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martes, marzo 05, 2013

Dación

Nuestro sistema económico resulta a veces necesariamente incomprensible si se intenta mirar con ojos limpios.

Si cuando un banco te concede un préstamo hipotecario lo hace utilizando como garantía el valor del inmueble quiere decir que se está asegurando de que, en caso de impago, tendrá una propiedad que vale, cuanto menos, el importe que concedió al cliente.

Llegados al caso del impago, independientemente de las causas humanas que haya detrás, debería cancelarse toda relación entre cliente y entidad a partir del embargo de la vivienda que vale, al menos, tanto como el préstamo concedido.

¿Qué hace que además se le cobre al desahuciado un capital que le condena de por vida?

Si una de las razones es el hecho de que la vivienda no vale lo que la deuda entre banco y deudor, entonces es que se infló el valor de la misma para aumentar artificialmente el crédito (y las ganancias consiguientes). Habría, por tanto, mala fe por parte del binomio banco-tasador.

Si la razón es que la banca no previó el derrumbe de los precios entonces estamos admitiendo que el único riesgo cae siempre de la parte del más débil, testigo mudo de la avaricia de directivos insaciables en sus bonus.

Nos explican los más sabios doctores de la economía que saldar la deuda con la entrega (léase desalojo) del inmueble implicaría un quebranto para la entidad bancaria.

¿Por qué?

Si el valor por el que la ha tasado no corresponde con la realidad quiere decir que los precios están inflados y alguien está haciendo un negocio sucio, usura, a nuestra costa. Esto implicaría que la vivienda debiera colocarse en su valía real y, consecuentemente, se haría más asequible para el ciudadano, menos rentable para la banca.

La deducción simple que se obtiene de este razonamiento es que fueron las entidades financieras las que inflaron los precios para su único beneficio, dejando desprotegido al ciudadano corriente cuando descubre que el valor de su vivienda no cubre ni de lejos la deuda contraída.

Lo dicho, no es comprensible el sistema financiero en que estamos inmersos a no ser que se tome como base la desvergüenza de los que lo hicieron posible, miraron hacia otro lado o no supieron legislar.

La dación en pago es la única salida honesta para cubrir de dignidad el derecho a la compra de una vivienda.

Si la banca hubiera admitido que una caída de precios como consecuencia de la explosión de una burbuja inmobiliaria hubiese conllevado pérdidas, es decir, si la dación en pago hubiese sido una figura legal desde que esta sociedad se hizo adulta y democrática, entonces quizás no habrían jugado las entidades financieras a los cromos con los ciudadanos de este maltratado país y tendríamos un sistema político-económico menos corrupto.

4 comentarios:

Argax dijo...

Más razón que un santo, y muy bien explicado además.

Ahora, en otro giro más, se pretende convencer de que la admisión y consiguiente plasmación en ley de la dación en pago supondría la quiebra del sistema, el apocalípsis.

Pero sospecho que igual que las condiciones de la mayoría no han cambiado significativamente en lo económico (y eso siendo muy permisivo y dulce en mi visión) tampoco lo hará si se aprueba la dación. Otros saldrán perdiendo, los que no suelen perder. El ciudadano honrado y trabajador sólo ganará una garantía para poder llevar una vida más justa, si eso no merece la pena pues...

Un abrazo

Melvin dijo...

En Europa nos miran con perplejidad... Esta característica tan singular de nuestra banca y nuestro sistema financiero, no tienen precedente más allá de nuestras fronteras, este abuso es fruto de la codicia como todos los pequeños y aberrantes descubrimientos que estamos haciendo los ciudadanos en lo concerniente a la transparencia fiscal o política... Qué tristeza, qué losa y qué vergüenza... En fin...Besotes.

Anónimo dijo...

"Si cuando un banco te concede un préstamo hipotecario lo hace utilizando como garantía el valor del inmueble" eso no es cierto.

El banco te presta un dinero para comprarte una casa y como aval te exige más cosas a parte de la propia casa.

Tu tienes una deuda y debes pagarla. No tienes que pagarle al banco con una casa, tienes que pagarle con cuotas mensuales. A eso te comprometistes. Nadie te obligo a comprar y a no alquilar.

Anónimo dijo...

Lo siento, parcial, fácil y superficial. Definir un malo avaricioso y contrastarlo con la "bondad" natural de la gente y sus derechos sin obligaciones.

La realidad es que un contrato implica dos partes, y una de ellas quiere cambiar las reglas a mitad del juego, sin asumir su responsabilidad. El argumento es declararse "engañada" aunque su firma está en documento público notarial. Declara que no entendió, ni se asesoró en la mayor operación económica de su vida, porque los pisos "siempre subían", infantilismo de una sociedad adormecida.

Dentro de la espantosa dinámica del engaño y la generación de la burbuja, los departamentos de riesgo ponían un diferencial hipotecario que tenía en cuenta si había avalistas, los ingresos, riesgos, y por supuesto el hecho de que el hipotecado responde con sus "bienes presentes y futuros". Las reglas eran claras.

Las cosas en la vida no son gratis, al final la dación en pago generalizada la pagarán los pocos contribuyentes que vayan quedando, los banqueros y políticos ni pagan, ni van a la cárcel!.