenieros, de las que guardo momentos imborrables, a pesar de la paliza de horas de estudiar que nos pegábamos allí, recuerdo una escena que se me quedó grabada.
Estaba en mi último año de carrera y llevaba acudiendo a esa biblioteca desde que entré. Un día, despistado como yo soy, encontré que habían instalado un 'torniquete' para acceder y era necesaria la tarjeta de estudiante para pasar. La gente protestaba porque nadie había advertido, y el bibliotecario explicaba con paciencia el nuevo método.
Cuando llegó mi turno, me dirigí a él para decirle que no traía conmigo el carnet de la universidad y, el bibliotecario, con cara de medio guasa, me soltó:
-Pasa, pasa, si tú eres más viejo aquí que el hilo negro.
Me quedé de piedra. Con el tono que utilizó se enteró todo el hall de la biblioteca.
En vez de tomármelo a mal me dio por reír. Tenía toda la razón y había sido ocurrente, sin faltarme el respeto.
Cuando la vida avanza, hay momentos en que me acuerdo de esta frase. Los años pasan y tenemos que progresar, que cambiar, que superar situaciones. La vida siempre pide más. Más combustible. Es insaciable.
Querámoslo o no, como nos quedemos parados... nos convertimos en hilo negro.
1 comentario:
Cuánta razón en este texto ^^
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