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salvador-navarro.com

jueves, diciembre 05, 2013

Azul

Veníamos de lanzar al mercado un nuevo producto, que acababa de ser diseñado por dos grandes multinacionales con el objetivo de posicionarlo como líder, dando rentabilidad, calidad y suficiente demanda como para hacer de la fábrica un lugar tan competitivo que tuviera vida por varias generaciones.

Era un equipo de gente joven construido con miras a ese lanzamiento. Se les fue formando en la Central de la empresa durante meses y la fábrica comenzó a recibir grandes máquinas para que este proyecto fuera haciéndose realidad en los plazos fijados.

El día D se acercaba y a mí me hicieron una llamada para volver a mi tierra y ocuparme de coordinar el equipo que garantizaría la calidad del producto final. Era volver a la tierra e integrarse en una dinámica poco habitual en este Sur poco frecuentado por inversiones de futuro de este calibre.

Llegó el momento de comenzar a producir, de enviar las primeras unidades y poner a prueba el trabajo de tantos años.

Una mañana recibí una llamada que alertaba de un defecto puntual en uno de estos envíos. Faltaba una pequeña pieza que impedía el buen funcionamiento de nuestro ingenio, pero no sabíamos calibrar la dimensión de aquel problema.

El director de la fábrica me hizo ir a su despacho, cerró la puerta y me pidió que le explicase qué estaba ocurriendo:

'J'ai une peur bleue' (Tengo un miedo azul)

Lo tranquilicé a partir de explicaciones técnicas. No había riesgos. Todo iba a salir según lo previsto, como así fue, y ese pequeño contratiempo no era otra cosa que un despiste puntual en todo el sistema.

Diez años después, el futuro nos ha dado la razón. Los jóvenes ya no lo son tanto y la fábrica sureña ha demostrado su enorme capacidad.

Sin embargo, en mi retina siempre quedará marcada esa frase de terror de alguien que infundía un poder incuestionable de puertas hacia afuera de su despacho.

'Tengo un miedo azul'.

Desde entonces, para mí, no hay una forma más gráfica de expresar el pánico.

En color azul.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante comentario Salvador. La de anécdotas que habrás tenido en tu vida laboral.

Saludos, Manuel

montse dijo...

Que recuerdos me traes! ! Gracias . T quiero

Gincrispi dijo...

Tuvo que tratarse de una situación de gran estrés para dejar esa huella.
Esos recuerdos, da igual el carácter de la vivencia, nunca se olvidan.
Saludos Salvador.