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lunes, mayo 10, 2010

Querer gustar

A veces lo confundimos con vanidad, pero fácilmente podemos pasar al extremo de la falta de autoestima, cuando hablamos de la gente que hace lo imposible por caer bien, por resultar agradable a todo el mundo, por gustar como persona.

Me reconozco cercano a ese colectivo de seres humanos, con lo trabajosas que suponen esas estrategias inconscientes de estar a bien con gran parte de la humanidad que te rodea.

Sé, conscientemente, que soy una persona que cae bien y transmite confianza. Eso no es fruto del azar, ni de ser un tío más o menos bueno (que también tendrá algo que ver). Es proceloso el camino para llegar ahí y viene desde muy lejos en el tiempo. ¿Que en su origen existieron inseguridades?, seguro. ¿Falta de carácter?, quizás al principio.

Tratar de mostrar tu mejor cara a personas muy diferentes implicaría, además, cierta hipocresía. No se puede estar a las buenas con gente de modos de vida radicalmente opuestos y visiones contradictorias. ¿O sí?

Mi experiencia personal me dice que sí, que es posible.

Con el tiempo, es cierto, vas dejando de lado a aquellos que te resultan insoportables, a los que, para ti, son insulsos, a los desagradables en el trato, a los falsos, a los lamentatodo, a los poco fiables, a los insensibles.

El paso de la vida puede convertirse, si se ejerce bien, en un filtro perfecto.

Cuando tenía quince años sé que era un tío muy querido en clase, entre mis compañeros del club de remo, entre mis primos. Pero yo no era feliz.

Ahora, caigo bien a los que me rodean, pero los que me rodean son cada vez más elegidos por mí.

Llegado un momento, no estás por la labor de aguantar tonterías.

Yo sigo queriendo mostrar mi mejor cara, de forma sincera. Ofrecer lo mejor de mí siempre que pueda y querer de corazón.

¿Se es menos auténtico? Pienso que no tiene nada que ver. Uno tiene que quererse a sí mismo para ofrecer lo mejor a los demás, pero no comulgo con esa cultura extendida del tener un ego súper potenciado, un súper yo. Yo, yo y después yo para poder sobrevivir...

Es trabajoso, pero es mi estrategia vital.

4 comentarios:

nosequé dijo...

Es imposible caer bien a todo el mundo. Tampoco me es necesario para vivir. Lo que procuro siempre es caerme bien a mi misma. Vivir con coherencia y respetándome mucho.
En tu lista de individuos que vas dejando de lado, te han faltado los lameculos o pelotas que suena más fino.

Me caes bien, obrero de las palabras. Un abrazo

Anónimo dijo...

Estimado caballero:
Es mi ilusión invitarle al grupo Arcana Mundi.
En este blog podrá leer cuando así lo desee artículos sobre temas variados, siempre desde una óptica para nada servil a las corrientes dominantes. Si decide agregarse a este grupo recibirá cada cierto tiempo notificaciones de los nuevos artículos y videos del blog.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Caer bien también es mi propósito; a veces consciente y otras inconsciente. El hombre por naturaleza es un ser sociable y continuamente nos estamos relacionando con nuestros semejantes: en la familia, con los amigos, en el trabajo, en nuestra comunidad de vecinos, etc. Poco cuesta hacer favores en la medida de tus posibilidades o simplemente ser amable, esbozar una sonrisa al dar los buenos días con la persona que te cruzas en la escalera o al chofer del autobús. Actuar sistemáticamente de dicha forma, por un lado me hace sentirme mejor y, seguro que también a las personas que me rodean.
Un saludo.

Anónimo dijo...

El supremo artificio es no tener artificio alguno. El tuyo se nota poco, si es que lo tienes.

Con afecto,me identifico con tu escrito.

Fernando