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jueves, enero 10, 2013

Desaparecer

Nunca los argumentos propios se pueden utilizar como arma para derrumbar la elección amorosa de una persona a quien quieres.

Es muy doloroso comprobar que tú no pintas nada por muy claro que veas negro el horizonte de personas importantes para ti, pero es así.

Recuerdo un cubata compartido con una buena amiga, empecinada en buscar el amor de un hombre que a mí me resultaba tan insulso como soberbio.

-¡Bore, si me quieres déjame en paz!

Era su elección, y yo tenía que comérmela con patatas.

Y luego no vale utilizar las derrotas futuras para recrearte en tus teorías pasadas. Cuando la derrota viene o el amor no se consuma la única opción sana es estar ahí, cuanto más callado mejor, evitando hasta el soplo más diminuto de sutileza que haga referencia a indignaciones pasadas.

Si estás convencido de que la persona que quieres elige mal, en uno está el retirarse, encauzar los afectos de otro modo, tragarse la inquina como sopa boba y admitir que el mundo de las relaciones está hecho así.

Si no soportas las relaciones de la gente a la que quieres, desaparece o calla, porque no hay más errores en las elecciones amorosas que aquéllos que comete el sujeto que ama; y ahí sólo mandan dos, nunca tú.

2 comentarios:

Nuria dijo...

¡Totalmente cierto! Como bien dices es cosa de dos y una vez que has dejado clara tu postura es mejor retirarse para permitir a la persona que quieres que lo descubra todo a través de sus propios ojos...
Las relaciones, ese mundo aparte.

Melvin dijo...

Nos asusta el dolor propio y el ajeno.... Quisiéramos huir de forma perpetua y los parches se estilan demasiado aunque no se puede evitar un conflicto creando otro más. Es mejor retirarse a tiempo y esperar que se aplaque la tempestad. Besotes.