Sé que en todas las épocas, ciudades y sociedades existen y existirán grupos de personas que lucharán con todas sus fuerzas por mantener las cosas 'como toda la vida' han estado.
En mi propia fábrica, donde llevo década y media trabajando, tengo bien identificado a los fatalistas. 'Hay cosas que son inarreglabes porque siempre han estado así'. Es el mayor freno para progresar, desde el momento que consideramos que hay cosas que no tienen arreglo.
Hay un gran filósofo alemán, Erich Fromm, que los clasificó como necrófilos. Amantes de la muerte.
Son las personas que se alegran, inconscientemente, del mal de los demás; eso les consuela de sus propias miserias. Si alguien es guapo, 'el tiempo lo estropeará', si alguien es buena gente, 'las miserias de la vida lo pondrán en su lugar', si alguien es emprendedor, 'acabará desengañado con el mundo', si te ven feliz 'ya te llegará el momento de sufrir'.
Es esa parte enferma de nuestra sociedad que se escandaliza porque se aumenten los derechos sociales ('¡qué horror, ver a dos hombres besándose!', '¡los inmigrantes se están llevando nuestro empleo!).
Ese peso pesado con el que arrastramos que tiene forma de iglesia católica burocrática, de grupos falangistas que no quieren hacer justicia con el pasado, de asociaciones que sólo se movilizan para escupir encima de los 'diferentes'.
Se movilizan contra el aborto pero echan la vista a un lado al conocer que el cura del pueblo se aprovechaba de los niños del colegio... 'eso siempre ha sido así'.
Niegan el cambio climático porque 'el tiempo siempre ha estado loco'.
Frente a los necrófilos, los biófilos: esa gente fantástica de la que me rodeo, vital, con ganas de cambiar las cosas, aunque las inercias nos hagan pensar, equivocadamente, que otro mundo mejor no es posible.
En mi propia fábrica, donde llevo década y media trabajando, tengo bien identificado a los fatalistas. 'Hay cosas que son inarreglabes porque siempre han estado así'. Es el mayor freno para progresar, desde el momento que consideramos que hay cosas que no tienen arreglo.
Hay un gran filósofo alemán, Erich Fromm, que los clasificó como necrófilos. Amantes de la muerte.
Son las personas que se alegran, inconscientemente, del mal de los demás; eso les consuela de sus propias miserias. Si alguien es guapo, 'el tiempo lo estropeará', si alguien es buena gente, 'las miserias de la vida lo pondrán en su lugar', si alguien es emprendedor, 'acabará desengañado con el mundo', si te ven feliz 'ya te llegará el momento de sufrir'.
Es esa parte enferma de nuestra sociedad que se escandaliza porque se aumenten los derechos sociales ('¡qué horror, ver a dos hombres besándose!', '¡los inmigrantes se están llevando nuestro empleo!).
Ese peso pesado con el que arrastramos que tiene forma de iglesia católica burocrática, de grupos falangistas que no quieren hacer justicia con el pasado, de asociaciones que sólo se movilizan para escupir encima de los 'diferentes'.
Se movilizan contra el aborto pero echan la vista a un lado al conocer que el cura del pueblo se aprovechaba de los niños del colegio... 'eso siempre ha sido así'.
Niegan el cambio climático porque 'el tiempo siempre ha estado loco'.
Frente a los necrófilos, los biófilos: esa gente fantástica de la que me rodeo, vital, con ganas de cambiar las cosas, aunque las inercias nos hagan pensar, equivocadamente, que otro mundo mejor no es posible.
5 comentarios:
Me ha encantado esta entrada. Sé de lo que hablas. Y ya que hablas de tu empresa, te diré que en la mía ocurre parte de lo mismo. Además te diré que hay personas interesadas en que el inmovilismo perdure, personas favorecidas por ese inmovilismo, favorecidas por los flujos de poder que los pusieron donde están y que detestan cualquier movimiento, no vaya a ser que me muevan de mi sitio (o a uno "de los míos").
Fernando
Estimado bloguero:
Empiezas expresando tu opinión sobre el inmovilismo y terminas hablando de los curas pedófilos, de los falangistas de los antiabortistas y del cambio climático...
Si quieres largar contra los fachas hazlo directamente y déjate de rodeos.
Hay otro grupo que son los recientemente movilizados:los progres de salón que se convierten en antifranquistas 35 años después de la muerte del dictador.¿Dónde, estaban Sacristán Conchita Velasco, Jiménez Villajero,o los padres de algunos de nuestros ministros que fuerona altos cargos de la Administración franquista? Pues trabajando para el regimen. Y mientras tanto algunos teníamos a nuestros padres, tíos y abuelos pudriendose en la cárcles y en los campos de trabajos. Algunos nunca perdimos la memoria y siempre estuvimos movilizados. ANTIPODAS
Ese tipo de gente de la que acabas de hablar son, a mi entender de esos que siempre han sido favorecidos por los flujos de poder: simpre he pensado que la progresía de hoy son los del "movimiento" de antaño o sus herederos, ej: Bono, de la Vega & cía.
Respecto a tu primer párrafo me parece demasiado suspicaz. El que se pica, ajos come.
En definitiva, suscribo el segundo párrafo, no así el primero.
No obstante lo anterior,no creo que Salvador busque un debate en estos términos.
Fernando
El inmovilismo del que yo hablo incluye fachas, por supuesto; aunque he creído explicar que mi razonamiento va más allá, que mi crítica va dirigida a aquéllos que disfrutan con el que fracasa porque no son capaces de evolucionar, de los que se remueven por dentro ante la felicidad de los que encuentran sentido a la vida porque ellos son incapaces de encontrar un motivo para sonreír
No voy a entrar en diatribas políticas ¡tan poco me interesa el modus vivendi de esos infraseres que nos chupan la sangre!. Solamente haré velada mención a posiciones de inmovilismo político en todos los colores del tema: tanto monta monta tanto Josemari como Castro (qi
uién dice eso dice Bush-Morales).Pero la No Movilidad,con mayúsculas, lleva a la atrofia del órgano aunque o sobre todo sea el cerebro.No es agradable sentirse entumecido. Movamos ojos y pensamiento, enriquece acercarse al contrario y para eso hay que mover el culo señores. Un abrazo
M. Dufour
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