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salvador-navarro.com

martes, febrero 05, 2013

Enemigos

Es de inteligentes tratar de rehuir de los espacios en común con la gente que no soportas.

Se va aprendiendo, con los años, a evitar guerras inútiles con personas que, si bien algún día pudieron ser importantes para ti, no te aportan nada positivo.

Cuando el enriquecimiento que viene del otro es nulo o negativo, lo mejor es cerrar las puertas de la comunicación, por el bien de ambas partes.

El problema es cuando las circunstancias no te permiten establecer esas estrategias de higienización al estar uno obligado a compartir el campo de batalla, entiéndase vida laboral. Entonces la estrategia cambia de forma radical.

En el trabajo ofrezco mi mejor sonrisa al compañero que menos soporto.

Cuestión de supervivencia.

Con los pejigueras, insulsos, trepas, cuentachistes, tomacafés, clavapuñales e integristas del trabajo hago lo posible por llevarme bien. Soy impecable, acogedor y amable, aunque sumamente frío. Hago lo máximo por caerles bien, sin perder demasiada energía, porque aunque de ellos no espero nada sí sé que tendría que multiplicar la energía desperdiciada en caso de que ellos me vieran como enemigo.

2 comentarios:

Miguel dijo...

Estoy de acuerdo contigo, Salva. En estos 10 años que llevo trabajando me he dado cuenta de que el origen de muchos problemas reside en que muchas personas carecen de la habilidad (o deciden no utilizarla) de apreciar el trabajo y esfuerzo de los demás. En cambio, se centran en destacar sus propios logros, en despreciar los logros ajenos y en maximizar los errores del "otro".
Se entra entonces en una especie de "guerra" que genera enemigos donde sólo hay dos personas haciendo las cosas lo mejor posible en muchos casos. Con más objetividad en el reconocimiento ajeno y con un espíritu de equipo se puede llegar más lejos.

Alforte dijo...

Salva, eres mi oráculo particular...no sabes lo bien que me viene y lo que te agradezco poder leer estas líneas tan llenas de sabiduría en este preciso momento en el que atravieso cierta vicisitud laboral con alguien que es incapaz de reconocer sus errores y se los encasqueta a los demás y mira que suelo tener paciencia.
Bsote