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miércoles, febrero 23, 2011

¿Dónde quedan?

Leí que en Bengasi, en la costa este de Libia, los manifestantes contra el régimen de Gadafi se acercaron a una comisaría para solicitarles unirse al pueblo. Los policías abrieron las puertas y la gente, entusiasmada, entró. Pocos minutos después, con 23 manifestantes ya en el interior, cerraron a cal y canto y los acribillaron con balas en la frente.

Todos somos culpables de haber asumido como normal que existiesen Libias.

Un Diablo vestido de túnica insulta al Islam escupiendo amenazas contra su pueblo, invocando ríos de sangre, bombardeando con la aviación a la patria que dice defender.

La gente, en cambio, sale, grita, se lanza contra la sinrazón de haber aguantado decenios, tal vez milenios de sometimiento a dictadorzuelos de harenes, banquetes y piedras de diamante.

No puedo acostarme estos días sin sentir una doble emoción, la de quien se sabe partícipe de la ruptura del mundo islámico con el fatalismo que suponía tener que asumir vivir en la edad media en plena época digital y el dolor de pensar en los muertos, héroes anónimos que están sacando a sus vecinos, a familiares y conciudadanos anónimos, de la postergación.

Yo sería seguramente el cobarde que miraría la tele horrorizado, maldiciendo a Gadafi, sin tener el valor de salir a la calle para gritarle ¡basta! por el temor egoísta a que una bala me borrara de este mundo.

Sin embargo, pienso en esos 23 valientes de la comisaría de Bengasi y me planteo, ¿dónde quedan esos héroes?

3 comentarios:

Misósofos dijo...

¡No había tenido noticias de eso! Menudo atropello...

Cuando Gadafi se vaya a la mierda (y se irá); creo que estos policías deberían recibir su merecido. ¡Hijos de perra!

Anónimo vocacional dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Dol dijo...

Tengo la sensación , querido , que aunque de ellos no hable nadie también forman parte de nosotros.
Es como si todos esos héroes anónimos que han perdido su vida en algún momento hicieran lo que les tocaba , como lo haríamos nosotros .
Si hubiéramos vivido tantos atropellos seguro que seríamos capaces de morir poniendo una piedrecita en el camino de la libertad .
Descansen en paz , y todos los que caen cada día.
Besos.