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jueves, julio 02, 2009

Escoria europea

Nací dos generaciones después de los ignominiosos acontecimientos nazis que condenaron por siempre a Alemania a arrastrar las cadenas de la vergüenza.

En poco tiempo se constituirá el nuevo Parlamento europeo, votado con desgana hace pocas semanas. Según se lee en algunos artículos, uno de cada cinco parlamentarios electos es extremista, entendiéndose por tal, en ciertos casos, a personajes que militan en partidos políticos xenófobos, fascistas, neonazis…

Asistimos con preocupación a elecciones en Bélgica, Holanda o Hungría donde hay porcentajes altísimos de votos para partidos que muestran desprecio por las minorías, sin sonrojo.

Afortunadamente a España no ha llegado aún esa lacra de forma notoria.

Soy partidario, firme partidario, de elaborar una ley de rango europeo en que se defina claramente lo que no es posible.

Cualquier cámara de televisión que salga por las calles de cualquier ciudad se puede encontrar con ciudadanos que sueltan por su boca barbaridades que da miedo escuchar. La gente tiene tendencia al más bajo populismo. ‘Muerte al moro, al gitano…’

No estaría de más prohibir lo que no puede tener sentido.

Un partido xenófobo, por definición, es escoria. La historia de la humanidad ya debería habernos enseñado los límites que nunca conviene trasvasar.

Y a la escoria no se le debe poder votar. No es cuestión de coartar la libertad de expresión, sino de limitar el perímetro del campo de juego (la Declaración de los Derechos del Hombre como fronteras de ese terreno no estaría mal).

Buen ejemplo tenemos con Batasuna. Si a estas alturas del siglo XXI no condenas el asesinato impune, no tienes derecho a representar a nadie.

Nos jugamos mucho.

2 comentarios:

nosequé dijo...

No debemos equivocar escoria con mentes llenas de nada, excepto el odio al diferente, con mentes muy bien amuebladas y que han hecho un negocio de asesinar personas en nombre de la libertad de no sé sabe qué.
Escoria son todos los que votan a esos repugnantes representantes del odio, y negociantes de las miserias humanas. Qué no sé olvide que todo es negocio.
Escoria quienes votaron DEMOCRATICAMENTE a Hitler.
Y a pesar de los pesares, me gusta la libertad y nuestra defectuosa DEMOCRACIA que tenemos, aunque halla que soportar una cuota de escoria.

Pablo Rodríguez Burón dijo...

es un tema peliagudo y algo complejo eso de actuar (prohibir)como lo hacen los destinatarios de esa actuación (prohibición). Interesante el debate que abres con este post. Un abrazo