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viernes, octubre 21, 2011

Paz

La memoria suele ser frágil, pero hoy nadie nos puede quitar la alegría de saber que ETA deja de matar.

En los momentos más sanguinarios de la banda, durante decenios, todos hemos soñado con una portada de periódico como la que encontramos hoy en los kioscos, y si algunos no valoran con euforia este comunicado de ETA es porque nuestra democracia ha ido acabando con ellos de forma paulatina hasta casi ningunearlos.

Sé que, en momentos históricos como los que estamos viviendo, se impone la altitud de miras y la llamada a la concordia. No puede ser de otro modo. Como sociedad civilizada y señorial que somos, nuestra meta debe ser la defensa de este Estado democrático en el que cabemos todos, defendiendo con fuerza la posibilidad de que quienes no quieran estar con nosotros así lo expresen de forma rotunda a través del voto.

Nuestra memoria, sin embargo, no se puede resetear.

ETA nació al mismo tiempo que yo, y he pasado toda una vida oyendo acerca de sus fechorías, su bajeza y los tiros en la nuca. Una mirada a la infancia me lleva a paseos camino del colegio de la mano de mi madre en que yo le preguntaba el porqué de tanto odio y crueldad.

Ahora se van como payasos, con la cara tapada y una boina, sin la gallardía de pedir perdón.

Me alegro profundamente de que el pueblo vasco vuelva a estar libre de llevar esa pesada carga y el resto de los españoles, junto con ellos, podamos, por primera vez en nuestra historia, presumir de una democracia en paz.

¡Ha sido tanto el dolor!

2 comentarios:

Alforte dijo...

Lo que no sé es a que esperan para disolverse y si es en agua fuerte, mejor que mejor!!!!

Anónimo dijo...

Estimado Salva,

Suscribo todo lo que dices.
Es hora de alegrarnos y esperemos que pronto podamos celebrar una paz definitiva.
En estos momentos,hay que recordar a esas 830 víctimas del terror cuyo unico delito fue pensar distinto o cumplir con su trabajo.Esperemos que esos 300.000 vascos que tuvieron que abandonar su tierra, simplemente por el hecho de sentirse españoles puedan regresar pronto.
Gracias también a los familiares de las víctimas que mantuvieron vivo su recuerdo y que jamás decidieron tomarse la justicia por su cuenta.
Como nación, podemos sentirnos orgullosos de la manera de vencerlos:aplicando el Derecho y la Ley.Jamás hubo ejército en la calle ni estado de excepción(nada que ver con Irlanda).
Gracias a los hermanos vascos que dieron la cara y reclamaron su derecho a ser españoles y a pensar de forma distinta.
Quedan aún bastante cabos sueltos por atar.Esperemos que todo termine bien. Por el bien del País Vasco y de España.