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martes, mayo 22, 2012

Despiste

Es desagradable tener que decirle a una persona querida que te falta al respeto por una cuestión aparentemente nimia, como es la de la falta de puntualidad.

Cualquier despiste es perfectamente perdonable siempre que sea ocasional, el problema es cuando esa circunstancia se transforma en norma.

Llegar tarde por costumbre a las citas es intrínsecamente egoísta, denota falta de consideración hacia quien espera y es éticamente reprobable. 

Sé que vivimos en un mundo de prisas y parece que el hecho de criticar la impuntualidad pueda parecer una enfermedad más de nuestro tiempo, asociada a la impaciencia.

La coquetería o el despiste para justificar no cumplir con el pacto que supone verse en un determinado lugar a una hora es una prueba de egocentrismo infantil que descalifica a la persona que lo ejerce.

No valen frases desgastadas tipo 'soy así' o 'siempre llego tarde'. Hay que saber ponerse en la piel de cualquier persona a la que valores; lo que nos hace deducir que si a esa persona con la que te has citado la dejas esperando indefinidamente a que a ti te dé la gana de aparecer estás demostrando poco afecto por aquélla.

Todo nos lleva a la educación, tan poco tenida en cuenta en estos tiempos de crisis. Educación para saber que tan válido como uno mismo es el vecino, el amigo o el hermano, algo que parece de primero de básica. 

La impuntualidad como práctica desacredita, sin tapujos, a quien la ejerce.

Pensar en el otro como si fueras tú, ésa es una buena práctica: la coquetería del despiste es un disfraz de aquél que no valora al prójimo.

Tú quieres verme, dime dónde y a qué hora, que allí estaré sin falta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No quisiera parecer oportunista ni “hilofinista” pero te aseguro que un día llegué tarde a una cita porque estaba leyendo el final de una novela apasionante…creo que se llamaba algo así como No Te Supe Perder. ¡Anda!….¿y ahora qué?
Saludos
Montgeron

pablosky dijo...

Nada de acuerdo contigo, muchos impuntuales son personas que se concentran tanto en lo que están haciendo que pierden la noción del tiempo. Muy lejos de tu punto de vista de personas faltonas y egoístas.
Reconozco que soy impuntual e intento corregirme porque sé que es un defecto; pero queda muy lejos de mi faltarle el respeto a nadie.