Sé que no es una necesidad afectiva, o sí, mis ansias por ampliar el círculo de amistades en el que me muevo. Creo que va más por los derroteros de una búsqueda eterna de gente que me aporte, sana en sus planteamientos, interesante.
Me resulta manido el discurso de ‘yo ya tengo mi cupo de amistades completo’, ‘no tengo tiempo de integrar a nadie más’.
Presumo de tener un grupo de amigos de calidad, con quien comparto un cariño que sé que es mutuo, gente a la que sé que nunca renunciaré. Personas de quienes me siento orgulloso.
Como decía Marguerite Yourcenar a través de uno de sus personajes, ‘La amistad es, ante todo, certidumbre, y eso es lo que la distingue del amor’.
El otro día, charlando con Fran sobre este tema, él me decía que mi ambición secreta es encontrar muchas personas como Mariángeles, pero que a la máquina de clonar aún no le han dado marcha.
¡Doscientas Mariángeles por el mundo, a mi alrededor!, con distintas caras, profesiones, edades, sexos, circunstancias…
Cierto, yo quiero encontrar muchas personas como ella. Gente sin complejos, de mentalidad abierta, que saben decir un ‘no’ con buenos modales. En Mariángeles encuentro la dulzura sin empalagoseo, el interés eterno por descubrir el mundo, alguien que te demuestra su cariño en sus actos y de quien nunca dudarás que estará ahí siempre que las cosas vengan mal, o bien, dadas. Sexualmente impúdica, de conversación embaucadora, viajante y aventurera, siempre abierta a un baño a las cuatro de la mañana en la playa. Mujer responsable con su trabajo, preocupada por su sociedad, sin etiquetas políticas pero con convicciones profundas. La mejor de las amigas, incesante descubridora (y compartidora) de nuevos, o viejos, libros, películas de culto, estrenos de teatro. Vive sin estar pegada al móvil, pone palabras apropiadas a sus reconcomes personales sin avergonzarse, sabe estar en cualquier situación, con estilo, con simpatía. Amante de su familia por muchos ‘peros’ que en ella pueda encontrar, anti-provinciana, laica sin veneno en la lengua, frívola como la que más cuando apetece serlo. Coherente, serena, vividora, divertidísima.
Joyas como éstas son difíciles de descubrir. La mía está en Huelva.
4 comentarios:
Si todo el mundo fuera igual……¿no sería algo aburrido?
Dice la canción: tres cositas tiene Huelva que no tiene "Madrí": La Rábida, El Conquero y ver los barcos"vení"....en tu caso además Mariángeles.
No sé expresar con palabras lo que siento al leerte, sólo con miradas, lo haré cuando te vea...
Muy bonito, Mariángeles debe estar supercontenta. La verdad, que como la describes, debería haber gente así por el mundo. Enriquecen la vida. Besos.
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