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salvador-navarro.com

martes, abril 12, 2011

Aparato

Sé con certeza que nunca votaré a la derecha.

Quien esto lea puede pensar de mí como un radical o, todo lo contrario, como una persona coherente.

Habrá quien rebatiría que, en estos tiempos que corren, no hay derechas ni izquierdas. Quien opinaría que la democracia es la alternancia, que hay que ser más flexibles, dar oportunidad a todos. A algunos les puedo defraudar por esa frase contundente, otros se pueden sentir cómplices. La mayoría, seguro, indiferentes.

Pero yo sé que nunca votaré a partidos conservadores.

Entiendo que la democracia es libertad, sucesión de distintos partidos políticos y enfrentamiento de ideas. Pero no seré yo quien haga bascular las papeletas a opciones que jamás compartiré.

Jamás, nunca... sin embargo, me cuesta sentirme representado por nadie en el plano del socialismo. Más específicamente del socialismo andaluz.

Sí, es una quimera conseguir sintonizar con un partido de masas que tiene que transmitir un mensaje coherente a millones de electores. Vale. Lo admito.

Pero resulta muy duro, especialmente para aquellos que creemos en las políticas sociales, en el reparto de la riqueza, en la importancia del Estado como equilibrador de la injusticia de nuestra sociedad egoísta, en el laicismo pleno, en una fuerte Sanidad o Educación Pública, en la regulación de los mercados o en los incentivos a la mujer, al discapacitado, al inmigrante... resulta duro, digo, pensar que nos sentimos profundamente dolidos por unos políticos que no están a la altura de la situación.

No hablo de Arenas, Zoido, Rajoy o Rita Barberá... Yo no estoy en ese campo. Hablo de la vergüenza que me produce que se hayan repartido millones de euros a personas que no tenían nada que ver con las empresas a las que se concedían ayudas públicas.

El pasado fin de semana leía una entrevista al Presidente de la Junta. Se exoneraba de toda responsabilidad. 'Yo no sabía nada de los ERE's'.

Por mucho menos, en cualquier empresa, asociación o fundación decente se dimite.

Si usted no sabía que se estaban yendo millones de euros de las arcas andaluzas a estafadores sin control, es que usted no vale para el cargo. Si lo sabía, usted tendrá que dar explicaciones a la Justicia.

El Partido Socialista no ofrece más que puro 'aparato' sin la más mínima sensibilidad social. Siempre las mismas caras. Incluso las nuevas que aparecen, como la portavoz Susana Díaz, no son más que el reflejo de una política dogmática.

¿Para cuándo aire nuevo?

Queremos políticos honestos que nos hagan creer que, desde la izquierda, otro mundo es posible.


7 comentarios:

Unknown dijo...

Sí, yo soy de los que opinan como has dicho, que en las democracias occidentales ya no hay derechas ni izquierdas, cuando Rosa Díez y Fernando Savater abandonaron el partido, algo empezaba a oler a podrido. No creo ya en “Los partidos”, no creo en “la política doctrinaria”, me gustarían las listas abiertas, al menos buenos administradores, honestos, y políticas sociales estables, no quimeras propagandísticas que duran tres años.
Pero en lo que si creo es en los cambios, el poder estanca, y no basta con nombrar sustitutos, cambiar caras, cuando un árbol empieza a pudrirse hay que sanear, y la única manera es mandando a la oposición, a aquellos que llevan 25 años gobernándonos.

Dol dijo...

Uff, es difícil , sí, sentirse representado por esta gentuza.
Y puede que a mí se me tachara de radical , también , por usar esta palabra para definir gente cuyo ideario es el mío; (yo tampoco votaré a la derecha nunca y además no me gustan sus pintas , puedo distinguirlos por los peinados y las caras ); pero una cosa es la contradicción a la que el poder te somete cuando subes y otra fomentar el choriceo barato para que en esta tierra se nos vea como a pobres diablos bananeros que siempre permiten las mismas cosas.
Echo de menos la dignidad andaluza.
Oju qué coraje.

Anónimo dijo...

Tuve la suerte de tener un padre muy de izquierdas que sufrió exilio y cárcel por ello. Una madre conservadora, pero con un talante liberal y un sentido extremo de lo que debe ser la justicia social.En ese ambiente fui formando mis ideas.Me considero un tio de izquierdas, tolerante, pragmático y liberal. Huyo de todo lo que es dogmatismo.Pero me encuentro huérfano.IU se ha convertido en un nido de talibanes dogmáticos y de poca formación.El Psoe es un nido de enchufados, comisionistas, vividores y para qué seguir. Si giro hacia el PP, me encuentro con un partido que no termina de soltar el lastre de pijo y encima en Valencia presentan a una serie de presuntos corruptos con el visto bueno de Francesc Camps y Rajoy.Si hubiera un partido de centro-derecha ,menos intransigente y con candidatos limpios de sospechas,quizá lo votaría.
Visto el panorama, creo que votaré a UPYD: me identifico con Rosa Diez.Una izquierda tolerante, que no se avergënza de ser española con un profundo sentido del estado y dispueta a frenar el desmadre de las autonomías y a poner orden en un sistema educativo fracasado.Esta vizcaína cuando interviene es la única congresista que pone nervioso a Zp.
Una cosa más Salva, si todo el mundo pensara como tú la corrupción de la democracia sería total .Menos mal que buena parte de la clase media piensa de forma distinta y no tiene inconveniente en cambiar la papeleta,si no le gusta el panorama.Entre el blanco y el negro caben muchos matices.

Un abrazo. ANTÍPODAS.

Quino dijo...

Yo pienso que estás equivocado, no tanto porque te identificas con unas ideas que depositas en el partido socialista, sino porque tus "corsés ideológicos" te impiden ver mas claramente la realidad que proponen esos "carcas" es justamente la opuesta.

Creo que los socialistas actuales son muy peligrosos, manejan la neolengua, la publicidad, la manipulación y visiones parciales o interesadas todavía mejor que los mal llamados "populares".

Solidaridad, Igualdad, Progresismo, protección al débil, reparto.

La realidad es justamente la contraria: Andalucía es un estercolero de corrupción, la sociedad está mas dormida que nunca dependiente de la pagita, subvención o el contratito que la Junta de Andalucía tiene a bien conceder.

A nivel nacional han cometido el pecado de negar una crisis que era demasiado obvia. Ahora nos anuncian inmediatas subidas del empleo y prosperidad sin que existan bases para ellos, leyes promovidas por lobbies económicos. Ejemplos cercanos que conozco muy bien son la propiedad intelectual y la energía eléctrica.

Todo lo dicho se puede aplicar al sector "Popular", o es que lo hacen diferente donde gobiernan?. Me temo que no saldremos de esta de forma fácil, el destrozo que ha hecho la clase política del país.

Veo que me ha salido un post demasiado amargo, en realidad la política es lo único que me saca de quicio, de hecho estoy mejor que nunca.

Un abrazo de Quino

Alforte dijo...

Excelente reflexión que además comparto.
Un amigo decía que la derecha nunca defrauda, siempre hace lo que se espera de ella, en cambio la izquierda...
Hace tiempo que tampoco me siento identificado con esta izquierda del PSOE andaluz, que cada vez adopta posturas más caciquistas confiando en volver a ganas en su fuero, en donde tiene muchos adeptos rurales vía PER y demás
Aún nos queda la utopía de IU

Bsote utópicos.

MARISOL dijo...

Salva, siento discrepar de tu posición. Yo si pasaré mi voto a la derecha porque es la única manera de cambiar la situación. Un voto a otra alternativa política nos arriesgaría a quedarnos igual después de los pactos choriceros a los que ya estamos acostumbrados. Desgraciadamente vengo observando que estos partidos "teóricamente" solicalistas practican menos política social que los partidos de derechas, aunque cara al público se les llena la boca de "talante" y "ciudadanías".
Hay que huir de los estereotipos de "fachas" y "rojos" que nos intentan vender algunos y pasemos a votar a aquellos equipos que nos den otra alternativa como gestores. De estos ya sabemos que no conseguiremos nada salvo disgustos.

Anónimo dijo...

Desde mi perpectiva, el problema es que la clase política se ha profesionalizado y el que el se dedica a ello, comienza pegando carteles, luego un empleo a dedo, a ello le sigue un carguito político, luego ya en va en listas y, cuando se quema, un retiero con despachito en una empresa pública o cualquier otra administración que no sirve para otra cosa que para retirar a politicuchos. Para evitar eso, que sólo ocurre en dictaduras y democracias bananeras, es preciso la alternancia, unos ciudadamos mucho más exigentes con sus cargos públicos y que los mandatos estén limitados a 8 años.
En Andalucía que un régimen que ya dura 30 años, ¿qué podemos esperar?.
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