Cuando hay amigos en ellas, las ciudades que visitamos siempre nos resultan acogedoras, de ahí que me resulte difícil desligar San Sebastián de Txema y Paula, y de Ainhoa, Peio, Román, Ignacio, David, Badi y todas las personas que se han encargado de hacerme feliz en esta tierra.
Mi primera visita al País Vasco fue hace muchísimos años, a Elgoibar. Fue por cuestiones de trabajo y no tuve oportunidad de acercarme a Donostia. Desde mi hotel de trabajo en Zarauz mis compañeros me explicaban que esas luces que se veían a lo lejos pertenecían a la ciudad.
Luego tuvimos la suerte de que Txema y Paula se cruzaran por nuestras vidas y que, incluso, tengamos un apartamento casi construido para nosotros en la trasera del Victoria Eugenia.
San Sebastián es una postal. La naturaleza y el hombre se han conjurado para hacer de ésta una ciudad estéticamente impactante. Edificios neoclásicos en avenidas rectilíneas junto a bahías, montañas, playas y verde frondoso.
Aquí, en esta ciudad donde me encuentro pasando las vacaciones, te reciben con los brazos abiertos al decir que eres sevillano. Incluso los abertzales más radicales que me han presentado.
Aún así hay un aroma de falta de libertad para hablar. Miradas y silencios que lo dicen todo, y una sensación de que los amos de la calle son los que llevan las camisetas con la ikurriña.
Donostia está lejos de ser libre. Y no creo que su libertad sea el paraíso soñado por aquéllos que, con todo el derecho del mundo, quieren una ciudad en que yo tenga pasaporte extranjero.
4 comentarios:
También he estado en Sanse hace poco. Tengo familia allí. Un hermano de mi madre, riojano de nacimiento pero que lleva ya muchos años viviendo en Lasarte. Su discurso siempre es el mismo cuando nos vamos a pasear por la concha, suele necesitar un par de vinitos para decirlo: "sobrino, a ver si podemos ser libres que es lo único que falta aquí".
Disfruta de la postal.
Esperemos que más temprano que tarde aberchales y constitucionalistas sean capaces de vivir plenamente en libertad, a pesar de sus diferencias.Es de desear que en ambos colectivos la sensatez se imponga.Un País Vasco totalmente libre y en paz, sería un oasis de properidad,probablemente la Suiza dela Península Ibérica. ¡ Que así sea!
Si entrar en asuntos políticos, simplemente: una sociedad en la que los agresores andan por la calle envalentonados y los agredidos andan escoltados...pues qué quieres que te diga.
Salu2
Fernando
Siento lastima por la gente que vive en la comunidad vasca..por no poder expresarse como quieran...en fin...tanto avance y esta gente vive en epoca medieval...suerte
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