El francés lo aprendí gracias a Planeta Agostini y mucha fuerza de voluntad. En plena adolescencia, gastaba parte de mi paga semanal en ese fascículo con casette, haciendo todos los ejercicios y repitiendo cada frase: 'écoutez-répétez'.
Mi primer viaje a Francia fue tan impactante que decidí que algún día yo querría vivir allí. Íbamos con mochila y latas de conservas, nos alojábamos en un camping a las afueras de París y teníamos 19 años.
Tuve la suerte de sacarle provecho a mis cientos de horas de ejercicios y casettes cuando, terminada la carrera, una multinacional francesa se interesó por mí.
Entonces comenzaron los viajes de formación, los de trabajo. Mi vida emocional era menos que nada y pensaba que, si algún día me ofreciesen ir a vivir a París, yo me hundiría en la soledad de esa enorme ciudad fría, de inviernos duros y habitantes ariscos.
Pero la vida da muchas vueltas para los que sabemos decir sí.
En mi empresa me seleccionaron para una formación de un mes en Japón. Me prepararon durante esos días en el aprendizaje de determinadas técnicas de resolución de problemas industriales, al tiempo que yo descubría la inmensidad de otra civilización que me encandilaba.
De vuelta a Sevilla, una mañana que tuve que presentar el resultado de mis trabajos tras aplicar lo aprendido en Japón, el que fuese director de nuestra fábrica, emigrado a París, me propuso:
Salva, ¿te vendrías venir a trabajar conmigo a París?
Yo no imaginaba que nunca se me caería la casa encima, que enfrentaría retos emocionantes en esos tres años de exilio voluntario que se me planteaban por delante, que haría amigos de por vida, que tendría historias de amor y aprendería a beber vino en las cenas, que sentiría esa ciudad como mía y mi casa del Barrio Latino sería la casa que para siempre recordarán los míos.
Le contesté, sin pensarlo:
Sí, quiero.
7 comentarios:
Cómo te envidio .
No es que haya tenido que decir sí muchas veces,pero alguna hubo.
Y casi siempre fue que no .
Pero quizá es que yo tenía que aprender de otra manera.
Un beso.
Qué bueno, Salvador. Compartimos, de partida dos cosas muy esenciales: El amor a Francia y el deleite de los viajes y/o aventuras. Un saludo desde Valencia. Tu relato, muy entrañable.
Yo soy tambiem de las "SI QUIERO " pero he de confesar que no todas fueron gratas aunque no me arrepiento de ninguna , la Bretaña Francesa quizas fue la menos grata en general, aunque como nuestra mente es sabia ,solo recuerdo los maravillosos momentos , esos viajes de fin de semana montada en el remolque de un tractor acompanada de mi mejor y inseparable amigo el abuelo George de 82 anos y todos sus colegas, vestida con unos vaqueros viejos de el, atados a la cintura con un trapo y con un canasto de soga al cuello adentrandonos en el impresionante mar del" Mont Saint Michel" en busca de mejillones y ostras !!!Un lugar mágico que no se si conoceras Bore pero te lo recomiendo con los ojos cerrados ! Que recuerdos !!! VOTO POR SI QUIERO !!!
Una apuesta arriesgada, pero sin duda enriquecedora.
Que hermosa es París.
ILoveParisInTheSpringtime Kisses
Qué alegría tenerte por aquí, Bele!!!
Comme toi , moi J'ai appris le français à travers des livres.
Y siempre he dicho sí quiero y conozo algo París aunque no he vivido allí y me encanta cantar en francés y leer a Amelie Notcomb en original, y visitar les chateaux de la Loire mais cependant et malgré moi...
Y de tanto sí quiero, ciertas experiencias me han dejado un regusto amargo por el trato con algunos franceses.
Domâge, mais, que veux tu?. C'est la vie.
Un abrazo Salva y disculpa los errores con los que mi francés puede manchar tu limpio blog.
Por si acaso no llego a tiempo: Feliz Navidad y que el próximo nos cunda por lo menos lo mismo que este.
Á.
Et qui oserait dire "non" à Paris?
J´en profite pour te faire 3 bises, comme le font les parigaux et je te souhaite mes meilleurs voeux pour l´année 2011.
Lo siento,por lo que no hablen francés.
ANTIPODAS
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