x

¿Quieres conocerme mejor? Visita ahora mi nueva web, que incluye todo el contenido de este blog y mucho más:

salvador-navarro.com

lunes, diciembre 17, 2018

Laura

Queda apenas media hora para que comience el telediario y no apetece. Apetece poner música, olvidar el mundo, plantearse qué cenar y qué próximo libro leer.

Encender la tele para escuchar en qué lugar de la sierra de Huelva encontraron el cuerpo de Laura no apetece. Entran ganas de taparse entre cojines con un buen libro, no pensar en esa sonrisa cortada de golpe por un monstruo. Ni imaginar los momentos de terror previos, ni escuchar los detalles que vendrán, ni asistir al llanto de una familia rota.

No es agradable verse en el espejo de lo más miserable del ser humano ni asumir que haya gente así. No apetece.

Con cada Laura muerta morimos un poco todos. Y no apetece verlo tan claro. Ver cómo de repugnante puede llegar a ser el vecino, cómo de dura puede ser la vida. No apetece pensar qué podría haber sido de esa joven entusiasta hace unas semanas por una plaza en un instituto. No entran ganas de ponerse en la piel de ese pueblo destrozado de Zamora.

No apetece.

El cuerpo pide no encender la tele, no aceptar que nos han matado un poco más, que somos un poco menos inocentes, un poco menos buenos, un poco más desengañados de lo que podríamos llegar a ser y nunca seremos.

2 comentarios:

M.Angeles Romero dijo...

Gracias corazón! Por sentirte como nosotras, por reflejarlo, escribirlo y compartirlo....
Siempre es dolorosa una muerte violenta, pero además en este caso, muchas mujeres nos sentimos muy identificadas. Comienzas a trabajar en cualquier pueblo perdido de la geografía andaluza (o española, da igual), cargada de ilusiones, de proyectos, con ganas de conocer a tu alumnado, de enseñar, de participar de sus vidas, y normalmente ese comienzo es en soledad, pues tu destino como docente está lejos de tu hogar y familia. Si a esa soledad hay que añadir el miedo, tu ilusión torna en desolación...

Fesaro dijo...

El hombre es un lobo para el hombre y eso ha sido siempre así por más modernos que nos volvamos y la sociedad tienda a buscar una igualdad entre todos. Una lástima que hoy en día que podrían solucionarse tantas cosas sigamos en este plan.