x

¿Quieres conocerme mejor? Visita ahora mi nueva web, que incluye todo el contenido de este blog y mucho más:

salvador-navarro.com

sábado, enero 05, 2019

Casa

No seré nunca de banderas en el balcón, ni de creer en pueblos más válidos que otros, creo por encima de todo en el ser humano, desnudo, tal cual, imperfecto, indefenso y luchador.

Haber viajado tanto por cuatro continentes me reafirma en esa idea primigenia y cuanto más viejo me hago más convencido estoy de todo cuanto nos une y de la imbecilidad de los nacionalismos rancios. Somos apenas vividores de momentos que pasan rápido y en nosotros está el saber quedarnos con lo importante.

Sin embargo, tras haber vivido años en París, meses en México, haber hecho largos viajes a Asia, pasar decenas de fines de semana en el Algarve portugués, este viaje que acabo de terminar recorriendo España, de Sur a Norte y de Norte a Sur, me ha provocado profundas emociones que podría resumir en una frase: 'he estado en casa'.

No es cuestión de idiomas, en México se habla un español precioso, o de paisajes, el Algarve es pura Huelva. Simplemente llegas a una farmacia de Cáceres y te atienden de una forma familiar, entiendes el tono de broma de una guía turística leonesa, estableces charlas pausadas con la dueña de una librería en Oviedo, sabes cómo pedir un gintónic en un bar en San Sebastián o un consejo a un viandante en Zaragoza. Hay una química cercana.

He recorrido dos mil kilómetros, sí, sin salir de casa.


No hay comentarios: