Me escapé de la Feria de abril un jueves por la mañana para adentrarme en tierras vascas. Me quedo con una conversación en la parte vieja de San Sebastián. Mis contertulios, entre otros: Román Sudupe, ex-presidente de la Diputación Foral de Guipúzcoa, Patxi Baztarrika, vice-consejero de cultura del gobierno vasco y Xabier Ezeizabarrena, candidato a la alcaldía del Ayuntamiento de San Sebastián.
Delante de unos vinos de Rioja y un buen chuletón les di mi visión de ciudadano sevillano de andar por casa.
Román Sudupe me dijo no ser español.
Yo dije que tengo todo el derecho, como él, a pensar distinto (que él). Mi idea de España pasa por la seducción. Quiero una España respetuosa con todas las culturas, fuerte en su defensa de la libertad y del hombre. Y en esa España me gustaría encontrarme con Román Sudupe, una persona excepcional. En ese país él me dijo poder encontrarse conmigo.
Les pedí autocrítica, y se miraron entre sí. 'Hemos hecho muchas cosas mal'.
Creo que hay una táctica sanísima para estos casos. No pensar en qué se equivoca el otro (el Rajoy, el Zapatero, el periodista o el obispo de turno) sino corregir los fallos propios.
Les hablé de desigualdad de oportunidades. ¿Por qué para presentarse a unas oposiciones a profesor de Matemáticas a un vasco sólo se le exige en Andalucía ser bueno en Matemáticas y a un andaluz en Euskadi ser bueno en Matemáticas y en Euskera?
'Porque es la lengua del país', respondieron.
Pues hagan firmar un compromiso de aprendizaje del Euskera (compromiso evaluable uno o dos años después), una vez que haya demostrado su valía como profesor de Matemáticas.
Hay que buscar el sentido común. En esa mesa encontré disposición a escuchar al sevillano que llegó a disfrutar de unos pinchos (pintxos) en la parte vieja de San Sebastián.
Un abrazo a ellos
1 comentario:
que tal?
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