De entre mis reflexiones más íntimas, hay una que me lleva a construir una teoría que no sé hasta qué punto es propia, reinterpretada de opiniones ajenas o de lecturas que ahora no consigo situar.
Este razonamiento nace en mi búsqueda de la verdad del ser humano. Hasta qué punto somos como creemos ser.
Mi teoría me conduce a pensar que un ser humano no mostrará su verdadera realidad hasta no encontrarse en una situación límite, desesperada, radical, imprevista, explosiva, desgarradora.
Nuestra verdadera naturaleza se esconde, tal vez, tras rutinas diarias que ejecutamos en gran parte sin pensar. Somos buenos hermanos, amigos, hijos, padres, compañeros de trabajo, en general. Amamos con pasión mientras la pasión dura.
A mí me gustaría saber cómo actuaría si tuviera que jugarme la vida por comer, si la muerte se me apareciese de frente, si cayera en la mayor de las ruinas, si ganase el premio nobel, si perdiera las piernas en un accidente, si perdiera de un día a otro a mi gran amor, si hubiese en Sevilla un terremoto, si me tocase mañana la lotería.
Hay resortes en nosotros que están inutilizados, y no sabemos si los tenemos engrasados. Los músculos los utilizamos hasta límites sensatos.
Creo que en esas circunstancias verdaderamente valoraríamos nuestra calidad humana.
Reflexiones, quizás, insensatas…
2 comentarios:
Nos vemos como no somos y nos ven también de otra manera.
¿Somos los mismos, en el trabajo, con los amigos, en familia o delante de un funcionario de hacienda? No. Es más, hasta utilizamos diferentes formas de hablar y diferente vocabulario.
¿Hasta dónde podemos llegar y como vamos a reaccionar? Hay un dicho que dice “que Dios no nos mande todo el dolor que podemos llegar a soportar”
Hay resortes que es mejor que nunca salten, seguro que nos asustaríamos de hasta donde podemos llegar o puede que nos quedáramos perplejos de nuestras propias miserias.
Dudas, miedos...
Al fin y al cabo sólo somos pobres humanos en proceso de mejora…. algunos.
muy sensatas, yo creo. Y el que diga lo contrario, se engaña. En mi opinión, no sabemos cómo somos DE VERDAD, sólo conocemos una apariencia más o menos interesada y adaptada al entorno que nos rodea.
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