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jueves, noviembre 20, 2014

Espacio

Aunque no puede decirse que la noticia no haya sido suficientemente cubierta, no por eso creo que seamos todo lo conscientes que cabría esperar de la magnitud de la hazaña que supone depositar un robot en un cometa que se sitúa a 500 millones de kilómetros de la tierra a una velocidad de 120.000 km/h y que apenas mide 4.000 metros de diámetro.

A mí me supera esta proeza científica, me provoca sensaciones muy fuertes, positivas, que me hacen albergar esperanzas sobre el futuro del ser humano entendido como conjunto.

Cualquier astrónomo podrá explicar con palabras sencillas cómo se consiguen calcular trayectorias para hacer coincidir un objeto espacial con una sonda lanzada hace diez años desde la tierra; incluso debe ser fácil de entender la forma de acelerar un artilugio en el espacio ingrávido para conseguir velocidades ultrasónicas. Yo prefiero abstraerme de la base científica en sí para llegar al hecho concreto de racionalizar cómo un ser vivo, de poco menos de dos metros de estatura, consigue hacer que un robot se deposite sobre una roca que viaja más allá de lo imaginable, difícilmente visible desde grandes telescopios.

Por las noches nos gusta dormir viendo cine en la pantalla de nuestro dormitorio. Entre semana suelo tardar menos de cinco minutos en caer rendido, por lo que las películas nos suelen durar una media de quince días para verlas completas. Otra cosa es que ese largometraje sea de ciencia ficción y hable de un posible futuro en el espacio. Entonces doblo la almohada bajo mi cabeza y me sumerjo en esos porvenires posibles del hombre en comunicación con el universo, y consigo sin problemas llegar a los títulos de crédito presumiendo en mi interior de lo grande que podríamos ser los hombres si nos lo propusiéramos.

1 comentario:

Argax dijo...

Como tu dices, ¡cuándo seamos capaces de aplicar esa inventiva a crear una sociedad justa... buffff!

Soy de los que devora y sueña con películas y libros de ciencia ficción.

Como decía el póster en el despacho de Mulder (aquí siento que la memoria me patina): Quiero creer... creer en un gran futuro para los hombres.

Un abrazo.